Sus creadores proclaman que la democracia ha llegado al mundo del sándwich. Al fin y al cabo: ¿cuántas veces te has enfrentado a la típica carta de sándwiches en la que has terminado diciendo cosas como«hazme un vegetal, pero sin tomate, por favor, que lo odio»? Yo nunca en mi vida, porque como de todo(o de casi todo) pero sí que sé que hay gente que no soporta la cebolla, o la lechuga, o el queso fundido, o lo que sea, y también tienen derecho a tomar un sándwich. En The Sandwich Shop cuentas con una lista de ingredientes, varios tipos de pan, y toda la creatividad del mundo. Ellos te lo guisan(es un decir, ellos lo preparan, en realidad) y tú te lo comes. Hay ingredientes para parar un tren, y la verdad es que puedes elegir lo que quieras. Eso sí, cada ingrediente extra encarece levemente el precio final del sándwich. ¿Que no eres tú muy creativo? Pues tranquilidad, porque ellos ya se han encargado de preparar una serie de combinaciones básicas que puedes pedir directamente, sin necesidad de pensar en demasía y aceptando los ingredientes que tienen… o incluso añadiendo nuevos si es tu parecer. Ideal para tomar un snack, tanto a media mañana como a media tarde; para cenar ligerito o para comer ligero y baratito. Yo el otro día comí dos sandwiches por algo menos de ocho euros y me quedé encantado.