Taberna de Antonio Sánchez

A historical place a must visit in Madrid a truly nice classical Tapas Bar with the ambiance of a neighborhood bar. Lots of options tapas menu!

Für die Taberna wurde so viel geworben: im Reiseführer, auf der Touristen-​Karte… Sind extra hingefahren, zweimal sogar, weil es am Sonntag, als wir das erste mal dahin gefahren sind, zu war. Leider alle Mühen um sonst! Keine typische regionale Küche. Wir hatten ein Gefühl in einer einfachen Mensa gegessen zu haben! Tiefgefrorenes Gemüse, Fleisch von schlechter Qualität, Anchovis-​Salat für 10 Euro nur aus Tomaten und 5 kleinen Fischilein, die kaum zu sehen waren! Ein absolutes Misserlebnis! Nicht empfehlenswert!!!

Sehr schönes, antikes Interieur mit Stierkampfthemen, Bedienung normal freundlich, Essen unter alle Sau:(
Wir waren mit einer Gruppe da, es gab für alle als Hauptgericht ein dünnes, paniertes Schnitzel mit Pommes. Die Bitte einiger Teilnehmer nach vegetarischen Essen brachte die Kellner etwas ins Schleudern. Die Pommes waren dermaßen kalt und vollkommen in Öl schlabberig ertränkt, das Schnitzel auch sehr fettig und mehr Panade als Fleisch — schlimmste Touristenabsteige, habe nicht aufgegessen. Am Ende lief ein Kellenr mit einem Obstteller rum, man durfte sich eine Banane oder Mandarine nehmen und wurde dann gebeten zu gehen, weil die nächsten Gäste schon warten…

This restaurant helps retain a little of I classify as «classic Spain». It’s dark wooden interior absorbs a lot of light, just like a tavern’s ought to. Its bar is a couple hundred years old, its register is an old yellow metal… a bull’s head hangs on the wall, and the place was in fact founded by an ex-​bullfighter (or so it says on an old plaque inside). We’ve tried some of the meats and of course the potatoes are some of the best we’ve had in Madrid. The wait staff is friendly (we speak Spanish) and the prices fall in the lower-​middle range if you eat Spanish-​style: ordering a few plates and sharing them while sipping drinks.

La verdad? Una sorpresa muy agradable.
La taberna con 300 años encima muy bien cuidada en sus detalles y su decoración.
Una comida a base de tapeo para dos, probando topicazos como el cocido, los callos, el cazón (ya se que no es madrileño), solomillo al pedro ximenez, vamos sin cortarte pero sin excesos, ya que son cazuelitas y medias raciones, con cafés y copas 45 €.
Nada excesivo para los precios que hemos estado encontrando.
Un trato exquisito y un lugar muy agradable con una buena calidad en sus productos.
Repetiré y lo recomendaré.

No os preocupéis si pasáis por la tarde y está cerrado, abre a las 20!
Joy nos trajo a esta auténtica taberna, y ¡qué descubrimiento amigos!
Nos sentamos en una mesa y al poco vinieron a tomarnos nota.
Pedimos Albariño para todos (2,3 € la copa, bastante generosa). Unos minutos después aparecieron unos pinchitos de tortilla. Unos idénticos canapés con sobrasada aparecieron al rato.
Con la 2ª o 3ª consumición vinieron unas patatas a la marinera que estaban de muerte, con sus gambitas, sus almejas, y un sabor a mar genial.
El vino siguió fluyendo, qué bien entra…
Más tarde decidimos pedir cazón y berenjenas a la miel, el cazón estaba buenísimo, y las berenjenas estaban bien sin ser una cosa loca, pero a mí la berenjena me la puedes dar de cualquier manera que soy feliz.
Sin duda es un sitio en el que repetir, al que llevar a alguien de visita y donde tomar el aperitivo o echar horas vino arriba y vino abajo.

¡Bien! Conseguimos comer cocido un domingo en Madrid y os aseguro que fue más complicado de lo que parecía. Buscamos sitios y al final encontrábamos listados con los 10 más típicos que tenían dos cosas: poco espacio y precios abusivos.
Rebuscando encontramos este al lado de Tirso de Molina. Reservando un día antes conseguimos sitio y el cocido fueron 14 €. Con postre, vino y café fueron 22 € cada uno.
Solo uno del grupo fue capaz de terminarlo. Yo salí rodando y estaba realmente bueno. La decoración del lugar muy muy taurina.
La próxima vez que quiera comer un buen cocido y barato en Madrid no pienso dar vueltas ni ir a los más populares, vuelvo a este de cabeza.

Nous nous sommes retrouvés là bas suite aux conseils du guide du routard (dont les conseils sont toujours un peu approximatifs). Niveau ambiance on n’a pas été déçu. Ça sent le lieu d’habitués. C’est décoré à la gloire d’un torero (Antonio Sanchez je suppose), le bois est du plus bel effet. Bön la serveuse né parle pas un traitre mot d’anglais mais mon espagnol nous a suffi. On a pris du chorizo iberico, des croquetas jamon, de la tortilla et du roquefort/​anchois. Bön, déjà parlons du pain pour les tapas. Il était dur, genre vieux pain d’il y a deux jours. C’est pas très sérieux tout ça. Et il y aussi le pain qu’on vous impose (et qu’on vous fait payer). Ça c’est vraiment une sale manie. Limite arnaque à touriste et vente forcée. Bön, la nourriture était bonne. Mention spéciale pour les croquettes et le chorizo. Le soucis ce sont les quantités. La part de tortilla était toute petite. Idem pour les tapas servies par deux. Le prix reste raisonnable (au final ça nous a fait 11 euros par personne) mais en sortant j’avais encore faim.
Donc oui le cadre est top et dans l’ensemble c’est bon mais les quantités sont un peu radines.
Pour l’anecdote ils se sont gourés dans la note, à notre avantage (on a gagné 50 centimes).

Antes de ser taberna fue una bodega que existía por lo menos desde 1830. La regentaron varios toreros hasta que se hizo cargo de ella a finales del XIX un Antonio Sánchez que la convirtió en taberna y le puso su nombre. En el sótano hubo varias tinajas enormes; de la número 6 se extraía el vino más solicitado que llamaban «del francés», porque, según una leyenda, durante la guerra de la Independencia los vecinos mataron a un soldado francés y para ocultar su cadáver lo sumergieron en esa tinaja, que a partir de entonces le dió al vino un bouquet especial. Y es que ya se sabe que no hay nada como un francés para hacer buen vino.

Si, es tan bueno como dicen, lo puedes comprobar llendo y tomandote un Vermut con una cazuelita de callos. Maravilloso… Tipico de Madrid, con su olor a viejo y su decoracion antigua y sin reciclar, es imprescincible si vas de tapeo por a zona.
Bien de calidad-​precio.
Sigo pensando en las cazuelitas de callos, cocido o lentejas… mmmm

Sur de la plaza Tirso de Molina se encuentra esta taberna histórica que se remonta a 1830. Este lugar es famoso por los toreros, artistas flamencos que han visitado este lugar durante los últimos años. Prueba sus tapas tradicionales como la tortilla de San Isidro, callos, morcilla con rasins y el omnipresente plato Madrid, huevos rotos sobre patatas.

Aquí una cabeza de toro, aquí unas maderas nobles, una pared de historia desconchada, las mesitas de mármol, los carteles que hablan en pesetas, las croquetas, el cocido. Casi 200 años de solera y burladero, de cocina y salas llenas de gente.
Mi zona favorita es a la entrada, justo delante de la barra donde te sirven el vermú de grifo, la de las tres mesitas bajas de sillas negras acordes con la decoración oscura y añejo torero del local.
Una taberna indispensable para madrileños y foráneos que habla por sí misma y que deja que la imaginación vuele pensando en la calaña, las historias y los jaleos que en ella ocurrieron. Un sitio que me gusta mucho.

De mi infancia madrileña, recordaba haber estado en alguna ocasión en una taberna muy antigua por la zona de Tirso de Molina, pero no la ubicaba.
El otro día después de haber intentado infructuosamente entrar en la Ricla para tomar un vermut, decidimos ir en busca de esta taberna, sin tener muy claro si ya la habrían cerrado ya hace 15 años.
Al entrar dije… sin duda es esta, pero para estar al 100% tengo que bajar al baño. Efectivamente, la bodega de mis recuerdos era sin duda la Taberna de Antonio Sánchez.
La taberna es, como muchas, estrecha en su entrada y con varias salas hacia el fondo. En este caso tiene tres, la primera donde está la barra (hay que fijarse en el mostrador y en la máquina registradora que son de época), hay tres mesitas. La sala intermedia donde hay varias mesas y el pequeño tonel de vino de consagrar, y al fondo una tercera sala un poco más impersonal que es el comedor. La decoración es oscura, está llena de pinturas de toreros, y casi todo está relacionado con la tauromaquia, y hay algunos carteles curiosos, como el de las Torrijas a 15 céntimos, la prohibición de escupir en el suelo, y el cartel de los retretes.
Es un sito de vermut, de vinos, y de cañas, y como no de tapas. Merece la pena. Los boquerones están buenísimos.

Esta taberna taurina (el tal Antonio Sánchez era torero) es la que inspira un libro relativamente conocido, «Historias de una taberna», de Díaz Cañabate. Nada más y nada menos que 180 años de historia la contemplan, por lo que la visita es obligada aunque sólo sea por que te transporta al pasado. Tienen un cartel que pone «Torrijas a 15 céntimos» y cuentan que si vas con el dinero exacto, te la dan. Yo no lo tenía…
Yo, como no tengo amigos gitanos, tuve que probar aquí la olla gitana, que entre otras cosas lleva garbanzos, patata… y ¡pera! No me volvió loco, pero al menos fue algo fuera de lo habitual.

Como estaba yo muy flamenca, me metí en esta tabernachuela porque me apetecía. Está bien, la verdad, muy de toda la vida. De madera, buenas tapas y buenos vinos.
Una cosa graciosa, que pregunté pero no me dieron: tienen vino de consagrar!!! Flipa.

Una taberna magnífica de Tirso de Molina. La puedes encontrar en la maravillosa calle de Mesón de Paredes. Esta taberna me encanta, es un sitio precioso para tomar unos vinos. Aunque era lugar de reunión de aficionados a la tauromaquia, ahora es un agradable lugar castizo para disfrutar del antiguo y actual Madrid.
Suelen poner tapas ricas en esta bonita taberna, pulpo, ensaladilla, patatas, de todo. Merece la pena comer aquí. Yo disfruto estudiando la taberna mientras me tomo algo.
Los sábados por la mañana no está muy llena y se puede ir a charlar en un ambiente muy tranquilo. Si vas a tomar unas tapas y un vino, pues es un buen momento. Creo que es un lugar que merece la pena conocer en Madrid (además de la entrañable y cálida calle) Se nota que le tengo cariño verdad…

Este local con nombre de jamonero o de venta de algun producto de la España castiza se encuentra en plena zona de la latina, sino la conoceis ya estais tardando en hacer combo alli, es decir, tomarse algo de tarde, cenar y salir a cumplir con la noche hasta altas horas. Es un barrio con un fuerte mestizaje y un buen rollo patente en cada esquina.
En la Taberna de Antonio. podemos ir a tomar una copa con la mejor compañía posible y cada cerveza, refresco o bebida estará acompañada de su correspondiente tapa, no son tapas demasiado elaboradas o muy grandes pero pasan bien por el precio que pagamos. Se echa en falta algo de picar mas mundano, como unas pipas o algo barato que incite a seguir consumiendo cuando la tapa se acaba.
Con todo y con eso se trata de un local muy agradable para pasar el rato y hacer parte de la mañana o la tarde en compañía. Creo que es un local con buen ambiente en los tipicos partidos de futbol.

Plutôt sympa !
On y mange pas trop mal, on à l’occasion de tester les spécialités locales du pays, c’est sympa. Les tarifs sont relativement corrects, on a rien à redire là-​dessus ! Dans l’ensemble je trouve assez bien.