Sport-Pub

¡Ay! Soy un gran FAN de este sitio. Eso sí, antes de entrar espero que hayas tomado una buena tortilla de omeprazoles, es más, creo que vas a necesitar uno para leer la reseña.
El Sport-​Club o como lo llamamos por aquí, «El 38» o «donde Nacho», es un bar de cañas y tapas de los que una vez que entras, no puedes dejar de venir. Siempre hay gente y sales con una sonrisa en la cara (la forma de sacártela puede variar)
Es el típico bar cutre, grasiento, estrecho… Un bar de esos que entras oliendo a rosas y sales oliendo a tanta fritanga que te dan ganas de morderte el brazo. Lo mejor es que la ingesta considerable de alcohol unido al ambiente perfumado de fritura favorece que la gente empiece a hablar entre sí, haciendo de este bar el Facebook de la vida real.
Las bebidas, bueno, la cerveza te va a parecer algo cara respecto a lo habitual. Se suele servir por dobles de cerveza en copa y SIEMPRE acompañado de una MEGA tapa, que ahora hablaré de ellas. El precio de la cerveza doble creo que es de 2,50 € en barra, nada mal.
Las tapas que te ponen las puedes llamar perfectamente raciones, porque son gigantescas. La mayoría son platos que provienen de la freidora, la plancha y una olla que no para de hacer «chop chop» toda la tarde y, si tienes suerte, a lo mejor lo de la freidora te cae en la olla y ya rematas el día.
Los camareros son bien majetes, en especial uno que se llama Nacho, que te trata como si fueras su mismísimo hijo y al cual, con tanta consumición, acabas pagando su hipoteca.
En resumen, que no se entere chicote que nos lo reforma y nos lo manda al garete.
PROS: No hace falta cenar fuera, tampoco hace falta que tomes laxantes durante unos días.
CONTRAS: La entrada del bar es bastante estrecha, cuando quieres salir del bar parece que estás saliendo de tu mismo parto.

Es increíble que no tenga reseña de uno de mis bares TOP. Es imposible decir nada nuevo a lo anteriormente reseñado por mis coleguis Unilocalers, pero es necesario que comente mis impresiones.
¿Qué quieres quedar de cañas con tus amigos por Callao? la Deportiva. ¿Qué quieres «celebrar» cualquier cosa? la Deportiva ¿Qué quieres ver el derbi/​cualquier partido de fútbol? la Deportiva. ¿Qué vienen amigos de fuera y quieren comer y beber a precios de risa? la Deportiva. ¿Qué no sabes qué hacer? a la Deportiva.
Y no, no se llama Deportiva, pero para nosotros siempre lo es. El Sport Pub es de esos bares que no te importa ir para cualquier cosa, entre semana o en fin de semana. Con cualquier consumición (baratérrimo) te plantan uno o dos platos para picar. Y aunque no es comida de autor, para nosotros que tenemos buen saque y nos comemos hasta nuestra abuela por los pies, nos sirve. Desde croquetas, jamón, lacon, alitas, pimientos de padrón, guisado de carne. Es un NO PARAR de paseo de comida.
Creo que es el «refugio» para mi y para muchos de mis amigos para esas ronda de cañas que empiezan «de tranquis», te lías y te acaban poniendo las botellas de chupitos para servirte al pedir la cuenta. Uno de sus camareros, Nacho, es como nuestro segundo padre, ya amigo. Es la mar de adorable, simpático y siempre dicharachero que nos conoce y nos saluda con su adorable «¿otra vez aquí? no tenéis casa o qué?» se le quiere. Siempre es muy atento con nosotros, y siempre siempre, nos ceba. Es imposible salir de este sitio con hambre (sólo me ha pasado un par de veces, y curiosamente ha sido cuando él no estaba y estaban otros u otras camareras diferentes.) No es lo mismo.
Además, que también tiene una pequeña terracita para cuando empieza a acompañar la temperatura. No es muy grande. Su largo pasillo a la entrada suele llenarse fácil y si te quedas pegado a la barra (no por la grasa, conste) suele molestar un poco la afluencia de personal entrando y saliendo. Como tiene 2 pantallas bien hermosas para ver los partidos de fútbol, hay unas cuantas mesas en la planta principal y en la salita de arriba, algo no muy grande, otras tantas mesas con pantalla de tele. Su decoración no es otra que camisetas de equipos de fútbol, fotos de futbolistas, banderas o bufandas de más equipos.
Y sé de buena tinta que quien lo pisa una vez, repite y lo seguirá haciendo hasta que cierre. No suelo tardar en ir, pero como todo, si vas mucho cansa, así que de vez en cuando dejamos «tiempos de descanso» entre la siguiente visita para no cansarnos.
La Deportiva es y será nuestra segunda casa. Porque el último detail: tienen wifi y eso de que se me conecte mi móvil al wifi de la Deportiva al entrar, ya es un paso más a ser mi segunda casa jajaja

Madrid es una gran urbe. Una metrópolis de grandes proporciones bíblicas donde sentirse perdido y solo puede ser algo común. Aunque siempre hay lugares, pequeños generalmente, donde uno se puede sentir como en casa. Este es uno de ellos. Uno de esos sitios sagrados donde la comodidad y el buen estar es la tónica habitual.
Ya sea por la buen labor del camarero/​dueño, por la abundante y sabrosa comida o por unos precios no abusivos, hace que uno quiera volver siempre que se pueda y sentirse como en casa.
Precios mundanos: 3,5 € la jarra de cerveza o de tinto y comida copiosa. Ideal para ir en grupetos para empezar o terminar la noche/​tarde/​mañana.

Es de los mismos dueños que la cervecería deportiva, sita en la calle las Conchas esquina Veneras (creo). El espiritu subyace, sobrevive y se aumenta. Cervecería barata con ambiente y temática deportiva. Unos cuantos maillots ciclistas adornando las paredes, fotos de futbolistas firmadas, camisetas y dos teles.
La jarra de cerveza de medio litro helada y creo que Estrella Galicia vale la friolera nimiedad de 3,50 €. Y con cada consumición, un aperitivo, una tapa como dios manda. Generosa, de calidad y casi siempre, o recién hecha, caliente o de calidad. Desde tortilla de patata SIN CEBOLLA (y se me saltan las lagrimas con ella), croquetas, lacón con patatas, alitas de pollo, embutido diverso, empanadillas. Todo ello, mientras visionas un partido de futbol, aunque tienen alguna dificultad con la TDT y con gol TV por la antena comunitaria.
Además, cuentan asignado al mismo con el camarero majo. No quiero decir con esto que el resto desmerezcan o sean lo contrario. Mis referencias de ambos sitios no pueden ser mejores. Soy un asiduo. Lo cierto es que yo no puedo ser objetivo. Le conozco de cuando trabajaba en la primitiva cervecería deportiva, me cae bien, intuyo que es recíproco y siempre que voy su atención es preferente y amable. No sólo eso, si no que el tio además se esmera por agradarnos. Nos ceba a mi y a mis acompañantes como si fuera mi abuela, quién tiene a bien, como norma general, (mi abuela me refiero) que en la abundancia está el gusto y metido entre ceja y ceja, que yo estoy demasiado flaco y debo comer más.
Para más INRI, mi camarero predilecto, siempre se suele descolgar con una invitación de última hora, que si un chupito, una caña o una jarra extra. Ojo, advierto, la tónica general y para todo el público no será igual. No obstante, siempre es un sitio para comer a lo bestia y beber a lo Masiel, a lo loco.
Una advertencia extra, a los Unilocaleros smartphoneros, tiene una cobertura horrenda por culpa del edificio (más antiguo que la catapulta) y dentro no hay cobertura para hacer check in, hecho que repercute también en lo referido con su señal televisiva.

De los creadores de La Deportiva, llegó a nosotros no hace mucho tiempo el Sport-​Pub.
Mantiene la filosofía de su homónima cañí. La gente que lo lleva, al menos uno de ellos, ya curraba en Deportiva.
La filosofía es la misma, lo cual se agradece, precio ajustado y con la consumición generosas tapas variadas.
Vamos, no deberiaís temerlo