Splendore

No es moco de pavo encontrar una esteticista que trabaje a la perfección y que además te de confianza. No es fácil sentarte delante de una desconocida y que te arranque los pelos de las piernas o te explote las espinillas. Permitidme que sea así de burra, pero es lo que tiene la realidad de esto y, para estar con la piel suave, primero hay que pasar por estos suplicios.
El caso, Angie, la dueña y profesional de este centro de estética, es un cielo y, desde el principio, da mucha confianza. Explica muy bien los tratamientos que va a hacer y no te garantiza ningún resultado si no está segura de conseguirlo. Es decir, no te vende el oro y el moro, es sincera sobre los tratamientos y sus resultados.
Hace la depilación láser a los precios más baratos del barrio y aledaños y ahora ha metido unos nuevos tratamientos bastante interesantes, la cavitación, que según me ha contado es una especie de liposucción sin cirugía, y un tratamiento de acquoporinas, que lo que hace es retener el oxígeno de la piel. Yo la verdad que no me entero de nada, pero como me fío al máximo de ella a veces me doy el gusto y me hago el tratamiento que me recomienda. Por cierto, que también hace masajes.