La idea original era ir al Dry Martina pero como no había mesas libres, nos decidimos por Sexto. La primera impresión, ¡genial! La verdad es que es un LUGAR muy bonito y se ve que cada detalle está más que cuidado. El problema que vimos nada más empezar fue que las mesas eran muy pequeñas. Queríamos compartir todos los platos pero en el centro de la mesa no cabían ni ceniceros… Una de las razones es que, aparte del plato, la servilleta y los cubiertos, la mesa está montada con 200 copas por comensal. Una vez nos quitaron las 199 copas por persona que no necesitábamos, algo de hueco se abrió en el centro de la mesa pero difícilmente se podían meter ahí platos para compartir… Les pedimos a los camareros que añadieran una mesa lo cual no pudo ser ya que(según decían — y tampoco es que lo ponga en duda aunque en ese momento había sólo 2 o 3 mesas ocupadas) estaban llenos. Después de «quejarnos» de nuevo, nos movieron a la planta de abajo donde había una mesa más grande. Bien, pudimos compartir sin problemas, ¡yeah! En cuanto al SERVICIO, bien pero desde mi punto de vista, demasiado serio. Nada más entrar te encuentras a una señorita muy elegante en las escaleras que te indica hacia dónde ir(también os digo que en mitad de unas escaleras no necesitas muchas indicaciones de hacia dónde ir…). A continuación viene el…¿jefe de sala… y acomoda a los comensales. Muy elegante también este señor. Y por supuesto todos con pinganillo… En cuanto a la COMIDA, buena pero raciones pequeñitas. Si analizamos la relación calidad-precio, puede que el lado de precio predomine un poco más. De todas formas tampoco lo veo mal ya que nada más entrar uno ya sabe que no es un lugar de comer hasta morir por 10 euros. Pedimos, para 6 personas, 2 sartenes de huevos revueltos con trufa. Estaban buenos pero muy pequeños. De hecho, pedimos la 2ª sartén porque con la primera, 2 personas se quedaron sin nada. Los otros… tampoco os creáis que teníamos más de 5 patatas. Luego pedimos una ración completa de croquetas de jamón ibérico. Aquí venían 8 así que no hubo problema y menos para una servidora a la cual lo de «la de la vergüenza» no le da ninguna vergüenza :D. Como 3er entrante pedimos el Tataki de atún. Aquí venían como otras 8 lonchitas finas. Muy bueno, tengo que reconocer que estaba muy muy bueno. Como platos principales pedimos 2 solomillos de vaca. Vienen en tiras y acompañados de patatas gajo. ¡Esto estaba de muerte súbita! Ahora que lo pienso, no nos preguntaron el punto de la carne lo cual, si no fuera porque estaba«al punto» que es lo que todos queríamos, no es muy bueno pero lo dicho, para nosotros resultó simplemente perfecta. Para terminar, pedimos un surtido de postres(3 tartas a elección y 2 bolas de helado). 1 tarta cuesta como 6 Euros y el surtido 13. Supongo que los trozos del surtido son más pequeños pero bueno, nos dio para hacernos a la idea(especialmente yo que no anduve nada despistada con el postre: p). El surtido no aparece en la carta pero un camarero nos lo sugirió y nos pareció bien. Le pongo 3 estrellas porque me gustó pero no me impactó. Me pareció un sitio cool al que ir si quieres enseñar a tu gente lo que mola Malasaña/Chueca porque creo que anda ahí ahí entre los 2 barrios.
Claudia G.
Classificação do local: 3 Madrid
He estado dudando si darle 3 o 4 estrellas, y finalmente he tirado a la baja por 2 aspectos, a sabiendas que voy a sonar(leer) un poquito snob… 1. La web informa de que tienen servicio de aparcacoches, cuando en realidad YANO. En concreto, desde hace aproximadamente 1 mes, pero eso no lo sabes hasta que llegas. Me parece que esto es algo perfectamente subsanable: eliminas esa info de la web y listo. No cuesta nada y te evitas el que por ese motivo llegues tarde a tu cita, como me pasó a mí el sábado. 2. El servicio me pareció bastante ¿impertinente? Sé que cuando hay 2 turnos, es importante disponer de las mesas a tiempo para el segundo turno, pero eso no significa que me tengas que practicamente tirar de la mesa cuando todavía son las 22.50 y cuando además hemos empezado tarde a cenar por el problemita del aparcamiento. Aparte de eso, hubo algún que otro comentario bastante inoportuno por parte del servicio sobre la «falta de hambre»(según él) que teníamos. ¿¿?? Si es el propio restaurante el que ofrece medias raciones de la mayoría de sus platos, ¿qué malo hay en aprovecharlo? El hecho de que pidiéramos agua(al día siguiente era la ½ maratón) también le pareció bastante extraño(véase: cara de «menudos amargados»)… En cuanto a la oferta gastronómica, he de decir que las ½ raciones me parecen acertadas(al menos, por lo que respecta al tataki de atún y tartar de atún). Sin embargo, no pienso lo mismo del plato de pescado(rape, que luego resultó ser sapito. Parecido, sí, pero NO es lo mismo, como decía Alejandro) fuera de carta que me pedí yo. Por 19 €, hubiera esperado una porción el doble de grande que lo que me sirvieron :( El tartar(el otro plato de la mesa), según comentó quien se lo llevó al buche, muy bueno. 22 € eso sí. Postres(sorbetes) ok. Sin duda, para mí lo mejor de Sexto es el local en sí. Muy chulo tanto si vas en pareja como con amigos. Decoración y espacio de estilo loft neoyorquino. Las mesas están un pelín juntas para mi gusto, pero te olvidas al final. Hay muchos sitios que solo por el aspecto del local se permiten la licencia de engrosar los precios de la carta, pero este no es el caso, así que bien por esa parte.
Sergio C.
Classificação do local: 4 Madrid
Comida muy rica en raciones más que perfectas que no te dejan con hambre y de calidad y sabor muy recomendables. Los postres son tan, pero tan apetecibles que hay que pedir varios y compartirlos entre todos porque elegir solo uno es más que complicado. El servicio muy atento, agradable sin ser pesado ni preguntar más que lo necesario para asegurarse de que todo está correcto. Como debe ser y con una sonrisa. Bueno, dos, la del camarero y la del cliente. Genial.
Luis P.
Classificação do local: 5 Madrid
Nunca comento, no por nada, sino porque los restaurantes y bares(a diferencia de otros negocios) aunque me parezcan correctos o buenos, no me suelen dar lo suficiente como para que me siente a escribir un comentario y valorarlos. ESTE, LOHACONSEGUIDO. La verdad es que me encantaría enrollarme como hacéis muchos, y la verdad es que este sitio se lo merecería…: UNAAUTENTICAMARAVILLA. He podido pasar por delante desde que abrió más de 50 veces y la verdad que debido a sus elevadas ventanas en entre-planta y no a pie de calle nunca me llamo la atención. Pues bien ayer me invitaron, y sinceramente, comida, servicio y lugar inmejorable. Esta dividido en dos alturas con una entrada con altura libre total que te permite bajar un par de escalones hacia una zona de copas o afterwork o subir una escalera hacia la zona de restaurante. Eramos 8 y el servicio fue rapidísimo, y perfecto en atención, ni muy pedantes ni ni muy distantes. Perfectos. Pedimos primeros y segundos cada uno de los comensales y llegaron todos prácticamente al mismo tiempo y con temperatura perfecta. Mucha variedad y se nota que saben lo que se hacen, cocinan muy bien. Tienen tartares mejores o a la altura de los que he probado en los japos de referencia de Madrid, platos mediterráneos y de mercado inmejorables, carnes de máxima calidad y estamos en época de setas y tenían 3 o 4 platos dedicados a ellas que tuvimos la oportunidad de probar y redondearon la noche. Y como siempre en estos sitios los postres regular, normales sin más…PUESNO… postres INCREÍBLES. Los mejores sorbetes que he probado en mi vida. Los de limón, mango y fruta de la pasión son INQUIETANTES!(en el buen sentido!) Un 10. Recomiendo incondicionalmente: — TARTARDEATÚNROJOCONAGUACATE — TATAKIDEATÚNROJO(BLUEFINNSALVAJE) CONMAYONESADEWASABI — SOLOMILLODEBUEYALPEDROXIMENEZ Y BOLETUSCONFOIE Y PATATASSHOUFLE — PAPARDELLECONBOLETUS — SORBETES Limón con gengibre, mango y fruta de la pasión
Maria I.
Classificação do local: 4 Madrid
Suelo ser reticente a la hora de visitar nuevos restaurantes, sobre todo si tiene fama de estar de moda y de ser«salado» en la cuenta. Pero la experiencia en Sexto ha sido más que satisfactoria, quitando el aire pijo que se respira dentro, su público variopinto en un local dividido en dos plantas pasa a un segundo plano cuando disfrutas de la comida. El personal es muy atento, quizás demasiado, me recordó un poco al personal de una cadena de restaurantes en el que están encima tuya para quitarte los platos y dejes la mesa libre pronto. Pero en este caso, en el que tenemos que reservar sí o sí, si quieren que nos vayamos pronto, que nos digan que tienen dos turnos de cena y listo :) La comida esta muy buena, se nota que es de calidad, pero ojo! no es barata. De primero nos pedimos una ensalada de pulpo para compartir y estaba buenísima, las pata del pulpo estaban tiernas y la ración fue suficiente para«picar» entre las cuatro. Los segundos fueron: Tartar de atún rojo, para mi gusto bastante picante, acompañado de unas patatas fritas muy monas sobre un plato de pizarra.(unos 20 €) Albóndigas de rabo de toro con verduras y patatas fritas, buenísimas, muy recomendables si te gustan las buenas albóndigas(creo que eran 18 €) Calamar a la plancha con espárragos verdes y verduras, estaba tierno y muy bueno, de primera calidad(17 €, sí algo excesivo) Magret de pato con salsa de frutos rojos(18 €), el magret llega a la mesa fileteado con la salsa y un poco de pera. Muy rico y saciante. Personalmente me gusta que el pato llegue«entero», pero así me facilitaron la tarea. Nos quedamos con las ganas de probar la trata de queso, que aún no estaba preparada, en su lugar pedimos bomba de chocolate(coulant) con helado de vainilla de madagascar y tarta de queso… el coulant nos conquistó. Antes de pedir la cuenta nos pedimos unas copas y tardaron un poquito… Pero en general un notable. Éramos cuatro y cada una pagó 34 €. Para celebrar y dejarse ver en un lugar cool, merece la pena. Ojo! si podéis cenar en el comedor de arriba muchísimo mejor, la parte baja es más para tomar copas y es más incómoda, además, llegan más los olores :)
Cristina I.
Classificação do local: 3 Boadilla del Monte, Madrid
Correcto y moderno. Mucho ruido de ambiente, que llega a ser molesto. El precio quizás un poco alto para la cantidad de comida que sirven.
Miguel Ángel G.
Classificação do local: 4 Madrid
Ohhhh el antiguo Speak Easy ahora es Sexto. Con la de buenos ratos que pasé allí jugando al futbolín en la planta de abajo. Pero bueno, ahora es un restaurante muy resultón que lleva abierto dos meses justos. Como es lógico, la decoración es muy buena y se han dejado una pasta en remodelar este amplio local. En la planta de arriba tienes el restaurante y en la de abajo la zona de bar. Donde también puedes picar algo en sus mesas altas. El servicio muy atento, majete y agradable. Han empezado con ganas. Es un sitio perfecto para ir con amigos a pasártelo muy bien en plan informal. Las raciones son originales, abundantes y bien de precio. Y tienes buen bar en la planta de abajo. La carta es amplia y muy ambiciosa. Probamos unas cuantas cosas y la verdad es que está muy bien pero creo que les falta un pelín de rodaje. Hay cosas mejorables como los aliños y salsas. El aliño del steak tartar y la salsa de los raviolis tenían un punto de sal bastante alto. De lo que más nos gustó fue unos boletus con huevo y un cogote de merluza realmente bueno. Ohhhh el antiguo Speak Easy ahora es Sexto. Con la de buenos ratos que pasé allí jugando al futbolín en la planta de abajo. Pero bueno, ahora es un restaurante muy resultón que lleva abierto dos meses justos. Como es lógico, la decoración es muy buena y se han dejado una pasta en remodelar este amplio local. En la planta de arriba tienes el restaurante y en la de abajo la zona de bar. Donde también puedes picar algo en sus mesas altas. El servicio muy atento, majete y agradable. Han empezado con ganas. Es un sitio perfecto para ir con amigos a pasártelo muy bien en plan informal. Las raciones son originales, abundantes y bien de precio. Y tienes buen bar en la planta de abajo. La carta es amplia y muy ambiciosa. Probamos unas cuantas cosas y la verdad es que está muy bien pero creo que les falta un pelín de rodaje. Hay cosas mejorables como los aliños y salsas. El aliño del steak tartar y la salsa de los raviolis tenían un punto de sal bastante alto. De lo que más nos gustó fue unos boletus con huevo y un cogote de merluza realmente bueno.
Lolo R.
Classificação do local: 3 Madrid
La cantidad de veces que habré pasado yo por delante del antiguo«Speakeasy», y siempre me pareció que era un sitio perfecto para abrir un restaurante… Pues bien, alguien con más recursos que yo(que en definitiva, soy un pobretón) se ha animado a abrir allí una auténtica maravilla de local, con una planta arriba que hace las veces de restaurante y una planta abajo que si bien puede servir como restaurante, también tiene espacio para hacer afterwork y cositas de estas que están, ahora mismo, tan de moda. Fui allí con unos amigos, y pedimos algunas cosillas de picoteo y luego un plato cada uno. Como venía diciendo, el sitio es monísimo, todo muy estudiado y muy bonito, con amplios ventanales y una decoración así de madera medio moderna medio vintage que tanto se ve últimamente en todo lo que abre en Madrid. En la parte de abajo hay un néón YOLO(You Only Live Once) que es un poco una frase muy de Abercrombie and Fitch y muy Istagramera. Preveo bastantes fotografías del susodicho con la etiqueta #YOLO. Los camareros van todos vestidos igual, y la verdad es que son bastante serviciales. No se les escapa ni una vez que estás sin cerveza, o sin bebida, así que cuidado porque la inercia te lleva a bebértelo todo. El trato es bastante bueno, y la verdad es que en ese sentido salimos encantados. Pedimos para compartir medias raciones de delicias de Idiazábal y pulpo braseado. Las primeras estaban buenas, aunque para mi gusto les faltaba un poco de sabor, que con lo que me gusta el Idiazábal no me supieron a nada. El pulpo braseado estaba muy rico, pero desde luego que la ración era un pelín raquítica. De segundo, muchos nos decantamos por la hamburguesa de buey al plato con lascas de parmesano, y uno de mis amigos se hizo con el chuletón, que según comentó estaba delicioso. La hamburguesa estaba impresionante, no voy a mentir: pero era un poco de mucho lirili y poco lerele. Las patatas chips que traía eran chulísimas: patatas infladas, pero traía exactamente cuatro. La lasca de parmesano era genial, pero la verdad es que se echaba un poco de menos algo más en el plato, algo un poco más consistente. Algunos vegetales o algo semejante, incluso. Al final, me terminó dando la impresión de que los precios de la carta estaban algo hinchados, a pesar de que la comida estaba buenísima, las raciones no me parecieron a la altura. Finalmente, fuimos a por el postre, y yo me decanté por la tarta de zanahoria, que estaba riquísima. Picoteando entre mis acompañantes, probé también la de queso, que no merece la pena para nada, y el brownie de chocolate, que sí estaba delicioso. En definitiva, es un buen lugar, muy bonito, y muy cuidado, pero al final me pareció que pagar más de treinta euros por dos cervezas, un par de raciones para compartir, una hamburguesa y un postre, es algo descabellado. Definitivamente, seguro que vuelvo a tomar una copa, porque el ambiente es agradable y merece la pena, pero dudo que vuelva a comer.
Carlos M.
Classificação do local: 4 Madrid
#juevesdereseña Después de muchos meses de obras, por fin ha abierto este bar-restaurante que ocupa las dos plantas inferiores del edificio que hace esquina entre Fernando VI y Pelayo, enfrente del famoso palacio modernista de Longoria, sede de la SGAE. El local es justo el mismo donde hace años estuvo el Speakeasy, un garito mítico de la noche madrileña donde jóvenes de todas las nacionalidades se emborrachaban juntos hace años. Mucho ha cambiado este barrio, que ha pasado de ser un hervidero de jóvenes borrachos por la noche a un escaparate del diseño más moderno de Madrid por el día, frecuentado por hordas de pijos que se han atrevido a cruzar la Castellana desde el barrio de Salamanca. El local está concebido para dar servicio a esta nueva fauna que ha invadido el barrio, y se ha apuntado a la moda decorativa de todos los locales que han abierto por aquí últimamente. Un estilo que podía tener gracia cuando abrió «Olivia te cuida», pero que ya resulta cansino y poco original, especialmente en un local tan grande y espectacular como éste, al que se le podría haber sacado más partido. Reconozco que está bonito, sobre todo porque tiene mucha luz que entra a raudales por las muchas ventanas que dan a las dos calles. Incluso diría que podría llegar a sentirme a gusto aquí, si no fuera por la rancia clientela que me rodea. Pero está claro que se busca ese toque rancio, y si no a ver por qué pone en el logo 1893 si nos encontramos en un restaurante completamente nuevo que acaba de abrir… He ido hoy por fin a conocerlo, hemos ido a comer a mediodía. Hemos subido a la planta superior, que es donde se encuentra el restaurante(en la planta inferior está el bareto, que cómo no se autodenomina«afterwork» y seguro que triunfa). Nos ha recibido una legión de camareros uniformados en atuendo«casual» azul y uno de ellos nos ha sentado junto a una ventana. Hemos estudiado la carta y hemos pedido casi lo más barato: agua para beber, una ensalada de pulpo para compartir(muy rica, por cierto) y un plato cada uno(yo una pasta al horno bastante rica también). Hemos terminado compartiendo un postre que me ha sorprendido bastante: un flan de calabaza con queso que estaba delicioso. Hemos salido a 22 euros cada uno, que no está mal, aunque es caro si lo comparo con el menú de 10 euros que suelo comer a mediodía. Está claro que si vuelvo será por la noche, para una cena informal con amigos, así no pensaré que un menú es más barato. Las raciones y medias raciones tienen buena pinta y las cosas que he probado estaban ricas, así que ya estoy deseando probar más… Espero que el ambiente poco a poco se vuelva más relajado y distendido, aunque no confío en ello teniendo en cuenta que los únicos periódicos que tienen para que lea la clientela son El Mundo y La Razón. Creo que es un detalle que dice mucho, aunque aquí va otro: al bajar al baño hay una ventana que da a la cocina y al asomarme he visto que estaba completamente vacía. Creo que es bastante curioso, teniendo en cuenta que era la hora de comer y que había bastantes mesas ocupadas…