Salón de Té Margo

El típico sitio que tienes que probar para ver lo que es un salón de té al más puro estilo inglés, pero inglés pijo. Pues eso, que había que probarlo y como prueba esta bien, un poco duro al bolsillo pero es que así son las cosas, la exclusividad se paga.

Cada rincón está repleto de objetos y detalles preciosos relacionados con el té. Las tartas están impresionantes, sobre todo la «red velvet» cake, que además es muy difícil de encontrar en Madrid.
Margó es un buen lugar para las tardes otoñales, un salón de té que hará las delicias de golosos y parejas en modo «pastel» ;-)
Más info:

Con el salón de te margó tengo sentimientos enfrentados. Por un lado nos encontramos con una decoracion exquisita, totalmente clasica, de esas que te hacen pensar si no habras sido teletransportado por error a la casa de una duquesa, reina o sucedaneo.
Quedas maravillado por su encanto y su detallismo en la decoración. Y por otro lado sus elevadisimos precios y sus dependientas hiper bordes te quitan las ganas de pasar allí mas de 20 minutos. lo que es una pena por que el sitio es realmente acogedor.
Ademas de salón de te/​cafetería/​pastelería es una tienda en la que tienen artículos de lo mas graciosos y interesantes como aceites diversos, a azucareros con forma de cupcake, libros sobre el arte del café, unos palos para remover el te que en un extremo tienen el azúcar para que la introduzcamos en la bebida y según removemos esta se disuelva y un largo etcetera.
Cuentan con dos plantas y varios sofas bastante comodos, la planta de arriba es algo mas intima y no tienes a las dependientas mirándote mal todo el rato. Es un sitio para darse un capricho ya que por una porción de tarta te cobran 6 euros (Aunque es grandecita y se puede compartir) y por un café (Nesspresso) entre 2 y 3 euros, y el te de 3 para arriba.
Como recomendación especial es mas que aconsejable pedir la tarta roja, de chocolate y crema de nata y queso, una verdadera maravilla, que cuando la pruebas te recuerda a un sabor tan de la infancia como son los míticos bizcochitos circulo rojo. Eso si, ni se os ocurra pedir los muffins ni los macarons. los primeros por que están realmente malos, que sinceramente los de cualquier supermercado con bollería industrial los superan con creces y los segundos por que son tremendamente caros y encima ni siquiera están rellenos de nada, un timo.
Una pena que en un sitio tan bonito y bien decorado no te dejen hacer fotos por que la dependienta esté ese día de mal humor y no le de la gana. Ya que la primera reacción al entrar allí es sacar una cámara.
Compartiendo una botella de agua con tu pareja y pidiendo un par de cosa suele salir en torno a los 10 euros.