Muy a mi pesar, y a pesar de las esperanzas que tenía puestas en la reapertura del negocio, resulta que han cambiado los dueños y no es lo mismo… El Bar en sí está bien. Es pequeñito, pero suficiente para la clientela de la zona. La terraza, con poquitas mesas, es genial para los días de sol. Lo malo es que realmente la comida no está para tirar cohetes, y es carillo para la calidad que se ofrece. Creo que es posible que tuviéramos mala suerte ese día con el menú, volveremos otro día, pero a probar los bocatas. Yo lo que he iniciado es la tradición de ir a desayunar allí los viernes con mi niña antes de entrar en el cole, unos churritos, que la verdad es que sí están ricos. Fríos, pero crujientes y ricos. Lo que sí que me gustaría decir es que la cocinera es ENCANTADORA. En serio. Un amor de mujer.