Pomme Sucre

El local es algo pequeño, sólo tiene 5 ó 6 mesas para sentarse y tomar algo allí mismo con mobiliario muy retro, muy bonito pero para mi gusto algunas sillas pueden ser incómodas, coger algo para llevar puede ser una gran opción.
Dicen que tienen los mejores croissants de Madrid pero se agotan rápido, nosotros fuimos por la tarde y ya no quedaban así que daos prisa si queréis probarlos ;) Mi elección fue un vasito de tarta de queso muy rica y un zumo de naranja natural también muy bueno, me quedé con ganas de probar la limonada, tendré que volver :)

I’m not sure why this place doesn’t have a 5 star rating. Perhaps it’s because the place itself is a bit small and can only seat maybe 15 people maximum with no option to stand at a bar table/​ledge.
But the cake. My god the cake is the best thing I’ve had in 3 weeks of travelling across Spain
The carrot cake has this lightness to it. And the mascarpone (I think) topping is also very airy and light, with the right amount of sweetness to complement the cake. Inside the cake is pastry cream. This is important because most carrot cakes use cream cheese which can feel too sweet and fatty/​creamy.
Only 3.9 euros for this delicious masterpiece. A way better deal than some of the hybrid pizza and cake shops that are just a few blocks up the street (perhaps it’s more touristy on the main road)
I could’ve eaten the whole cake. Wish I was in Spain longer so I could camp outside and try a bunch of the new cakes that she makes.
Would come again x100 and would recommend to my family and their family’s family ;)

In one word, this place is PRECIOUS!!! We were looking to grab coffee and pastries in the Chueca neighborhood and Pomme Sucre could not have been a more idyllic and charming spot.
I immediately started ooo-​ing and ahh-​ing upon entering, everything is just so darn cute! From their delectable pastries and chocolates on display to their beautiful collection of vintage tea sets, it was my version of entering an Alice in Wonderland tearoom (minus the Mad Hatter and his rabbit side-​kick). We managed to snag one of their impossibly cute and tiny tables and thoroughly enjoyed our apple pastry, pain au chocolat and cappuccinos! Also, if you’re looking to purchase a whole dessert for a gathering, Pomme Sucre has some very tempting and gorgeous-​looking cakes and I’m sure their dessert offerings vary from season to season.
Gracias, Unilocal,for this adorable find!

We popped over to Madrid this past weekend to visit a few friends and in typical Spanish fashion, none of them were wanting to eat until at least 2:30pm. I get seriously testy if I don’t eat within an hour of waking up so I turned to Unilocal to find a quick breakfast spot to help me survive until our mid-​afternoon lunch.
Pomme Sucre came to the rescue. After a 5 minute walk I arrived to a bright and clean bakery with a display of gorgeous pastries and a nice selection of baked goods. J and I were starving so ordered our two café con leches and then decided to share the croissant mixto, croissant de almendra, pain au chocolat and the pastel de crema.
The croissants tasted like they had been baked only minutes before and each one was so tasty. The ham and cheese they used for the croissant mixto had nice flavours and was topped with a light cream cheese to tie everything together. The chocolate and the almond croissants were both perfectly sweet but not over the top. And the cream cake was light and delicious. We washed everything down with their coffee and couldn’t believe that we got everything for around € 12.
This place may not provide a typical Spanish breakfast but you will not regret it!

Me decepcionó un poco, había leído tantas maravillas de este sitio que pensaba que su oferta pastelera iba a ser espectacular y nada más lejos de la realidad: los pastelitos que adornan sus estanterías son iguales que los de otras tantas pastelerías de chueca, y la palmera con chocolate que tomé me resultó bastante anodina.
No todo es malo, la decoración del sitio es chula y el personal es muy agradable.

Pequeño y acogedor local, solo tiene 5 – 6 mesitas, pero eso quizás sea lo que lo hace más atractivo para tomar un café tranquilo y relajadamente. El café con leche muy rico, servido en tacita de porcelana y el croisant… que rico ! Autentico croisant francés, es decir, hechos con mantequilla salada. También hay pequeños postres tales como mousse, pastel, galleta… concretamente pobre uno con queso fresco y… muy bueno ! La atención y simpatía del personal, de 10.

En mi opinión, la pastelería es una asignatura pendiente en la gastronomía española. Para chocolates, bollos y otras delicadezas, Francia sigue siendo el referente y, mientras que en tierra de galos puedes comerte un buen croissant hasta en la última panadería del último pueblo de Pas-​de-​Calais, es bastante difícil encontrar lo mismo por aquí, donde la idea que se tiene de un cruasán es la de un mazacote semiduro y medioseco untado con barníz dulce en su exterior. Por suerte, algo está cambiando: Pomme Sucre es uno de estos sitios que ha subido el listón, ¡hay esperanza!
Ya conocía los cruasanes, pero ayer me senté en una de las seis mesitas que hay en la tienda. A pesar de que la combinación de las consolas con espejos y el ladrillo visto del típico local de la zona no me convenció demasiado, el ambiente general sí. La vajilla de abuela inglesa y las teteras de hojalata que venden a cinco euros llamaron favorablemente mi atención. Las dos chicas que estaban trabajando eran simpatiquísimas y bueno, mi té de jazmin y mi hojaldre de praliné me resultaron una auténtica maravilla.
Para quien quiera un dulce, éste es, sin duda, un buen sitio. Muy recomendable.

I wish I would have found this place earlier. Café provides a nice ambiance, quiet and relaxing. Their sweets were also quite good.

Amigo goloso,
si estás leyendo reseñas de Pomme Sucre es porque aún no has disfrutado de las maravillas que Pomme Sucre te tiene reservadas.
Aunque el local es algo pequeñito (nada que objetar si lo que buscas es un sitio coqueto y resguardado), la decoración es bastante apañada (qué maravilla de vajilla y cubertería) y tienen el número de mesas justas para que tu paso por allí no sea agobiante.
De todas maneras, su punto positivo está en la gran variedad (¡y calidad!) de pastelitos de diseño, sandwiches, ‘croissants’, zumos, batidos y tés (sin olvidar sus cafés, de lo mejorcito que he probado por Madrid).
¡Y no te digo nada más! Deja que tu conciencia golosa disfrute por todos los rincones de Pomme Sucre, de su decoración y, sobre todo, de sus productos. No te arrepentirás (a excepción de cuando al día siguiente te mates a hacer ejercicio para bajar todos los pasteles que te has zampado: P)

Si te gusta el hojaldre, éste es tu sitio. Crujiente y con un equilibrio perfecto entre harina y mantequilla, para mí las milhojas de Pomme Sucre son como tocar el cielo con los dedos. Y en cuanto a bollería, el croissant con chocolate nunca me decepciona. ¡Es una apuesta segura!
El local es muy pequeño, con decoración minimalista (por no decir casi sin decoración), pero resulta acogedor. Menos mal que luego lo compensan con una vajilla de abuela, al más puro estilo de la Reina de Inglaterra.
Puedes degustar los dulces en una de las mesas, acompañados por un buen café o té, o bien pedirlos para llevar. Mis preferidos son la milhoja caramelizada de praliné (2 €) y el croissant de chocolate (1,50 €).

Hacía tiempo que le habíamos echado el ojo a este sitio, pero no fue hasta el otro día que entramos para que ahora podamos decir que muy bien todo. Para empezar, fuimos tan malditos de entrar a 5 minutos de la hora del cierre y, aunque era obvio que estaban haciendo la caja, nos atendieron tranquilamente y con bellas sonrisas en la cara, amén de aclararnos las dudas que teníamos sobre los dulces.
Tomamos una cosa que tenía nombre de santo pero que ahora mismo no recuerdo cuál, tan vasto es el santoral español; venía a ser un poliedro de caramelo, nata y crema pastelera que, sinceramente, me flipó. Aparte de esto, sendos cafés bastante correctos de sabor.
El ambiente es agradable, tienen unas seis mesitas muy cucas, en plan salón de té, y esas paredes en ladrillo visto que algún día nos cansarán pero todavía no. Ah, y dejan entrar perretes buenos, así que pude acariciar a un par de ellos mientras cafeteaba, lo cual para mí es un punto a favor.
Aparte de este servicio para tomar allí, también te ponen los productos para llevar, incluyendo infusiones ecológicas de muy buen aspecto, e incluso venden vajilla de esa tan mona que tienen. Nosotros no compramos porque no nos caben más tazas en la cocina, que si no…
Terriblemente bien, pienso repetir siempre que pase por allí delante, que suele ser una o dos veces al mes.

This is a tea room. My best friend and I came in 15 minutes before they closed, however, they allowed us to stay in and eat our hearts out (and our calories) on some awesome pastries. There is not much in terms of décor, however, it is made up for in awesome prices and extremely sweet staff. No English here but we got by with a few words and a smile.

No voy a mentir: me gustó bastante. Aunque el sitio es bastante pequeño, la realidad es que tienen una cantidad adecuada de mesas, para que puedas sentarte a disfrutar de un café, y lo acompañes de algunos de los maravillosos dulces que tienen en esta pastelería.
Yo me lancé a por un café y a por un croissant de chocolate. El café estaba rico, servido en vajilla vintage, muy propio. El croissant de chocolate era bastante ligero, y estaba muy rico, a pesar incluso de que el corazón, lleno de chocolate negro, era un mazacote bastante contundente, y quizá demasiado apelotonado en el centro, dejando las puntas un poco sosainas. Pero estaba bueno, que es lo que cuenta.
El local no es precisamente un palacio, pero está decorado con bastante gusto y, sobre todo, muy bien distribuido. Entrar es casi tocar el cielo, y estoy seguro de que te va a apetecer todos los dulces que tienen. ¡Para no perdérselo!

¿Eres fan de los pasteles de hojaldre? ¿quieres una pastelería agradable donde desayunar o merendar? ¿no quieres moverte del centro de Madrid? ¡Pues Pomme Sucre es la tuya!
Para mí es sin lugar a dudas el mejor croissant que he probado en Madrid. Se nota la calidad al primer bocado, la mantequilla, la textura… ¡todo!
Además, a precios inmejorables: 1,50 euros por un croissant en los tiempos que corren no me parece nada caro. Genial también el hojaldre en el caramelizado con crema de cacao (2 euros) y la tarta de queso con confitura de plátano (3,50 euros).
Además, el desayuno sale un poco más barato puesto que tienen algún descuento al combinar bollería y café por las mañanas.
El local es bonito, pequeño y coqueto, combinando lo tradicional y lo moderno. Tienen unas 5 mesas, por lo que a lo mejor toca esperar un poco pero, sin dudas, merece la pena.
Los platitos y tazas son al más puro estilo inglés, lo que le da un punto vintage muy interesante.
En resumen, una opción casi más interesante a su vecino Mamá Framboise aunque en un local más pequeñito y menos cuqui.

Small, intimate, relaxing space with attentive and friendly service. Perhaps the best pastries in all of Madrid.

Una pastelería muy coqueta y con una carta de infusiones muy amplia.

Mañometro: Ahivadai que huele a chocolate !!
Acabamos en Pomme Sucre rebotados del archiconocido y famosisisisismo «Mama Framboise» (cada vez mas masificado y con peor servicio) y casi que me alegro, descubrimos un lugar fantástico para tomar un café y con una repostería sencillamente espectacular, aparte de ser mas afín a mis gustos (chocolates cuantos mas negros mejor + frutos secos).
Mi acompañante se decidió por un curasan francés (es la primera mujer que conozco que odie los dulces) y un café «negro-​blanco» que constaba de café solo con una bola de helado … exquisito. Yo opté por un pastel «royal» (mouse de chocolate negro + blanco + leche con un envoltorio de crujiente de chocolate) que estaba sencillamente delicioso, y el mismo café.
De precios anda mas o menos lo mismo que la «mama» unos 3,50 el pastelito y unos 3 el café, un capricho de fin de semana «magnific».
Viva el chocolat y el hojaldre que lo parió.

Ya había comprado alguna vez tartas para llevar en esta pastelería tan chic pero hasta ahora no había tomado nunca nada en su pequeña zona de cafetería. La verdad es que los dulces que hacen allí son una pasada. Están muy buenos pero además son muy creativos y tienen combinaciones muy originales (por ejemplo la tarta de queso tiene una especie de confitura de plátano, creo recordar, y una textura como crema). Además cuidan mucho la estética y algunas las tartas tienen unas formas arquitectónicas chulísimas.
La cafetería es pequeñita, son como 3 mesas y se puede tomar un café o una meriendita rápida. Tienen variedad de tés y muchas de sus tartas tienen una versión mini individual que está muy bien para una persona.
Eso sí, es carillo pero realmente tienen una repostería de calidad, y eso se paga.

Hoy hemos hecho una segunda visita a este local y hemos probado nuevas delicias. Pero lo más agradable no ha sido lo comido, sino la atención de la camarera, que nos ha explicado cuales debíamos pedir ya que algunos de los pasteles acababan de salir y requerían un mínimo tiempo de reposo. Hemos seguido sus consejos y no nos hemos equivocado ¡así da gusto ir a un sitio!

Pequeña pastelería-​cafetería de la calle Barquillo, un pequeño paraíso dulce y chocolateado, en el que perderse durante un rato. Bollería y pastelería con mayúsculas, fina y delicada. Hasta la vajilla parece la de la tía solterona inglesa. Buena relación calidad precio, y ganas de volver para probar todo el surtido de tartas, pastas y bombonería.
Una joyita escondida entre tanta tienda de electrónica.

Galletas asombrosas!

Pomme Sucre es una de las pastelerias de julio Blanco, prestigioso pastelero que esta en la profesion desde hace mas de 16 años. su pasteleria es conocida por la amplia gama de novedades culinarias que introduce en sus postres y la calidad de sus productos.
El pequeño local, con suelo de maderita y con un par de columnas de metal (Esa decoracion tan madrileña) es una maravilla. a un lado una camara con postres como puede ser una minishacher o sus semifrios en tarritos, al otro los chocolates (Bombones, rocas etc.) y en el fondo la bolleria y la caja, donde te pondran tambien el café.
Antes tenian la bolleria en el centro de la tienda y en la vitrina de la caja la pasteleria salada. Pero desde enero que ya no tienen tanta pasteleria salada y han puesto un par de mesas altas en el centro de la sala que acompañan a las otras dos mesas bajas.
Mucha calidad por poco precio. Y da gusto sentarse a pedirse un café y un par de dulces. sobre todo porqué el café siempre te lo sirven en tazas diferentes. algo muy original.

Recientemente abrió esta pastelería y ya se ha convertido en una de mis favoritas. Los dueños proceden de una elegante familia de Gijón, y es en esa ciudad asturiana donde abrieron su primera tienda (la de Madrid es la cuarta). El local es moderno y minimalista, con un par de mesitas en una esquina por si quieres tomar un café y probar alguno de los bollos o pasteles. La variedad no es muy amplia, pero todo tiene una pinta exquisita y una presentación excelente. La verdad es que te entran ganas de probarlo todo y todo lo que he probado está muy bueno, aunque eso no es decir mucho porque yo soy muy goloso. Destacan los hojaldres, finos y crujientes, con crema y frutas, pero también los bombones, pastelillos y panettones. Todo parece recién hecho y luce brillante y jugoso, se me hace la boca agua sólo de pensarlo. Aún me quedan muchas delicias que probar aquí, así que volveré una y otra vez. Si os gustan los dulces y queréis conocer esta nueva y elegante, moderna y prometedora confitería madrileña. os animo a hacerlo.

Pomme Sucre es una nueva pastelería-​cafetería en la zona de Chueca y Alonso Martínez. A su corta edad, lleva menos de un año abierta, ya es considerada como uno de los negocios más exquisitos del barrio.
El lugar es pequeño, por dentro las paredes negras y el mobiliario el justo para centrar la atención en sus vitrinas repletas de bombones, chocolates y otras delicias. A los lados cuenta con un par de mesas.
La oferta es muy amplia tienen productos «levadura» como los llaman ahí, dulces y salados; croissants, soufflés, flanes, palmeras, canapés, quiches, hojaldres, empanadas y deliciosas tartas como la Sacher de chocolate y albaricoque.
La presentación de los productos está muy cuidada, se pueden vender por rebanada o unidad, para llevar o para comer ahí acompañándolo con café o infusión.
Vale la pena conocer esta pequeña pastelería, no para todos los días pero perfecta para ocasiones especiales.
La calidad y el servicio son indiscutibles, a diferencia del precio que es alto para las reducidas porciones.