De ser una cafetería fea y vieja de barrio, ha pasado a ser una cafetería renovada en estilo y productos, adaptándose a la competencia de la zona. Ventana en el escaparate a pie de calle para llevarse el pan o los bollos«on the go». Las mesitas de dentro son cómodas para tomarse un cafelillo a media tarde. No esperéis un trato personalizado. las camareras son bastante calladas y serias, pero como la bollería no esta mal, se puede aguantar.