Oter

Busy, relatively informal place. Surprisingly good food. Great Monkfish and grilled snapper. Good wine list (fair price).

Went for a long Spanish lunch. Wine list was great and reasonably priced. Food excellent. Elegant without being fussy.

Era la segunda vez que venimos a este restaurante, ambas por invitación de una cumpleañera porque si no jamás aterrizaría por aquí y menos desde lo de esta 2ª vez en el que los males de la 1ª parecen haber aumentado.
De la primera ocasión me fuí con un sabor agridulce, la comida buena pero el servicio malo, cosa que se ha visto corroborada en esta segunda ocasión.
El servicio no es profesional para lo que este nivel de restaurante requiere, no esta para nada a la altura de lo exigible para un restaurante de ese precio.
Lo que me parece inaceptable son los enormes periodos de espera, desde que nos sentaron hasta que llegó el primero de los aperitivos pasaron cerca de tres cuartos de hora.
Pero lo realmente desesperante es que habiendo entrado a las 21:30 fueran las 22:40 cuando llegó el primer plato.
De primero para compartir pedimos unas rabas de Santoña, pues bien, lo que llegó fue un proyecto de ellas, porque no lo puedo considerar ni una ración. Aparte de lo escaso es que estaban más bien tirando a duras por lo que los 14 € que cuestan para nada lo valen. Las patatas paja que lo acompañaban mejor olvidarlas, señores de Oter, donde esten unas buenas patatas fritas en aceite de oliva que se quiten los inventos.
En no demasiado tiempo llegó el segundo, una hamburguesa de carne hecha en casa acompañada por patatas fritas del estilo de las de bolsa y con boniato también en rodajas finas. No sé si es que allí sólo ponen la parte de arriba del pan o es que se les olvidó.
El punto de la carne bueno pero demasiado picante para mi gusto, al igual que el steak tartar de la cumpleañera, que a pesar de haberlo pedido poco picante, se les había ido la mano de nuevo, en la ocasión anterior lo mismo.
En honor a la verdad no todo fue malo, el risoto de boletus que se pidió mi señora estaba espectacular, al igual que el solomillo y el cochinillo que se pidieron otros de los comensales.
Eso sí, muy atento y muy amable el maitre trayendo los cubiertos más adecuados para el postre que trajimos como regalo a nuestra amiga, una tarta de zanahoria recubierta de fondant tematizada como si fuera una sombrerera de Henry Bendel.

Restaurante muy agradable. Tiene una zona de mesas altas muy acogedoras. La calidad de su comida es inmejorable. Además del marisco y sus pescados, la hamburguesa está riquísima. Trato muy agradable. Tiene servicio de aparcacoches. Se aconseja reservar previamente

Estuve hace un año y medio.
2 entradas, 2 segundos, un postre y un vino discreto: 127 euros.
Buena materia prima y platos conseguidos, pero por ese precio hubiese esperado algo más. Le falta algo. No creo que esté justificado ese precio por unos platos que aunque están buenos, no son impresionantes ni novedosos, ni creativos…
Las raciones son generosas, el local agradable, el servicio correcto.
Un detalle feo: Que incluyan en la factura el pan y el aperitivo que te traen a la mesa sin preguntar.
No estuvo mal, pero no repetiré.

A media mañana entre a tomarme un café mientras estaba de compras por el barrio.
Me pareció un sitio bastante acogedor y el café estaba bastante bueno.
Pero lo que me llamo la atención fue su comedor, bueno, en realidad, su cocina, que esta abierta al comedor y puedes ver como cocinan tu pedido.
Y los aperitivos que tenían muy buena pinta, pero claro con el café no te lo ponen.
Vi un cartel que tenían durante el mes de abril jornadas de bacalao, y los platos tenían una pinta estupenda, un pelin subidos de precios.
Mire un poco su carta, era cocina mediterrane y de temporada.
A ver si puedo ir a probar el bacalao!