Miga

Un tanto mejorable, así en general. Me acerqué a la hora de comer porque tenía mucho interés a ver qué se cocía, y la verdad es que estaba movidísimo. Tienen una barra de ensaladas y con eso montan el menú del día, consistente en ensalada y refresco. Parece que es bastante popular entre la población guiri que debe de acudir a alguna universidad cercana (pero no me preguntéis a cuál).
El sitio es mono, rollo vintage, baldosa hidráulica, madera, mesa común, etc. Os hacéis a la idea. Pero en mi opinión, adolece de varios problemas: el primero, que es un poco caro. Dos sandwiches, una flauta de jamón no muy bueno, Coca Cola y café me salieron por nueve pavos. Es que no me apetecía ensalada, pero por un euro más seguro que encuentras alrededor un restaurante mejor.
El café tiene buen origen (Supracafé) pero no está muy bueno (!). No tienen wifi (!!). Y encima son tirando a lentos. El servicio en mesa, tira que te va, pero para cobrar me tiré ahí plantado casi diez minutos. Supongo que era más importante fregar unas cucharas, sacar los platos del lavavajillas o vete tú a saber qué otras tareas variadas. Por otro lado, tienen obrador y el pan tiene bastante buena pinta, que es digno de saber.

El sitio chulo y el servicio atento y dinámico pero el desayuno tampoco es que sea gran cosa, rico pero no top, desde luego. El tomate escaso y el aceite de un piporro sin identificar (será por ser de donde soy pero me gusta saber que aceite tomo antes de probarlo). El zumo bastante bien y el mollete es auténtico.
Para lo que es Madrid para desayunar, está bastante bien pero sin más.

Es una alegría que empiecen a llegar cafeterías chulas por esta zona para que alegren las tardes de domingo a un servidor.
La decoración es muy parecida a las cafeterías que se han puesto de moda en el centro. Me gustó mucho la disposición del local, con un amplio expositor donde encontrar una gran variedad de panes y pasteles con los que se te hace la boca agua.
Me tomé un café con leche y una estupenda palmera de chocolate inmesa que no me pude acabar yo solo.

Antes de empezar:
1) La amo.
2) Por 3,60 € (que yo recuerde) desayunas como el karma manda! Desayuno andaluz con zumo de naranja natural que consiste en:
— dos molletes de antequera con jamón ibérico (si, si ibérico) y tomate recién triturado.
— Zumo de tomate natural recién exprimido de un tamaño bastante agradable.
— Café (muy muy bueno) o té (tienen buena variedad de tes, cosa que agradezco) a los que a veces acompañan con una pastita o una galletita (me gusta que sea una cosa constante, rutinaria, que varia en el tiempo, según el díà la ponen o no, es más como un regalo, me mola).
— Un convoy con un aceite buenisisisismo.
Y por supuesto, si no no me habría puesto a escribir, las papilas gustativas lo agradecen.
:)
La verdad es que por mi condición, casi siempre le he dado un uso muy específico:
DESAYUNAR (alguna vez he tenido la suerte de comer también).
Llevo yendo desde que abrieron en 2013 (2012? ya no me acuerdo), y la verdad que llama bastante la atención teniendo en cuenta el barrio en la que esta (pegado al mítico CATS). Parece más un sitio de chueca/​alonso martinez/​malasaña. Me encanta que sea como es y este donde esta, lo hace único.
Su diseño «naïve» con cristaleras de suelo a techo con el logotipo muy sutilmente integrado, los mostradores de madera, suelo de cerámica hidráulica, distintos tipos de mesas y sillas (sin abusar de la variedad como pasa en muchos sitios de postureo) recuerdan bastante a ciertas bakeries de Berlin o Londres, pero con una pincelada castiza que me flipa. Ahh y la terracita que se montan en la acera y que suelen alargar bastante se agradece mucho.
He ido solo, acompañado y en grupo y en todos los casos te sientes a gusto, hay un sitio para cada cifra, si vas solo, tienes tu zona de comfort, si vas acompañado también y lo mismo si vais en grupo.
Ha diferencia de muchas panaderías o bakeries que dan de desayunar, en esta te puedes sentar y vienen a atenderte. Los tíos/​as que lo llevan se nota que disfrutan trabajando en MIGA, y lo digo porque yo que soy arquitecto, me encantaría trabajar ahí, se les ve que esta orgullosos de el sitio donde trabajan, desde el jefe, pasando por los camareros/​tenderos, cocineros etc. Y eso se representa en un atención original y sincera, nada de ser agradables por el cliente, son agradables porque están en la máxima GLORIA en ese local, por lo que el ambiente que se respira es genial. A eso le sumas la variedad de gentes que entran en el local: viejecitas a comprar el pan, universitarios/​as antes o después d ir a clase, gente que trabaja por la zona, no se… da gusto desayunar ahí. Y si hace frío es acogedor que te c*g*s.
Puedes ir a comprar el pan y no fallas, bollos y pastas de todo tipo, tienen sandwiches caseros muy ligeros (y otros que no ;)), ensaladas para el mediodía, tiene un par de menús para la gente que va a comer etc…
Desde que se lo enseñe a mi madre que trabaja cerca, a veces cuando voy por casa, me encuentro en el armario de los bollos bolsas de papel de miga con bollos comprados el día anterior y al verdad que buenisisismos! Y eso que donde viven en la sierra de Madrid tiene mil panaderías increíbles. Pues NO! ahora compran sus cositas ahí en Miga.
Es de esos sitios que son una «mistura» de todo lo que te puede ofrecer un sitio con buen diseño (estético, de concepto y funcional en todas sus vertientes) y lo que te ofrecen los baretos «cures/​auténticos» de toda la vida: buenos desayunos, de cantidades ideales y un sabor 100% MadrileÑo /​español.
El único «pero»: Por lo visto dependiendo del día el pan pasa de estar bueno a bastante bueno! (no de malo a bueno, que conste jejej.)