Bajos precios y baja calidad! Las cañas cuestan 0,40 y 0,80 pero la verdad son malaaaas
Patri P.
Classificação do local: 1 Madrid
De verdad que a mí no me gusta escribir para no hablar bien, lo que tenga que exponer se lo digo a la persona directamente, pero le voy a poner dos estrellas porque en el fondo, muy en el fondo me da pena poner una, por los propios trabajadores que al fin y al cabo no hacen más que su trabajo. Ante todo, decir, que esta es una crítica al Mercado Provenzal que hay o había, porque hace meses que no paso, en la calle Montera al lado de los 100M de Montera, pero ya me han comentado que casi todos son iguales. Pues bien, hace cosa de meses, me acerqué allí y desayuné, estaba tirado, no sé si por 1.50 te daban un café y una tosta. El tiempo de demora desde que pedí el café y la tosta fue mayor de la media hora, gente que había salido de trabajar a desayunar se acabó marchando sin desayunar y diciéndoles que se quedaran con el euro. Olía a pis que apestaba. Cuando la gente le decía al chico que cobraba, porque uno cobraba y otro hacía los desayunos, que se dieran prisa porque habían pasado casi 30 minutos y no les habían puesto el desayuno, este encima se molestaba y lo hacía notar diciendo que nos pusiéramos en su lugar y en cómo era su trabajo. Algo que puedo entender pero creo que no es necesario decir nada en esos momentos que no sea solo: «lo siento» y dar explicaciones de por qué la demora, tal vez así hubiera conseguido que la gente fuera más simpática o que incluso volvieran otro día. Al final llegó un responsable y nos dijo que al parecer, al ser verano tenía falta de personal. Bueno, pero eso se dice cuando vas a pedir el desayuno«oye mira, va a tardar un rato considerable». Tampoco limpiaron las mesas de los clientes anteriores, entiendo que no daban a basto. En cuanto al café, ya ni me acuerdo, supongo que normal como todos los cafés, pero la tosta la tengo en mente porque estaba tiesa, era enorme eso sí, y si hubiera estado bien hecha y no dura hubiera hasta estado buena. A la señora de enfrente se la dieron quemada por un lado(que pusieron boca a bajo) pero la mujer se dio cuenta, y protestó y se la cambiaron. La verdad que al final, me dejé dos tercios de la tosta, me daba asco, el olor a pipí y tampoco, creo recordar, que me pareció muy higiénico en cuanto a la presentación del aceite y el tomate que en lugar de ser individual, como es en los 100M o en Rodilla… y en otros bares, pasaba de unos a otros. Espero que fuera algo puntual y ya esté mejor la cosa, de momento no lo recomiendo y no volveré.
Olaya O.
Classificação do local: 1 Madrid
Descubrí que había un Mercado Provenzal por el centro, y como había estado la semana anterior en dos ocasiones en el de Alberto Alcocer encantada de la vida decidí probar éste. Dos amigos me esperaban dentro, llegué, les saludé y me fui directa al baño. Me encuentro con una puerta grande, medio abierta con un hombre haciendo sus cosas(menores). Es un baño mixto, ya me parece muy cutre, y cuando por fin me toca entrar… me quiero MORIR. He entrado en baños móviles más limpios a las 5 de la mañana. Tras contar mi horrible desencuentro con el baño a mis amigos me encuentro con el segundo punto negativo, este local no tiene nada que ver con el que yo conozco, es tremendamente CUTRE. Con decoraciones sin sentido, como todo reutilizado de otro local, con carteles plastificados con tipografías de colorines muy de los 80 o de un colegio de primaria. Seguimos con que los camareros no es que estén a lo que hay que estar, el que supuse que era el encargado o dueño no nos dio el ticket para recoger la comida, se dedicó a hablar con su amigo sobre el precio del tabaco(o x, no recuerdo la apasionante conversación que mantenían) mientras se formaba una cola detrás de él que no le está pidiendo nada… y para colmo el sitio es super incómodo, tiene una parte llamada«la cueva» que estaba bajando unas escaleras la cual ni quise ver, arriba hay muy poco sitio pues apenas es una barra y dos mesas, y no sé cómo de gracioso será tener que bajar con 4 vasos hacia el inframundo que no se alcanza a ver… La música y el ambiente pusieron el punto final a la rotunda decisión de no volver.