Con una gran cadena de peluquerías como Marco Aldany te pasa que al final lo que marca la diferencia y le da valor son las personas que trabajan en cada centro. Es obvio que los estándares y formas de hacer las cosas en una cadena son relativamente uniformes, pero la diferencia entre estar contento y estar CONTENTO la marcan sus trabajadores. La rapidez es una de las señas de la marca así como el funcionar sin cita previa y el corte a 9,99 de lunes a miércoles, pero en mi caso lo que me hace cortarme el pelo en esta peluquería es Vane. Simpática y profesional, entiende lo que quieres al minuto, te aconseja con sinceridad y te va preguntando cómo te vas viendo. Y eso es algo que se valora un montón, porque ¿cuántas veces habremos ido a una peluquería queriendo parecer sacado de Mad Men y acabas con el pelo como Withney Houston?