Marco Aldany

He ido a esta peluquería a hacerme la manicura semipermanente y he salido de allí huyendo! Para empezar, la mesa en la que te realizan las uñas, sucia.. llena de trozos de uñas de otras clientas. Una imagen lamentable. El secador de uñas, sucio por dentro también, que hasta te daba grima meter la mano.. Una vez yo mostré signos de no sentirme agusto con la suciedad que había, se dispuso a pasar un palo y limpiar la zona (excepto el secador, que seguía igual)

La persona que me hizo el tratamiento, debo decir que fue amable conmigo e intento "solucionar" el problema de buenas maneras pero, no todo vale. Agradezco su amabilidad pero, si no se sabe realizar cierto trabajo y además no se tiene los productos adecuados para ello, no deberían de ofertar este tipo de tratamiento.

Elegí un color que, dentro de la poca variedad que tenían de pintauñas, aparentemente iba a quedar bonito. El problema fue cuando empieza a aplicarme los productos.. Esta persona se dejaba media uña sin hacer y en otras me pintaba mucho por fuera de la uña (no me puso ni protectores de dedos ni nada en los dedos como en otras estéticas, para hacerlo más profesional). Todo el rato, y en cada capa que me daba, tenía que repetirle que me repasara las uñas ya que el color se aguaba y se iba completamente, además de como decía más arriba, me pasaba el pincel con prisas sin precisión y sin fijarse si había pintado toda la uña o no. Luego, pasaba a cada momento su propia uña sobre los filos de la mía para así quitar los restos de pintauñas que, continuamente se deslizaba para los lados de la uña, ya que era malísimo y estaba muy aguado. No parecía un pintauñas profesional ni por asomo, sino más bien uno de juguete para niños. O bien me pasaba las uñas como decía, o tenía que pasaba la cutícula para retirarme pellejo porque era incapaz de poder retirarme el resto de pintauñas, de lo mal que se me quedaba.

Lo peor no es eso sino, que viendo el mal resultado que estaba dando, no fue capaz de reconocer el problema ni de parar a tiempo. Continuo aplicándome productos y capas con la excusa de que al final del todo iba a quedar super bonito y bien. Hasta que ya viendo el resultado, antes de que me aplicase el producto fijador y no se pudiese hacer nada más, le dije que por favor parase y me retirara todo, ya que eso era una autentica chapuza, tanto el color como el procedimiento que estaba aplicando al realizar la manicura, ya que no era ni profesional ni estético.

No conste con ello, intentó "solucionarlo", convenciéndome de pintarme las uñas de otro color ENCIMA del que ya me había pintado y hecho 2 capas.. y según ella, el color de abajo no se iba a notar y se iba a quedar el nuevo por encima bastante bien. No me parecía medio normal lo que me estaba proponiendo pero, por dar una segunda oportunidad le dije que adelante. Comentaba también, que había sido "mala suerte" que ese color hubiese salido tan aguado y mal, pero que el resto de pintauñas no eran así. Por eso decidí continuar pese a no gustarme del todo la forma de aplicarlo que quería.

Y efectivamente, una vez aplicado, el color no quedaba mal, sino peor aun. Aguado completamente, con todo el pintauñas esturreado en los filos de las uñas, medio dedo pintado ( ya que al pasar el pince y como indicaba desde un principio, no tiene profesionalidad ninguna ) y fatal. Al final se dio cuenta del error y decidimos retirar todo el producto y dejarme las uñas sin pintar y listo. Pero en ningún momento se disculpó por todo el proceso. Únicamente pidió disculpas una vez por "el pintauñas". Entiendo que para ella, todo lo demás había sido muy profesional por su parte.

Ese día salí no solo con las uñas castigadas y llenas de colorines por los filos (ya que fue imposible retirar del todo los diferentes pintauñas que me aplicó), sino con los dedos destrozados Y escocidos de pequeñas heridas que me había hecho tanto con sus uñas, como con la cutícula y la lima ( también me limaba más los dedos que la propia uña. Delicadeza 0 ).

Un autentico desastre de lugar. Malos productos, poca limpieza y 0 profesionalidad por parte de esta señora. No recomiendo para nada ir allí a realizarse un tratamiento de uñas y por supuesto, no volveré jamás.

Situado en la calle Alcalá al lado del metro Príncipe de Vergara, se encuentra una de estas franquicias.
Yo soy muy de cortarme el pelo los fines de semana (esa vez al año que me lo corto… si no hay bodas de por medio), porque como no me peino normalmente aprovecho para estar un poco decente días que lo vaya a apreciar alguien más que el señor de seguridad de mi edificio.
Los fines de semana por la mañana las peluquerías están abiertas, por las tardes es más complicado encontrar sitio, y sobre todo depende de la hora salvo en cadenas.
Llamé para confirmar el horario, abren hasta las 22, y me planté allí a las 20:15. Estaba bastante lleno por lo que la espera fue grande, mi problema.
Una chica me lavó y otra cortó y peinó, ambas muy simpáticas, profesionales y que me consultaron todo el rato sin ningún tipo de objeción. Si digo que quiero el pelo recto lo quiero recto, si quiero capas quiero capas, y si quiero cortarme 20 centímetros de mi melena me los corto.
La primera vez que me corté el pelo en Madrid, tras cambiar mi Llongueras de Oviedo de toda la vida y probar en el situado en Ortega y Gasset salí llorando, que me llamen rancia y no quieran hacerme lo que me da la gana es algo que, llamadme loca, no me gusta.
El precio final por lavado, crema, corte y peinado fueron menos de 32 € y salí muy contenta con todo, aunque eché de menos el masajito craneal. Qué le voy a hacer yo soy muy de masajitos.