Genial menú del día con raciones más allá de lo abundantes por 12,5 €, yo después de haberlo probado una vez creo que la próxima o me quedo una semana de comer antes de ir o optaré por el menú exprés que sólo incluye un plato.
Toni J.
Classificação do local: 4 Madrid
Comida zamorana/leonesa en la zona de Cuzco. Tienen carta de panes para el desayuno, buen café y unos menús del día bien compensados. Para tenerlo siempre en la recámara.
Fer A.
Classificação do local: 4 Madrid
Dejando de lado los tipos de café: arábico, colombiano, africano, aromático, intenso… nunca deja de sorprenderme además, el elenco de formas de pedir y servir el café ya que como las opiniones y los culos, cada uno tiene la suya. Que sí cortado, italiano, expreso, sólo, acompañado, café con leche, largo de café, manchado, capuchino, mokaccino, viénes, irlandes, escoces, bombón, y luego las manías que sí en vaso, para llevar, con azucar, sacarina, azucar negro, leche fría, caliente, templada, una gota, dos, largo de leche. Que además se dice todo de seguido y de rondón. Imaginen la escena: tres hombres(o mujeres) entran a una cafetería y piden un cortado corto de café con sacarina leche templada, café con leche en vaso largo de café, italiano con sacarina. Yo que me imaginó al otro lado de la barra me reconocería incapaz de recordar toda la comanda. Nunca podría ser mormón. Soy un cafetero. Uno de los muchos adictos a la caféína de lento despertar, a quién le cuesta mucho arrancar a su única y perezosa neurona para que empiece a carburar y bombear ideas. Necesito mi dosis de café diaria como si fuera un pico. Como zombies que somos en este estado letárgico, seguimos nuestros pasos por la inercia de la rutina y pedimos siempre lo mismo en el mismo bar. Tanto que al final se conforma una simbiosis entre el yonki y la camarera que suministra tu droga. Porque a ti te gusta tu café a tu manera. Y no de otra. Con toda esa sarta de variedades en la elección que he enumerado. Al final, de tanto frecuentar el mismo sitio alcanzas la perfección. Tú sabes lo que quieres y la camarera ya te sirve tu café como a ti te gusta. Tantas dosis suministradas, tantas correcciones realizadas. No, así no, con leche templada, sin azucar. Eso es. Mi cafetería perfecta es ésta. Donde tomo café a diario. Hace poco ha cambiado de dueños por unos oriundos de Zamora y con ello le han cambiado la cara totalmente. Lo han decorado estupendamente con tonos verdes, han puesto un hilo músical relajante de jazz, han traído un cocinero estupendo y toda una serie de comodidades y servicios como ofrecer 4 o 5 periódicos diarios, y diariamente en la zona de supermercado –al inicio– pan artesano, hogazas, pan integral, centeno, etc… y distinta repostería, tartas, bollos y refrescos. La zona de cafetería, que al mediodia se transforma a restaurante de menús, con su barra alargada hasta el final y mesas para tomar un desayunos con reposo y calma atendida por camareros. Nosotros que ya somos veteranos, somos clientes de barra. Los camareros ya nos conocen y nos sirven el café igual que el equipo de mecánicos Ferrari cambia las ruedas a Alonso. En 8,56 segundos. Y sin necesidad de decirle que tipo de ruedas necesitas. El café es barato(1,30) y está rico rico. Aunque quizás sea que nos lo ponen a nuestro gusto. La oferta de desayunos se mueve en la gama de precios habitual, chocolate con churros 2,55, con pincho de tortilla 2,50, barrita con tomate 2,75, con tostada 2,30 o a la carta de panes 2,70 €. L@s camarer@s son unos soletes más majos que las pesetas con quién se puede bromear y sirven rápida y diligentemente. El menú del día de 12,50 es tradicional con un toque moderno y fresco, a elegir entre dos primeros y dos segundos, uno dietético o ligero de cada, más postre casero. Destaca los Jueves el tradicional cocido Maragato, mientras que el resto de la semana tienes platos que casi se pueden saborear al leerlos: Lentejas francesas estofadas con verduras de temporada, suprema de salmón a la plancha con suave crema de tomillo, arroz a la zamorana, habones de sanabria con setas. Yo soy más de café que de comer. Así que si estáis por la zona, es probable encontrarme metiéndome un chute de caféína en vena. Buenisima opción si os pilla de paso.