Pequeña taberna de las de toda la vida entre la Plaza de Lavapiés y la Ronda de Valencia a la que acudimos de paseo por el barrio buscando dónde comer algo. Todas las raciones que pedimos estaban buenísimas: las albóndigas(ligeramente picantes; nos comentaron que, según quién las haga, otros días pican incluso más), el pincho de tortilla y las croquetas(con las que yo quedé particularmente encantado). Y todo a muy buen precio. Un lugar estupendo donde parar a comer algo si te agarra el hambre en Lavapiés.
Susana I.
Classificação do local: 3 Madrid
Si un restaurante se puede permitir cerrar los sábados es porque el resto de los días está a tope. Y ellos lo han conseguido desde 1969, momento en el que abrieron sus puertas por primera vez sirviendo una exquisita cocina tradicional casera. Además, tienen su clientela habitual visible en sus desayunos, menús diarios por sólo 9 euros y uno especial para el domingo por 14 euros. Son famosos por sus asados, que aún me faltan por probar porque yo de momento me estoy especializando en sus tapas, seré feliz el día que pongan una tapa de cochinillo asado. Otra de sus virtudes es su terracita de verano, y más ahora para los fumadores condenados a fumar bajo el cielo como techo.