Probamos los boquerones en vinagre y las gambas cocidas. Todo correcto calidad /precio
Paz R.
Classificação do local: 4 Madrid
¡Lo que me gusta este sitio! Y, es que me pierden los boquerones en vinagre. ¡Hasta me da rabia que solo me pongan los un boquerón por consumición! El bar es pequeño y no he podido coger mesa en la salita del fondo. Yo siempre he estado en la barra observando lo bien que se maneja la plancha en este lugar. Me gustan sus boquerones acompañados de aceitunas. Me gustan sus gambas a la plancha. Me gustan sus ostras. Y ¡olé y olé esas raciones de merluza! No he probado la ensalada de tomate y anchoas que se comenta en un comentario aquí mismo en Unilocal.La verdad, no lo he hecho porque no sabia que existía, pero es una de esas cosas que seguro me pierden. La atención del personal es seria y profesional. ¿Por qué no le doy 5 estrellas? Porque un boquerón y una aceituna por caña me parece muy poquito y porque las raciones me parecen minúsculas.
Sergio A.
Classificação do local: 4 Getafe, Madrid
Muy bien calidad precio. Es el típico bar de Madrid con buenas raciones de marisco a buen precio. Lo mejor es la ensalada de tomate con anchoas y la merluza.
Susana I.
Classificação do local: 4 Madrid
El típico bar, con sus clientes habituales y sus camareros muy cercanos a la jubilación. No lleves a turistas o a conocidos que sean tiquismiquis con la limpieza porque alucinarán al ver las cabezas y pieles de gambas por el suelo. Pero si dejas eso a un lado disfrutarás de unos buenos boquerones en vinagre, unas buenas gambas a la plancha, cigala a la plancha y ostras de frescura y calidad. A mí es un sitio que me encanta aunque esté sucio y sólo tenga cuatro mesas para sentarse porque es un sitio de los de siempre que no debe desaparecer.
José Luis T.
Classificação do local: 3 Madrid
Buen lugar para quitarse el mono de comer marisco y gambas, pero no para degustar exquisiteces. No les falta variedad, y como poco una vez si frecuentas el barrio merece la pena entrar. Siempre he ido acompañando a otros amigos que lo buscan por la fama que tiene, o porque cansados de tomar raciones y tapas basadas en la carne y la patata el cuerpo les pide lo que viene del mar. Son muchas las veces que he acudido, y sin comer mal, ni quejarme del trato no encontraba el éxtasis como quienes me rodeaban. La última vez que pisé El Boquerón lo hice con un amigo vasco, quien había recibido excelentes referencias de un paisano suyo. Tras pedir gambas, percebes, nécoras, boquerones y cigalas a la plancha me dijo: «No es para tanto». Me sentí aliviado por encontrar una opinión coincidente. Se suele encontrar lleno, y hay unas pocas mesas de madera y banquetas en las que con suerte te puedes acomodar. Si valoramos la calidad del sitio por la cantidad de servilletas que hay en el suelo puede ser el mejor bar de Madrid.