La Terraza del Matadero es ultra molona, pero está siempre a rebosar. Es difícil hacerse un hueco, sobre todo en verano, y más si el Matadero está lleno de gente muy emperifollada y bien vestida que va a una jarana de algún tipo(no fui capaz de enterarme de cuál era la jarana, pero bueno). El caso es que, si te hartas de esperar tu turno para la terraza y te decides a salir, hay alguna terraza en los alrededores donde te puedes tomar una cerveza. No en un entorno ni en un marco incomparable como el del Matadero, pero sí con las luces del cartel del Matadero en frente. Y algo es algo. Diga sí a las cervezas en la terraza, pero diga NO rotundo a pedir algo de comer. Yo, que iba ya canino, decidí hacerme con un pepito de ternera. Craso error, estaba horrible. El pan estaba duro, la ternera estaba como un zapato… y encima cobrado a precio de oro. He estado entre las dos y las tres estrellas, pero de verdad, es que no puedo ponerle tres estrellas por muy buena ubicación que tenga. Igual cualquier otro bocadillo hubiese estado mejor, pero el pepito de ternera fue, sinceramente, de echarse a llorar de la pena.