Las Cerchas

El local está un poco escondido y es bastante grande por dentro. Se divide en una terraza apta para fumadores, a pesar de estar semi-​cerrada, y un comedor muy amplio.
La carta no es muy extensa, lo que se agradece, porque a veces uno tiene tanto donde elegir que casi es más fácil equivocarse con la comida que acertar.
Aquí hacen una apuesta fuerte por las carnes y los vegetales, así que si vais buscando pescado, olvidaos. Yo probé la hamburguesa de buey, unos 12 euros, y no me decepcionó. Las patatas fritas estaban espectaculares, y ojo, las hamburguesas vienen sin pan, ni lechuga, ni nada. Lo que viene siendo un filete ruso, vaya. Sin embargo, no se echa en falta nada, porque el tamaño es considerable y la ración de patatas generosa. Entre los comensales pude probar un más que decente lomo bajo de ternera. Para picar algo pedimos croquetas de jamón y de boletus, ambas buenísimas, pero la ración se me quedó pequeña. Sólo son 6 unidades, así que si pretendéis repetir tenedlo en cuenta porque están tan ricas que vuelan. El pulpo a la gallega también es buena opción para ir abriendo boca.
Una agradable sorpresa fue encontrar cerveza Bravante de barril, la que te traen si pides una caña o un doble. Como nos quedó hueco para los postres me tiré de cabeza a la tarta de limón, y menudo acierto. Una porción ENORME con un merengue perfecto, y un buen golpe de limón no apto para sensibles. Lo único que puedo reprocharles es un poco de tardanza, porque el local estaba a tope y no daban abasto. Si mejoran la rapidez en el servicio tienen un negocio top.

Estuvimos un grupo de amigas en este nuevo restaurante que han abierto no hace mucho y nos atendieron estupendamente. El sitio es muy agradable, además de estar bien decorado, tiene una especie de terracita jardín. Nos tomamos unas zamburiñas que nos encantaron. Al final, al pedir de postre una tarta, nos regalaron un surtido de tartas caseras para que las probáramos, ¡estaban todas buenísimas! En fin, pensamos volver.