La verdad es que, visto desde fuera, el local parece un bar de barrio de los de toda la vida. Pero si de repente te encuentras un lunes con ganas de tomar un vino, que sepas que este local adyacente al Teatro Lara está abierto, es un sitio tranquilo y tiene un precio de lo más adecuado. Es verdad que cuando entras aquello parece lo que denominamos«un bar de viejos», lo que no tiene necesariamente que ser un adjetivo despectivo, como hemos explicado muchas veces, sino que a menudo es más bien un piropo :) Pero la barra de metal no deja lugar a dudas. Eso sí, cuando miras un poco más detenidamente, te vas fijando en los detalles: una nevera para tener el vino a la temperatura adecuada siempre, una carta de gin tonics de lo más decente y a unos precios increíbles… Vamos, que definitivamente esconde muchísimo más de lo que parece a primera vista. Ya sabéis, no juzguéis por las apariencias. La belleza está siempre en el interior.