Siempre que nos mudamos hay una serie de establecimientos que localizamos inmediatamente: el supermercado, la frutería, el centro de salud, el gimnasio(los más aplicados)… Y, reconozcámoslo, nuestro bar de cabecera. Sí, sabéis de lo que hablo, ese sitio en el que tomarte algo de forma cotidiana, con una terraza agradable en verano y unas cuantas tapas a buen precio para evitar ponerte a los fogones en más de una ocasión. La Zamorana ha sido para mí ese sitio en los últimos años. Con una variada carta de pinchos a 1’5 euros y cañas bien servidas, la terraza de esta taberna que data de 1921(desconozco si con actividad continuada o no) es de visita obligada para los habitantes del barrio en cuyo corazón late: Chamberí. También cuenta con un espacio de comedor donde se sirven otro tipo de platos más elaborados(parece ser que están especializados en pescados), pero no he tenido la oportunidad de probarlos. Por ponerle un pero, la zona de bar interior no es demasiado grande, ni excesivamente cómoda en cuanto se juntan varios grupos y parejas. Los precios también han subido algo últimamente, pero la calidad de los productos los justifica. PD. Mañana me cambio de casa, así que comienza una nueva búsqueda. Eso sí, espero volver pronto a La Zamorana.