La Santa Tapa

Es normalito y relativamente económico. Sigue la fórmula de esos locales que están empezando a surgir ahora, en las que puedes escoger la tapa que te vas a tomar de una carta de 30 distintas. Obviamente, no vayas a esperarte calidad gourmet que pagas calidad-​precio. por unos 7 € puedes salir cenado perfectamente, con un par de tapas y un par de cervezas.
La terraza es curiosa y grande, el único pero que le pondría es que está justo al lado de la carretera y a veces se monta un cirio, especialmente cuando pasa un autobús, pero se está agusto en la terraza porque no es una calle que sea muy transitada. También el local es más o menos grande y tiene dos alturas, con una decoración muy avispil (todo es entre negro, plata, blanco y amarillo… xD) que, si eres un poco maniático con el tema colores, igual te decantes por quedarte en la terraza.
En la parte alta tiene bancos corridos y sillas altas para aprovechar el espacio y (Dicen) para poder organizar cumpleaños y tal. No veo que esté muy bien diseñado en ese punto, no hay mucho espacio, cuando pasas por el pasillo, puedes tropezar con los que están sentados, pero la intención es lo que cuenta.
Es una apuesta interesante para un barrio que ya tiene una oferta más que interesante en bares de tapeo de batalla.

Hace poco, la oferta de caña+tapeo del barrio se hizo un poquito más grande con este local que pretende hacerle frente al mismísimo Sapama, ¿las armas? Cobrar las tapas aparte, pero dándote a elegir. Sí, igual no llega a la consistencia de su clásico vecino, pero la verdad es que se agradece el poder decir lo que se quiere, en vez de aceptar un plataco hasta arriba de la fritanga más selecta de la zona.
La carta de tapas está bastante bien y es amplia y los platos en sí no están nada mal. No os esperéis una cocina de estrella Michelín, pero oye, que ahora, con el calorcito, si te consigues agenciar una mesita en la terraza, las horas se pasan la mar de a gusto.
A mí me ha convencido nada más por cambiar un poco, que siempre viene bien y encima con unas patatas y un serranito ya me roban el corazón.