No sabéis que felicidad da ver que los locales cerrados del mercado van tomando vida y se alojan en ellos nuevos negocios. Este es el caso de La Caracola, a pie de calle y justo al lado de la puerta de entrada del mercado por la calle Santa Isabel. Que bien sienta volver a casa desde el trabajo, haciendo quinielas de qué tienes en la nevera, fustigándote por pensar en comida para llevar a casa y justo, delante de ti, ves una pequeña tienda con comida casera y muy sana. Dios! que guay, que rica. No puede esperar a probarlo y me pillé una enorme ración de ensaladilla. Y es que es ver los rayos del sol y mi cuerpo me pide ensaladilla. Estaba bien buena y fueron unos 5 euros, y era bastante grandota. Tienen cositas dulces, algunos snacks, arroces y pollo. Pero ojo, que esto va cambiando. Ya que está hecho por la dueña, por lo que el menú variará dependiendo de la temporada y del día claro. El pollo que había tenia una pinta deliciosa. Creo que seré más que asidua a este negocio hecho con cariño. Ya me veo pillando los tuppers y sentándome al sol, disfrutando de la vida como debe ser.