La Bodega de Los Secretos

I truly can say I had an amazing experience, this will be one of the highlights of my Spain trip.

SUBLIME
De este restaurante se pueden decir muchas cosas y todas buenas. No es baladí que esté considerado como el más romántico de la capital.
Fuimos a celebrar un cumpleaños en pareja y el trato fue extraordinario. Camareros muy educados y simpáticos.
¿La comida? De 10. Si el lugar ya es un escenario que evoca sueños y fantasías, el contenido de los platos no le va a la zaga. Sabores sencillos pero excelentemente combinados. Por ejemplo, mi primer plato fue un Foie mi-​cuit de pato con puré de pera, que acompañado de un vino blanco de Rueda (Verdejo) hizo las delicias de nuestro paladar.
Repetiremos.

Absolutely breathtaking. I have dined all over and can honestly say this is the most romantic place I’ve ever been. Very trendy interior, modern twist that accentuates the rustic attributes of the cellar that make it so stunning. Every corner is artfully put together and the attention given to us was impressive. We had the owner himself give us a tour of the entire restaurant and explain the rich history of the venue to the last detail (over half an hour of his time). Let’s not forget the excellent food — Honest pricing and quality ingredients. The ceviche, croquetas and rabo de toro were perfect to go with the delectable tempranillo. I would recommend this restaurant to anyone visiting Madrid! A must go!

Wir waren mit einer Gruppe von 30 gut untergebracht und der Service hat reibungslos funktioniert, Die Vorspeisen waren klassisch, aber raffiniert und zeitgemäß. Filet und Wolfsbarsch waren von guter Qualität, das Tarte Tartin handwerklich und geschmacklich fein. Rundum ein gelungener Abend.

El local es bonito y diferente, con gran encanto. Lamentablemente, aunque el trato del personal es correcto, la comida no está a la altura de las expectativas creadas por las criticas que tiene este restaurante. Quiero precisar que aunque en sala el trato es correcto parece que priorizan su conveniencia a las necesidades del cliente, soy yo la persona que decide a qué hora quiero cenar y no es agradable que te recuerden en repetidas ocasiones la hora de cierre de cocina.
El pescado se sirvió frío y, aunque la presentación era buena, no había mucho más que destacar.
Mención especial para el lomo de buey gallego, no se puede estropear así tan buena materia. Mal corte, del que sólo se podía aprovechar una minúscula parte y además no estaba bien cocinado.
Decir que lo mejor de la cena fue una ensalada de ventresca no dice mucho de la cocina.
Por último comentar un error por ambas partes, por la nuestra porque no solemos fijarnos en las facturas y por la suya, porque nos cobraron tres cervezas cuando lo que tomamos fue una cerveza y un agua.

Un sitio diferente y original. Me parece un lugar ideal para llevar a tu pareja y compartir complicidad e intimidad, gracias a las minicuevas con las que cuenta el restaurante.
El atún muy bueno y los entrantes para compartir también perfectos.

Un sitio maravilloso lleno de encanto para una comida riquísima. Es una bodega con cuatro siglos de antigüedad, remodelada de forma muy acertada para conjugar tradición con modernidad. Los reservados son ideales para venir en pareja. Nosotros vinimos para celebrar nuestro aniversario. De entrantes comimos las croquetas de jamón ibérico, ricas, cremosas y con muchos tropezones y una ensalada de rúcula con queso de cabra, frambuesas, nueces y jamón riquísima. A mi la ensalada no me suele gustar y ha sido la primera vez que realmente he disfrutado comiendo una, especialmente por el queso de cabra, brutal. Mi pareja comió el tataki de atún en la que destacaba la gelatina de mango, con una mezcla de sabores algo explosiva y yo comí el rabo de toro, sin hueso y riquísimo con la mezcla con la salsa y la muselina de patata, también el mejor que he comido. De postre pedimos tarta de queso, también perfecta, y sorbete de mojito que en realidad era helado y se me hizo un poco pesado. Eso sí, es caro. La broma nos salió por 84 € con una botella de agua, un refresco y una cerveza. El trato excelente. Perfecto para una ocasión muy especial cuando te lo puedas permitir.

Fui a comer hace tiempo con alguien especial, y ambos salimos encantados. La comida fue magnifica, el ambiente idóneo, íntimo y a media luz. Hacen falta mas lugares con encanto como este. FELICIDADES

Hoy he ido a comer con mi familia y la. verdad es que ha merecido la pena. Lo más destacable es el lugar, de hecho, fue una bodega del siglo XVII y luego sirvió de refugio durante la guerra civil.
Había muchos recobecos y entre ellos algunos bastante apetecibles para sentarte, además de que la decoración y la iluminación daban un aspecto bastante agradable. Donde me he sentado se llamaba la galería donde habían colocado una pantalla con pelis mudas lo que le da un toque vintage al lugar.
En cuanto a la comida, la carta era escasa pero en sí, estaba todo muy rico.
Un detalle que parece insignificante pero que muestra realmente cómo funciona el restaurante son los baños, que bueno eran modernos y para diferenciar cuál era para hombre y cuál para mujer ponía «Guapo» y «Guapa».
Finalmente debo de decir que el jefe o el que estuviera a cargo ha sido bastante majo con nosotros y al acabar de comer nos ha explicado y enseñado el restaurante laberíntico que lleva, contando un poco la historia que en sí lleva escrita en sus paredes.
Esta situada cerca de la Caixa Forum asi que si se quiere ver una exposición y luego o antes se come, es un buen lugar.
El sitio es bastante reciente, de hecho han abierto hace 5 meses asi que les deseo nuena suerte con el negocio y ojalá vuelva otra vez.

Fuimos 4. Al entrar nos gustó inmediatamente el local, una bodega con 4 siglos de historia bien reformada. La primera impresión no fue buena: quisieron sentarnos en una mesa que no queríamos cuando aún el restaurante estaba vacío.
El personal de mesa muy amable y educado. Nos trajeron los platos y se apreciaba el «diseño», pero el sabor o las temperaturas no eran acertados… qué manía van teniendo los restaurantes en vender fast food de diseño sin alma alguna.
Por recomendar: el pulpo sobre puré de patatas.
Jamás volvería a pedir el secreto con salsa secreta (que me pareció una mostaza de Dijon aguada), la carne mala y mal cocinada; dura y seca.
Y lo más sorprendente, después de los postres, tras 163 euros de cuenta, quisieron negarnos un vaso de agua porque «les estaba prohibido dar agua del grifo», y nos ofrecían vendernos otra botella! Jaja! Ver para creer.
Pagamos 42 euros por persona. Hoy en día, se recibe mejor calidad en muchos restaurantes por 30. Y te dan los vasos de agua que quieras…
No creo que lleven mucho tiempo abiertos, por lo que seguramente en un futuro vuelva a ver sí han mejorado. Tenían aspecto de «gente sana» así que espero que lo consigan.