Kona Lei

Típico martes que quedas a tomar unas cañas y te lías, te lías, te lías y acabas con un cóctel en la mano, sin saber muy bien ni como no porqué. El caso es que, después de un ratito sentados en la Plaza del Dos de Mayo, en la que todo cierra como a las once, nos encaminamos aquí a tomar un cóctel tiki, porque nos encanta el bar y la decoración y todo.
Nos atendió una chica que no sólo era simpática, sino que encima era resuelta, risueña y dicharachera. Vamos, un encanto. Nos sentamos y se acercó diciendo «no está el coctelero hoy, así que la carta de cócteles es más corta que de costumbre: sólo están los que sé hacer yo».
Lo dijo con tanta gracia, y encima nos trajo patatas, chuches y de todo que, de verdad, solo por eso se lleva la quinta estrella. Espero verla más a menudo por ahí, porque era un verdadero encanto.

Local agradable para tomarse algo. ¡Adoro los bares con sillones!
Entre semana hasta las 22:00 tienen precios más bajos.
No he probado sus cócteles pero leyendo la carta se puede ver que tienen bastante variedad y sonaban bastante bien.

Estaba entre 3 y 4 estrellas, pero al final me he decidido por 4 porque la verdad es que el sitio es muy original. Está muy bien «atrezao»: fotos, vasos con formas exóticas (coco, bambú, concha…), un pez globo, sillas de mimbre… Todo muy «tiki». Además, el local mola mucho, tiene dos ambientes y un ventanal muy chulo que da a la calle Hernán Cortés.
Pero tengo un pequeño pesar… y es que, en la tan amplia carta que tienen, no hay NADA con fresa u otros frutos rojos, ¡con lo que a mí me gustan! Pero es que resulta que la fresa no es… «tiki». Bueno, aun así encontré algunos interesantes, aunque muy ácidos (al menos los dos que probé). Eso sí: la carta, si bien original, es muy, digamos, «densa». Los cócteles, con nombres largos, se describen en pequeños párrafos también largos que acaban por hacer que te pierdas. Creo que leerla entera igual lleva más de 5 minutos… Al menos los ingredientes están escritos en otro color, para que puedas ir al grano si no eres muy de literatura.
Precios entre los 7 y 9 euros, si no recuerdo mal. Quizá un pelín caro, pero son originales, generosos y bien de alcohol, quizá demasiado… x) El camarero, un chico singular un poco en la parra; ¡se olvidó de mi segundo cóctel! Pero bueno, amable y paciente.
Un sitio curioso a la par que simpaticón, ¡solo le falta una terraza! Le daría mucho juego.

Sí, tienen cócteles curiosos, sí los sirven en vasos y recipientes únicos… pero no ha acabado de convencerme. Explico por qué:
La carta, excesiva.
Me costó centrarme, demasiadas opciones y demasiadas explicaciones-​historietas al rededor de cada cóctel. Acabé pidiendo por inercia. Me aburría y me confundía con tanto nombre en lo que se conoce como la paradoja de la elección (cuando más se convierte en menos).
El servicio, con poco tacto.
Pedimos más de 20 cócteles. Al ir a pagar cada uno sus consumiciones yo nombré las mías. Una de mis consumiciones, de coco, no aparecía en la lista de 20 cócteles que el camarero había apuntado a mano (tienen al menos dos combinados con la palabra «coco» en su nombre). Su solución fue aumentar la lista añadiendo un cóctel más a la cuenta, explicándome que él «se había equivocado». Ok, desde luego que se equivocó, tuvo un detalle muy feo con un grupo grande de personas que se estaban dejando una pasta.

Iba yo ayer más perdida ayer que Perry, con unos trescientos millones de cosas en la cabeza por los mandriles y casi me paso de número para entrar a darle un poco al tiki tiki. Menos mal que mi cacharrófono me dijo quietarrrrrr y me adentré en los mares del sur como el que no quiere la cosa.
Cuando cogí la carta pensé que me tiraría toda la tarde mientras el resto ya había pedido, pero oh! un detalle que me gustó mucho es cómo destacan los ingredientes principales de cada cocktail :)
Además, si andas medio indeciso, como fue el caso de algunos seres humanos que se movían por la zona tropical con alguna dificultad, puedes pedir que te aconsejen, según tus gustos y eso es genial, porque si eres más del rollo dulce o te apetece algo más ácido, etc te ayudan :)
Mi elección fue un Huracán…vaaaaaale, al final me tomé dos ;) Muy muy rico si, como yo, eres de fruta de la pasión, ron y no me acuerdo de más… :P
Es pelín ácido pero me apetecía ayer.
Luego está el tema de mi embobamiento porque tenían una tele con unos vídeos muy tiki tiki y me pasa lo mismo con los vídeos /​pelis de Bollywood cuando voy a por un kebab los días de antojo a un bar cerca de casa. Me atrapan :)
Se nota que el lugar tiene ya sus añitos pero diría que incluso eso le concede cierto encanto.
Los chicos que nos atendieron muy majetes y, como en otros comentarios que he leído, es cierto que tardan un poquito en servirte el súper cocktail pero, a mi me gustan las cosas hechas con amor y cuando entras en un sitio así, reláaaaaaaaaajate y disfruta la espera charlando con la gente, en sus sofacitos y ellos te lo llevan donde estés :)
Pasamos un muy buen rato allí todos y volveré más días a seguir probando esa súper carta :)

Nada más entrar por la puerta tuve un flashback de haber estado muy borracha en ese bar y que el ambiente fuese muy turbio. Menos mal que ahora huele mejor y la decoración, aunque yo no soy muy tropical, es mucho más interesante.
Tras agobiarme con la carta, porque había tanta información que al final no sabía si el coctel Halamezfhjafjhs llevaba ron o ese era el Julufhjsfhskjgh, decidí preguntar la camarero. Yo soy muy de sabores o cítricos o suaves, odio el coco y la piña, y claro está, todos los sabores de frutas tropicales. Así que me dije que me haga algo pero con fresa. Cual fue muy tristeza cuando el camarero dijo «LA FRESA NO ES TIKI». Mi corazón albergó la mayor tristeza del mundo, así que intenté animarle con 2 cócteles. cítricos: Huracán con ron, lima y fruta de la pasión y Zombie con ron de alta graduación (de ponerse pedal a tope) con lima y canela (puede que me haya inventado algún ingrediente no los recuerdo bien). Los dos muy potentes y ricos.
Eso sí, el picoteo de patatas, pececitos y palitos salados me pareció un poco de cumpleaños de siete años. Ya que estamos en un rollo tropical no veo yo mucho a los de la Polinesia tomando patatas fritas ‘La Montaña’.
Los precios estaban muy bien ya que hay muchos sitios que te ponen una mini bebida por 10 euros y encima te sabe a granadina con vainilla. Muy recomendable para sorprender a alguien.

Bastante buena cosa me pareció esta coctelería hawaiiana asentada en lo que antes era un antro de perdición para la juventud madrileña; sin darle un excesivo lavado de cara (aunque ahora está indudablemente más limpio) y añadiéndole unas máscaras tiki y unos vasos con forma de volcán o de coco, más unas películas de Elvis tocando la guitarra en la playa y una música de aquella zona mezclada con sonidos rockabilly/​psycho, puedes venir aquí a tomarte unos coctelazos más baratos que en otros sitios.
Quizá su único pecado sea que, al preparar cuidadosamente los cócteles uno a uno, tardan un rato en servírtelo si se les acumula el trabajo, pero puedes aprovechar mientras para leer toda la literatura que tiene su carta, en la que cuentan la inspiración de cada una de las composiciones.
Por cierto que yo probé el Coconauta (o algo así), que lleva ron, batida de coco y lima y entra demasiado bien, y un Ron Hot Buttered (ron, especias y mantequilla) que se toma, como su propio nombre indica, bien caliente y en el interior de un cáliz. Este último no es apto para cualquier paladar, pero yo que soy de infusiones lo acepté muy bien aunque me pegó un pelotazo magnífico en el camino a casa.