KFC

Como ya he comentado alguna vez de las cadenas de comida rápida KFC es la que más me gusta y este local creo que debe ser el que considero peor de todos los que he visitado.
Quizás tuve mala suerte pero era un lunes por la tarde, con poca gente en el local y tardaron la vida en servirnos las cosas una vez que las pedimos (¿comida rápida?) habiendo solo 2 personas por delante nuestra.
Por otro lado, se liaron con el pedido. Pedimos dos give me five de las dos variedades que existen ahora (como extraño el give me five original que podías elegir alitas: S) y se equivocaron poniendo dos helados en vez de un helado y una mazorca, por suerte me lo cambiaron sin problemas… pero es que cuando me disponía a ir a por las bebidas vi que tampoco habían puesto el bocadillo y tuve que volver a reclamar.
Para rematar los servicios apestaban una barbaridad, tanto que a pesar de que teníamos ganas de orinar ni nos atrevimos a hacerlo.
En fin, supongo que lo mismo ha sido algo puntual pero si puedo evitarlo en este KFC no repito.

Le voy a poner dos estrellas porque tienen un menú barato que te mueres y porque tienen KAS naranja, que, como todo el mundo sabe, es infinítamente mejor que la Fanta naranja. Por lo demás… Pollo con una capa de grasa bajo el rebozado de 2 cm. Grasa, grasa y grasa. No vuelvo.

Como en todas las cadenas de comida rápida, no hay mucha diferencia entre un local y otro, pero este es el que más frecuento por estar en el centro bastante a mano.
No hay mucho que decir salvo que al menos desde mi punto de vista los cubos merecen bastante la pena porque llenan mucho más de lo que parece, y también recomiendo los «chick and share» por ser una opción bastante cómoda para compartir.
¿Un defecto? Las patatas. Insípidas y blandurrias.