La cervecería J.J. está situada en la calle Ferraz, al lado del precioso Parque del Oeste. Es cafetería por las mañanas y cervecería por las tardes, y tiene mucho encanto. Para comer es muy asequible. Tienen un menú del día por 7,70 euros y la calidad es bastante buena para el precio que pagas(que es bastante baratito) comparándolo con otros sitios donde el menú te cuesta tres euros más y la calidad deja bastante que desear. Además el menú consta de varios platos entre los que es difícil elegir porque todos tienen bastante buena pinta. El revuelto de setas está riquísimo; el plato es abundante y las setas se agradece que no sean de bote. Recomendable 100%. También os recomiendo los solomillitos con queso, me los sirvieron en su punto, muy calientes y con unas patatas deliciosas. Los encargados son muy simpáticos, sobre todo el dueño, que es un camarero inglés que te trata como a una reina. Resulta agradable que te sirvan siempre con una sonrisa. Para ir de cañas no lo recomiendo tanto. No es que esté mal el sitio, sino que en la misma calle hay sitios más animados y con mejores ofertas. Aun así, no dejéis de pasaros cuando os veáis un poco ajustados de dinero y os apetezca una buena comida.
Diego M.
Classificação do local: 4 Madrid
Viví un tiempo en la calle Ferraz, cuna de bares como el Fogón y Candela, El Prado o el ilustrísimo El Lagar. Con ese plantel, a veces cuesta reparar en otros establecimentos. Sin embargo, siempre te topas con alguna sorpresa digna de comentar. Uno de esos lugares que sorprenden es la Cervecería J.J. Nunca me había llamado especialmente la atención hasta que un día, estando El Lagar repleto como de costumbre y buscando tranquilidad, decidimos entrar. Lo que allí encontramos son precios baratísimos, tanto en menú como en raciones y bebida; y un trato espectacular. Estuve hablando un buen rato con el camarero, muy simpático y eficiente. Desde ese día volvimos varias veces y el trato fue siempre el mismo. La comida está buena y varias veces cenamos a base de raciones. La moraleja es que no hay que dejarse llevar por las apariencias, siempre te puedes sorprender.