I Sushi

Soy súperfan de los menús del día. Y el I Sushi, como tantos otros de la zona, tiene uno bastante asequible (11,50 € por primero, segundo, tercero –lo llaman guarnición, ¡pero es un plato más!-, bebida y postre). Yo tomé nigiri con huevo de codorniz (una mezcolanza muy rica, divertida y altamente recomendable; rollitos California y tallarines.
Por ponerle un pequeño pero, diría que me terminaron aburriendo los rollitos California. Venían seis rollitos como seis soles, y la verdad es que el cuarto me costó ya comérmelo porque, aunque estaban muy ricos y sabrosos, era todo un poco repetitivo. Hubiese preferido mil veces algo un poco más surtido aunque fuese un poco menos: al fin y al cabo el sushi es una comida muy ligera, pero que llena muchísimo (tantos granos de arroz terminan haciéndose fuertes en el estómago).
Dos cosas más: el local mola TODO. Tiene una parte principal con mesas corridas, y las cartas están puestas sobre una especie de metales. En la zona de la barra, hay sitio para sentarse relajadamente y un par de sofás. ¡Y la decoración mola un millón! Yo quiero hacerme una de esas frases con cable que tienen por allí, ¡pero no sé cómo!
Otra, el camarero. En los tiempos en los que la profesión de camarero está tan denostada y mal interpretada, este chico supo hacer las bromas justas, explicarnos qué podíamos pedir, hacer alguna recomendación y estar visible sin agobiar en absoluto.

¡Qué buen descubrimiento! Otra vuelta de tuerca más al sushi al cual siempre hay algo más que añadir. Una buena opción para mediodía por ligera y económica, 11,50 por primero, segundo con guarnición, bebida y postre.
Tardan un poco en traer la comida porque, si bien casi todo es frío porque son sushis y makis, lo preparan al instante. Probamos las empanadillas de carne (fritas, muy ricas) y el sashimi con huevo de codorniz de primero. Muy bueno. De segundo, todos pedimos los california rolls, 8 nada menos; la guarnición podía ser una ensaladita, arroz o tallarines, de más a menos ligero.
Los postres son muy japoneses (excepto por los helados): plátano en tempura, la mayr bomba calórica, o tarta de manzana al estilo japonés, más ligerita.
Tengo ganas de probarlo a la carta pero sin duda todo tenía muy buena pinta y, además, el camarero era encantador, conocíà la carta y te recomendaba cosas. Sí, es curioso que destaque esto pero es que últimamente los camareros están ahí solo para hacer bulto…
¡Recomendable!