Home Burger Bar

Me sentí en un restaurante parisino: pésimo servicio, mala comida y precios elevados. Esperamos unos 40 minutos para que nos trajeran la comida (con niños). La carne estaba pasada de cocción y no tenía nada de sal, completamente sosa. El cole slaw tampoco tenía gusto. Hay muchos sitios buenos de hamburguesas en Madrid para perder el tiempo y el dinero en este.

Olé olé olé! camareros del mundo más pendientes de una llamada al móvil…no me he ido de milagro, en fin.

La verdad es que el sitio es una delicia. Local ambientado en un tren americano de época, pequeño, sencillo y muy coqueto. La música acompaña. El único problema es que como te toque un grupo numerosos cenando es pequeño y el ruído se hace molesto.
La carta de hamburguesas es variada, algunas muy originales pero ya va siendo difícil sorprender con una hamburguesa dado la cantidad de sitios de este tipo que han surgido en Madrid.
ajo mi punto de vista algo caro para lo que ofrece. Hay otras alternativas en la ciudad para comerte una hamburguesa y que la cuenta no se vaya tanto de madre.

Solid burger restaurant. Nothing special.
If you’re just up for a homemade burger in between shopping then this place is OK. Burgers range around 10 – 13 €. Salads also available. Portions are OK, good but not huge. Fries need improvement, Ours were quite dry.
Waiting time in peak hour not OK. 30 minutes between ordering and food on the table is too much.

Incluir esta hamburguesería entre las candidatas a la mejor hamburguesa de Madrid me parece poco más que un delito.
Para mi debut en este lugar opté por la Hickory Burger puesto que, según me aseguró la camarera, esa salsa barbacoa está considerada la mejor del mundo. Nada más lejos de la realidad.
Aunque es cierto que la calidad de la carne era buena, estaba sequísima (y eso que me había pedido la que llevaba la mejor salsa barbacoa del mundo). Por más ketchup que le ponía no había quien la enderezara.
Como imaginarás, por una hamburguesa por la que me están cobrando la friolera de 13 euros busco bastante más. ¿Será por hamburgueserías en Madrid y, más concretamente, en Malasaña?

Una de dos, o el sitio en el que he estado no es el mismo o desde luego yo no vi la decoración americana por ningún sitio. Más bien el sitio me pareció un bar de toda la vida reconvertido en hamburguesería.
Las mesas son pequeñas para 6 personas, de esas de banco corrido, por lo que no hay mucha opción si vas más. La carta es original, escrita en una bolsa de papel, pero a mi me pareció poco clara para ayudarte a decidir.
¿El producto? pues no voy a decir que fuera malo, pedí una hamburguesa cabrita y estaba rica de sabor pero la textura… algo fallaba, la hamburguesa tenía una textura como de arena, le faltaba algo de consistencia, como si se deshiciera al comerla. No me terminó de convencer.
El postre les salva la tercera estrella, he de reconocer que el brownie estaba buenísimo, aunque se pareciera más a una tarta de chocolate que a un brownie.
La atención me pareció correcta, pero sin mucho que destacar.

El sitio no está mal, pero ya es uno de tantos de comida típica americana. (Por cierto, hoy me he enterado de que echarle mayonesa a las patatas fritas es una «europeada», vamos, que eso no se hace). Nos comimos unos aros de cebolla de entrante (no son santo de mi devoción, pero que no estaban mal) y luego, como no, unas hamburguesas. La mía se llamaba Blue Burger por llevar queso azul… Bueno, me habían hablado maravillas del sitio y, francamente, no es para tanto. Pedí la hamburguesa muy hecha y no estaba ni siquiera en su punto. No me quejé, porque estaban a tope e iban a tardar una eternidad en traérmela. Además, destacaría que las cantidades no son muy allá (me pareció muy poca carne para una hamburguesa a 13,50 €) y que es bastante caro.

Después de haber visitado numerosas hamburgueserías, de entre las más meritadas y refutadas de todo Madrid, siguiendo la ruta elaborada por muchos Unilocaleros y por el auténtico Burger King Lolo R., a falta de alguna que otra excepción de renombre, he elaborado mi pequeña teoría sobre quién es quién en el mundo del emparedado americano.
La hamburguesa no tiene misterio. Es carne picada de ternera, vaca o buey, entre dos panes de semillas, con lechuga y tomate. Las hamburgueserías de esta noble villa se pueden agrupar pues en dos grandes grupos. Aquellas que han dado prevalencia a la carne, a la forma de elaborarla a la brasa/​carbón y a la calidad de la misma, y aquellas que sin perder de vista la materia prima cárnica han apostado por reinventar la hamburguesa con ingredientes nuevos, frescos, apostando por una combinación original y un equilibrio de sabores distinto al de la habitual pan-​queso-​bacon-​carne-​tomate-​lechuga-​cebolla-​pan de la tradicional hamburguesa. Así pues, en el primer grupo encajaría el Nimu Bar&Grill, donde puedes tomar una hamburguesa llana y pura cuyo acento reside en la carne de Buey hecha a la brasa de carbón. En el segundo grupo, entre otras, metería a esta, al HD y su hamburguesa de atún con mayonesa de wasabi, y al new york burger.
Así pues, la crítica a esta hamburguesería debe cumplir con que no se pueden comparar manzanas con peras y dentro de manzanas, se debe comparar con las de su misma variedad. Las Reineta con las reineta y las goldem con las goldem. Esta hamburguesería es una hamburguesería con decoración de Dinner americano, con la curiosidad de tener la carta en una bolsa de papel, en lugar de en un periódico como el new york burger. Los precios de las hamburguesas ligeramente inflados, si bien nos decantamos todos los asistentes por las más caras y gourmet: la blue burger (carne ecologica, queso roquefort, pera caramelizada y nueces), Caprese (tomates secos caseros, parmesano y rúcula) y La Cabrita (carne ecológica, salsa de arándanos y mezcla de lechugas). Yo me cene una Cabrita sangrienta que es tope heavy y satánico que estaba espectacular. El tamaño de la hamburguesa no era grosero y el equilibrio de los sabores dejo un regustillo de placer durante toda la noche. Probé eso sí la de mis acompañantes y aunque la blue burguer estaba muy rica, la Caprese tenía un conjunto de texturas y sabores que deshacíà la boca en H2O. Las patatas fritas de acompañamiento caseras.
Como es costumbre, fieles a la tradición, fuimos sin reserva. No tardamos mucho degustando a la espera una cerveza en la barra en uno de esos taburetes ridículamente anclados al suelo. Nos sentaron al poco. Ningúna queja del servicio del restaurante que fue bastante bueno. Rápido y amable llevado por modenn@s guapetes, que pese a saberlo y tenerlo creído se movían bien y atendían con displicencia y velocidad. Un punto además muy a su favor es que sirvieron lo que pedí. Parece una perogrullada pero suele ser complicado y frustrante pedir el grado de de cocina de la carne y que este sea vilmente ignorado. Señores restauradores, cocineros y hosteleros, «poco hecha» o «al punto» no es lo mismo. La pedí poco hecha y casi oía gritar a la Cabrita. Muy bien!
Esta hamburguesería pues entra en mi top tres de New Hamburgueserías Finolis directamente detrás del New York Burger y delante del HD.

Este lugar es uno de los primeros que se abrieron en Madrid, concretamente en el castizo barrio de Malasaña, con inspiración de diner americano. Para la confección de sus platos utilizan carne ecológica de reses criadas en Ávila, así que nada que ver con el fast food, un concepto con el que se relaciona muchas veces esta comida típica americana. Su objetivo es ofrecerte la mejor hamburguesa de Madrid, y no son pocos los adeptos a este lugar los que afirman que es algo que ya han hecho. A mi juicio, sin embargo, el título se les queda grande.
Es cierto que tienen una carta bastante amplia y muy entretenida de leer (incluso con algunas excentricidades, como la hamburguesa de langostinos, que merece la pena ser degustada) pero también es verdad que da la impresión de que este local está sufriendo una lenta (y dolorosa) muerte por éxito. La moda ha llegado a atestarlo a veces hasta tal punto que pareciera que el personal no da abasto, así que te sientes un poco como si tu única función en todo el proceso fuese llegar, sentarte, comer y largarte lo antes posible para dejar la mesa libre.
Con respecto a la comida, en mi opinión es algo cara para lo que ofrecen. En mi caso comí una «Bacon y queso» y el pan me resultó algo duro, la carne bastante pasada para mi gusto y la cantidad algo escasa. Destaco que la hamburguesa llegó muy pronto a la mesa, y que estaba recién hecha, así que en ese aspecto sí merecen una alabanza. Podrían acercarse a ser la mejor hamburguesa de Madrid, pero por el momento están algo lejos.

Las mejores hamburguesas q he probado en Madrid y las patatas fritas caseras están de muerte!

Ham-​bur-​gue-​sa. Así, con sílabas. Que están buenas, oiga!!! Caseras, y a buen precio. Con sus patatas, y todo, pero no del Mandonals.
Os lo recomiendo. Así como ir sin prisas, porque suele estar petado. Y saber que no váis a un restaurante de los de «sí, aquí tienen su mesa, ¿les doy su servilleta?, ¿quieren sal, cómo no?, ¿les falta algo?». Vamos, que yo no sé lo que cobra la muchachada, pero suelen estar llenos, y más quemados que la colilla de John Wayne.

No es mi lugar preferido para comer hamburguesas, ya que siempre hay mucha gente y además no es que las hamburguesas sean gran cosa, la verdad, la gente dice que están muy buenas, pero a mí me parecen que tienen un sabor un poco raro, pero para ir una vez y probarlo no está mal.
El trato recibido es bastante pasota, y además, los camareros siempre están como muy estresados, eso sí, hay hamburguesas de todo tipo, sabores y tamaños, tienes mucho donde elegir, la carta de hamburguesas es muy extensa y no es un precio excesivo, depende de lo que pidas, pero por unos diez euros puede tomar hamburguesa y bebida.
La decoración es chula, aunque un poco sobrecargada.

Una de las cosas que más me gusta de esta hamburguesería es la decoración. Te transporta directamente a un ambiente de hamburguesería americana aunque con un diseño más moderno.
Las hamburguesas están muy ricas. Todas las que he probado me han gustado mucho y parece que utilizan ingredientes ecológicos.
El trato no lo recuerdo especialmente bueno. De hecho, sí recuerdo algún episodio en el que tenían todo lleno y no nos hicieron ni puñetero caso en plan: es que vamos sobrados.
Mala suerte. Hay veces en las que todo no puede ser.

Todo el mundo alaba el Home Burger como si sus hamburguesas cayesen del mismo cielo y yo… No sé, no creo que sean, de lejos, las mejores de Madrid.
Está claro que su carne está buena, pero creo que, en general, a todos los ingredientes les falta ese puntito de perfección. El precio, además, me parece desorbitado teniendo en cuenta que seguimos hablando de un plato que no es excesivamente caro a la hora de confeccionarlo.
En realidad, creo que tenía puestas tantas expectativas («es como un diner americano» «te va a encantar») que, cuando llegué por primera vez y la decoración me pareció correcta pero no perfecta (no como la del Tommy Mel’s) y los camareros me trataron bastante mal, ya empecé a poner pegas. He vuelto varias veces (porque soy muy de criticar pero luego me achanto rápido) y el trato ha sido igual de deficiente. Sólo una vez he visto ser simpática a la camarera: cuando le tiró la bebida encima a la chica de la mesa de al lado y no tuvo otra más que invitarles a un postre.
En resumen, me parece que promete más de lo que luego es.

Si se quiere huír de las cadenas de comida rápida en las que al final todo te sabe a lo mismo, Home Burguer es la opción perfecta.
Este local ofrece unas hamburguesas muy elaboradas (y ecológicas) riquísimas que no encontrarás en otra hamburguesería! Yo soy fan de la Caprese con pollo tandori, ¿dónde podrías encontrar una hamburguesa así? mmmm…
Además, no temas si tienes algún amigo vegetariano poco amigo de acompañarte en estos menesteres porque en Home Burguer también han pensado en los vegetarianos

La mejor hamburguesería de Madrid si no existiera Alfredo’s Barbecue. Aún así, es un concepto diferente y alejado de la clásica hamburguesa ‘gocha’. Sospecho que la fórmula funciona, ya que tienen tres locales situados entre Malasaña y Chueca.
Todas las hamburguesas están confeccionadas con piezas de vacuno de carne ecológica y eso se nota. Mi opción es casi siempre la Cabrita, con queso de cabra, salsa de arándanos y mezcla de lechugas. Todas las hamburguesas se sirven con patatas fritas (artesanas, nada de congelados) y ensalada de col.
Recomendable reservar previamente, y los fines de semana con especial antelación. El capricho perfecto para hacer un paréntesis en la ‘Operación Bikini’.

Tenía muchas ganas de probar una hamburguesa en este restaurante, ya que muchos han dicho que aquí se comían las mejores hamburguesas de Madrid.
Sin embargo, después de ir el otro día –previa reserva eso sí, que siempre está hasta arriba-​, me desilusioné bastante. Por un lado, el sitio es muy pequeño (unas 30 personas como máximo) y casi sin luz natural. El problema que deriva de esto, es que todo está muy concentrado, y el ruido prácticamente te impide escuchar a la persona que esté a tu lado.
En cuanto a las hamburguesas, son bastante altas, pero el problema es que están quemadas por fuera, crudas por dentro, y encima el pan está demasiado tostado. Para colmo, las patatas fritas estaban frías, aunque creo que se debe a que tardaron bastante en llegar.
En definitiva, los 15 Euros que cuesta una hamburguesa con bebida de media, prefiero usarlos en comprar dos menús Whopper. Llamadme sacrílego, pero el Burguer King es intocable