Gruta 77

Desde la primera vez que fui hace casi 15 años, cuando la sala llevaba poco tiempo abierta, he ido allí a montones de conciertos de varios estilos: rock, ska, punk… Tiene una peculiaridad que, cuando acudes las primeras veces, te mosquea, pero que luego asumes como identidad propia de la sala: JAMÁS te fíes de la hora de inicio anunciada para los directos; su media de retraso está entre 45 minutos y 1 hora. Llega a la hora anunciada, pero por prevención; es poco probable que el concierto empiece a la hora que señala la entrada. En mis últimas visitas no he salido antes de las 3 o 4 de la madrugada. En comparación con muchas salas de Madrid, el sonido es más o menos decente. En cuanto a los precios, no difieren mucho de los locales de copas de la ciudad. Y si tienes ganas de continuar la fiesta con buena música después del concierto de turno, abre como pub hasta las 6 de la mañana. Un clásico en mitad de Carabanchel.

Sala mítica de Madrid. Es rockera, rockera. Siempre que he ido ha sido para ver un concierto de grupos nuevos y también de grupos que ya estaban empezando sonar en algún festival. Mi ultima vez, por ahora, se la debo a Carne Cruda que celebró una fiesta con Neuman, Los Nastys y Freedonia.
La sala es chiquitina, lo que hace que te sientas como entre colegas, y oscura como para dar ese ambiente de dureza al rock. Depende de donde te pongas, así suena, pero no es mal sitio con respecto a la acústica.
¿Qué tiene de malo el Gruta? Pues… los precios de la bebida. Aunque, la última vez, o se equivocaron al cobrarme o no me pareció un robo. Me parecieron precios normales: 2,5 euros el tercio de Mahou. Ahora, si pides una artesanal… Mueres del susto.
Se dice, se comenta que están haciendo aperitivos musicales los findes. Lo siento, no he ido; pero con lo oscura que es la sala como que… A no ser que el grupo sea de amigxs… O unxs virtuosxs…

He ho let’s go! Si reconoces este grito esta es tu sala, rock, punk y mucho más rock… Buena acústica, precios razonables, entradas de conciertos bastante asequibles… Y da un poco de vidilla al barrio… A esta sala hay que respetarla, es una superviviente de las brigadas antifiesta-​madrileña, la han intentado cerrar varias veces, pero como los galos han resistido al invasor, con una poción mágica que los hace invencibles… EL ROCK!

Parece mentira que un local de conciertos aparezca tras callejear por una zona donde solo parece haber casas y casas…
estuve hace poco en un concierto de un conocido (si no ni lo encuentro) y me gustó el sitio, amplio, con ropero… pero de la hora a la que tenía que empezar a la que empezó el concierto de verdad… hubo demasiado retraso…
pero la sala en sí, bien :)

Supongo, que hay días más propicios que otros para ir a conciertos. Yo suelo preferir un jueves o un viernes. Entiendo un concierto como una fiesta. Una experiencia vital estimulante de los sentidos tanto sonoramente (obvio) como fisicamente. A la vista de los comentarios precedentes, yo tuve una mala experiencia en un mal día.
La sala de conciertos me pareció tan pequeña, tan diminuta y con una distribución tan tan pésima que mi primera experiencia no puede ser más insatisfactoria. Su ubicación tampoco me beneficia pues está lejos de estar céntrica. Y su legendaria y merecida fama sobre incumplimiento de horarios que acaba alargando los conciertos hasta bien entrada la madrugada me hará meditar muy seriamente futuras asistencias si se celebra en esta sala.
La distribución es extraña. Con dos columnas que impiden una visibilidad desde cualquier zona, dividida además en dos partes, una superior y el foso, en el que con un aforo normal (casi lleno) era practicamente imposible hacer camino hasta la barra. Amén de que entre la carestía absoluta de iluminación –con dos velas se habría multiplicado la luminosidad y las indicaciones para encontrar el baño que destacaban por su ausencia, fue un milagro encontrar los urinarios antes de tener que lamentar una explosión de vejiga.
Sin embargo, la acústica no fue mala, los músicos consiguieron sacar todos las melodias pragmaticamente. Meritorio teniendo en cuenta que apenas tenían sitio para moverse en el escenario. Hay trasteros más espaciosos. Para conciertos acusticos del músico bohemio sentado una guitarra y tocando sus canciones más intimas puede ir sobrado. Para bateria, guitarra, bajo y voz es estrecho. Si le añades guitarra ritmica, como era el caso, los músicos evocaban las coreografías de peleas de artes marciales esquivando mastiles, obstaculos, movimientos de pelo y gestos al público. El juego de luces era mejorable.
Rompiendo una lanza en su favor, tenían ropero no excesivamente caro (1 € prenda) y el precio de la bebida para ser una sala de conciertos era extraño por su cuantía y barato. 3,40 el tercio 7,40 el mini.
Con la ritmo y compas in memoriam, sigo prefiriendola para conciertos que sean capaces de mover a este aforo.

No le voy a quitar una estrella, pero, «mother of god», creo que ni en el mismo averno hace tanto calor… En serio, asquerosamente empadados de sudor todos los que estábamos allí. ¡Que hagan algo con el sistema de ventilación!
El concierto (New York Ska-​Jazz Ensemble) muy guapo y los precios de la bebida bastante asequibles para lo que a salas de conciertos se refiere. Claro, que la sala no está precisamente en el centro…

Conocí este local primero por la revista online que tienen en la web, soy un cansino y siempre busco nuevos grupos de rock con los que sorprenderme.
Como vivía en Sevilla era uno de los lugares que tenia pendientes de visitar cuando venia a Madrid, pero por una cosa o por otra siempre que venia de visita nunca iba.
Pero la cosa cambio cuando me mude a Alcorcon, por que ademas el local no me quedaba muy lejos. Así que hoy día aprovecho para ir de vez en cuando y disfrutar de los conciertos casi diarios que tienen (pero vamos que podría quitarle el casi, por que no paran nunca).
La mayoría grupos que no conoce ni su madre y de vez en cuando alguno mas conocidillo. Pero siempre buen ambiente y buena música.

Si te mola la música en directo (ya sabes: «La verdad del Rock & Roll está en el directo. Esto lo decíà la Historia del Rock que editó El País en los años 80, pero también lo digo yo, qué pasa), éste es un sitio fijo. La entrada no suele ser cara, y programan de puta madre (en el ámbito garaje, Rock & Roll-​Rockabilly-​Psychobilly, Punk-​Rock, rollo Mod, Ska y otros estilos relacionados), con conciertos casi todos los días. Los precios acostumbran a ser bastante asequibles, lejos del carerío de las salas céntricas.
Aquí he visto conciertos míticos para mí, como aquel de Crazy Cavan & The Rhythm Rockers, dándole el grupo a una botella de coñac a morro sin ningún disimulo hasta pillar una mierda considerable (se les caía ya la botella), pero manteniendo intacto el nivel musical (se notaba experiencia en eso del pirriaque: unos profesionales como la copa de un pino)… O aquel otro de reunión de los míticos Brighton 64, cuando se volvieron a juntar para dar sólo tres conciertos, y uno de ellos fue en la Gruta… O aquel otro de Slim Jim Phantom con grupo de acompañamiento, enorme… O aquel de…
Además, cuando no viene banda foránea de relumbrón, cuentan con algunos grupos locales habituales con un nivel estupendo. Como los Widowmakers. Menudo descubrimiento: Psychobilly acústico y Rock & Roll bailongo de alto nivel…
Cuando se llena, se llena de verdad, pero así y todo, apretado y sudando, merece –y mucho– la pena. Nos veremos por allí…

Y= X2, una parábola. Gruta 77 = punk-​rock. El gruta no es sólo la mejor sala de conciertos de Carabanchel, por su programación, por su sonido y por su ambiente. Es de las mejores de todo Madrid y de las menos concurridas. Si te gusta el rock seguro que la conoces. Pero si eres de los que sostienes que Carabanchel está en el extrarradio de Madrid, no habrás ido por flojo y será una de tus salidas pendientes.
Está algo escondida, sí. En un antiguo polígono industrial, rodeado de fábricas. Pero eso le da encanto. Salir de Oporto y buscar el gruta forma parte de la experiencia. Yo he vivido la mayor parte de mi vida en Carabanchel y junto con escribir el número de mi DNI, la explicación de cómo llegar al gruta ha sido una de las tareas repetitivas que más he realizado en mi vida.
Dentro de unos años estoy convencido de que esta zona de Oporto será uno de los motores culturales de Madrid. Ya hay muchos diseñadores y gente con ganas de crear que están alquilando las antiguas naves para instalarse. Así que cambiad el chip y coged más la línea 5 de metro en dirección a Oporto. Lo otro ya lo conocemos bastante.

Gruta 77 es uno de los locales mas conocidos para los punketas madrileños. Es un lugar con una buena combinacion de factores que lo hacen bastante atractivo para ir a tomar algo o para hacer noche en el lugar.
Localizado muy cerca de la parada Oporto, en la zona de Carabanchel, zona con solera de la capital de España. El único pero a su localización es que no me gusta mucho esa zona para complementar, aunque eso si, el local se basta y se sobra para mantenernos ocupados bastantes horas.
En Gruta 77 nos ofrecen una rica y variada selección de Punk y de rock, en ese tema creo que es de las mejores de la capital, sin ningun comentario respecto a eso, ademas el ambiente y el colegeo que hay será de lo mejor que puede haber.
En el Pub tambien se celebran conciertos y aqui es donde critico al lugar ya que el sonido que ofrece no es que sea nefasto pero si se encuentra muy poco conseguido, siendo poco claro en distribucion de sonido y creandose un poco de eco, una pena por que es un sitio que aunque pequeño es cojonudo.