Fogg Bar Birras & Butis

Sin duda se merece 5 estrellas. El lugar es muy pequeño, si quieres cenar comodamente es indispensable hacer reserva, sin embargo, en la barra de cualquier manera se está muy a gusto. Comida DELICIOSA, una variedad amplísima de cerevezas que difícilmente se consigue en otro lado, tapa con la consumición, muy buenos precios considerando la calidad y por si fuera poco: atención inmejorable. Totalmente recomendado.

He estado un par de veces y me ha encantado. Totalmente recomendable: la cerveza, el local, el personal y la comida.

Hemos entrado hoy por casualidad y nos ha encantado! Precios estupendos y buena calidad. Gracias por una cena estupenda.

Desafortunadamente, mi experiencia estuvo entre las tres y las cuatro estrellas, más cerca de las tres por lo que comí, más cerca de las cuatro por la atención del personal y la decoración del local.
Situado en el –para mí– inexplorado barrio de Retiro está el Fogg Bar, una especie de taberna irlandesa o pub londinense, decorado casi todo con madera y que es poco más que un pasillo. Como si fuese el típico callejón británico que se mete entre dos casas. Pero que no te engañe el tamaño, porque como siempre, «al fondo hay sitio».
Quedé aquí para una comida de negocios, y la verdad es que estuvimos bastante a gusto, a pesar de que las mesas están bastante juntas. Los dos nos decantamos por una hamburguesa (en mi caso la Elephant, con sus 250 gramos de carne y su salsa de curry). Personalmente, para la próxima, huiría de la hamburguesa y me centraría en su especialidad, la butifarra, que no pedí porque me parecía bastante hardcore para luego continuar trabajando. La hamburguesa, sin estar mala, me decepcionó un poquillo: era difícil de comer, la carne estaba un poco hecha de más, y al final no sabía muy bien cómo darle salida. Encima traía patatas de esas onduladas, que son las que más odio del mundo mundial.
¿Por qué se lleva entonces cuatro estrellas? Pues porque el servicio es bueno. Campechano, de esos que te preguntan «a ver, ¿por aquí falta algo?» pero bueno, de esos que se acuerdan del nombre de los parroquianos que tienen en la barra, lo que toman, etc. Y eso, pues qué queréis que os diga, pero se merece un puntito extra. Además tienen cervezas artesanas, en una carta cuidadísima y escogidísima, que es otro plus.

¡Vaya cueva de Alí Babá que se han montado en el barrio! Pasa tan desapercibida en la calle con su entrada tan estrecha… además en directa competencia con una institución del lugar, La Tasquita.
Pues mucho ojo, porque descubierta la gruta lo que se ve es cosa muy seria. Agarrense porque para empezar tenemos cervezas artesanas de barril Sagra, de Castilla la Mancha (Toledo para más señas), incluyendo de trigo y que quitan literalmente el hipo. Para los puristas madrileños no faltan ni La Virgen ni la Cibeles. Y con los vinos no se quedan atrás, hasta cava del bueno señoras y señores.
Y si solo con esto ya hay nivel, referirme a la comida hace que la cabeza me de vueltas: Selección espectacular de butifarras a la brasa, sin comillas, hechas de verdad a fuego lento, servidas en tostas de un pan crujiente y sabroso y acompañadas de una patata cocida al alioli que ennoblece cualquier concepto pasado de patata. O hamburguesas con altura de miras, refinadas y con carácter, presentadas en mollete andaluz.
Y todo por un precio muy razonable para la importante calidad presente. Y no hablo ya de la buena atención, de lo acogedor del lugar, del éxito popular que ha cosechado porque simplemente no podía ser de otra manera. Si además tienen hasta oferta de bienvenida al hacer check-​in… ¿Por qué soy tan afortunado? ¿por qué lo tengo tan cerca de casa? ¿por qué tengo la impresión de que es el inicio de una gran amistad?

Buena atención. Un sitio decorado estiló taberna con buenas tapas y dan muy bien de comer. Un montón de buenas cervezas donde elegir, la virgen, Cibeles…