He de reconocer que le tengo cierta manía a los pubs irlandeses por aquello de que con cada cerveza les tienes que ir pagando la pasta que se han dejado en la decoración tan ¿chula? del local. Decía un profesor que el primero que comparó a una mujer con una rosa fue un genio. El segundo, un mierda. Pues esto lo mismo, setecientosmil pubs irlandeses todos diferentes pero iguales. Y tan caros. Así que aquí más de lo mismo. Siniestramente acogedor, con libros que no lee nadie y teles por todos lados para ver el fútbol. Y una caja registradora grande para albergar lo que pagas por cada cerveza…