Escape

This trip was utilitarian in nature plus I was looking for a treat. Excellent mani and pedi. I especially appreciate that they took me as a walk in.
Thorough jib — pricey but worth it. Lovely store.
Would definitely return.

On the continuing journey for an establishment to serve my waxing needs, I happened upon Escape. I stopped in and after talking to the very friendly, New York native proprietress I decided to make an appointment. They even had spaces available for the next day!
Escape, primarily a nail salon, is a warm inviting environment. I was welcomed, coat hung and prepared for the wax of a lifetime. Marta, the kind woman who performed my wax was very nice and even had a kind ‘bedside’ manner. Such a shame that her skill didn’t match her agreeable manner.
The wax was mediocre. Well, maybe worse than that. I’m not a very hairy person, as Marta commented during my wax, but somehow there was so much hair left I’d wondered what I paid 40 € for. Yes, 40 €! I don’t mind paying for good service and excellent work but this just wasn’t a good wax.
I gave two stars merely because of the warm ambiance and friendly staff. Otherwise definitely one star.
The search continues…
P. S. The manicure and pedicure services seem very nice. Private booths with foot-​baths and nice manicure tables. 40 € for the full, 20 € for the express version.

Me hacía falta una pedicura y mis amigos acertaron de lleno con el regalo de cumpleaños. Escape es un sitio estupendo, de estos que te dan mucha calma y confianza desde que entras.
Los tratamientos se realizan en cabinas donde como mucho habrá dos personas al mismo tiempo. Todo el material para las manicuras y pedicuras está nuevo o esterilizado. Los productos que usan son muy efectivos aparte de ser completamente ecológicos. Lo mejor es el trato que recibes. Amabilidad y cercanía en todo momento. Siempre te ofrecen algo de beber, revistas, interesante conversación… Es un momento para desconectar y dejarte hacer.
La pedicura es muy completa y siempre adaptada a tus necesidades. Por ejemplo, después de la exfoliación que te hacen, suelen aplicarte unos paños calientes (tan calientes que salen de un horno) y como enseguida advirtieron el problema circulatorio que padezco, me preguntaron antes de aplicármelos si lo hacían o no, ya que es totalmente contraproducente el calor sobre la piel si se tienen problemas vasculares de ese tipo. Un punto más a su favor.
Resumiendo, sigo viéndolo como un servicio algo caro, en EEUU me han hecho pedicuras mucho mejores por la mitad de precio. Pero el trato exclusivo que recibes también se paga y es algo único que a veces tiene más peso que otra cosa a la hora de valorar un negocio. Sólo puedo decir que así es como deberían hacerse todas las pedicuras. Que sigan así.

La fiebre de las manicuras y las pedicuras se sigue extendiendo en Madrid, cada vez con mejores opciones. Una de las últiams en llegar es Escape, un centro 100% neyorquino (su dueña lo es, además) que tiene algo muy especial que lo diferencia de los demás. Bueno, dos cosas:
— Que todos los productos que utiliza son ecológicos, hasta los esmaltes.
— Que todas las herramientas con las que trabajan o las estrenan contigo o están desinfectadas por lo que todo es muy higiénico.
Fui a hacerme una pedicura y la verdad es que me encantó. Lo primero por el trabajo, que fue buenísimo: no utilizan cuchilla, que está prohibida en los centros de estética, pero tienen herramientas de Diamancel, una marca de primera que es el Mercedes Benz para temas de manos y pies. Están una buena horita contigo, te hacen un masaje maravilloso y sales nueva de allí.
En sus esmaltes ecológicos hay una enorme variedad de colores, todos los de temporadas. Además, si lo solicitas, también hacen nail art, es uno de los pocos sitios de Madrid donde lo hacen.
El local es pequeño y recoleto, pero cada clienta tiene un buen espacio dedicado a ella y nunca hay aglomeraciones ni millones de personas juntas en una misma cabina.
En definitiva, un espacio ideal para manos y pies, agradable y sobre todo muy profesional. Lo híper recomiendo.

Reconozco que una vez, los Reyes Magos me trajeron una manicura de parte de Ana S. Ella es súper cuidadosa con todo lo que tiene que ver con el cuerpo, y tras discutir un día cuáles eran los tratamientos de belleza aceptables para el género masculino, me sorprendió llevándome a un centro de manicura para hacer algo juntos, limas y quita cutículas mediante. Reconozco que fue divertido, aunque no he vuelto a hacerme nada en las uñas más allá de cortármelas como todo hijo de vecino.
El caso es que el pasado sábado era el cumpleaños de una amiga que tenemos en común, y como ella quería una pedicura para ponerse a tono los pies de cara al verano, Ana S me recomendó venir aquí, que por lo visto ahora mismo es el mejor lugar para hacerse esto.
Así que allí que me fui a comprar un bono para nuestra querida amiga, para que pueda disfrutar de una buena pedicura estilo neoyorquino (¡y espero que se animé a contarlo en Unilocal después!). Yo, por el momento, solo puedo decir que el precio me pareció razonable (sin ser yo un gran experto en estas lides); que utilizan productos ecológicos para los tratamientos y nos atendieron divinamente, la verdad: la chica que estaba allí era muy simpática y pese a que no tenían bonos, apuntó todos los datos y nos los plantó en una tarjeta, a modo de vale.