El Escaldón

Pues qué sorpresa. Había estado en el otro Escaldón, el que estaba en la Cava Baja, dos veces. Las dos veces salí con la sensación de haber pagado mucho por no tanto y no tan bueno (y lentísimo), y había decidido no volver. Pero mi marido, que me sabe muy canaria, reservó sin saber de mis previas experiencias, por San Valentín. Cierto es que no tenían absolutamente nada especial preparado para la fecha, cosa que casi agradecí porque no soy muy de corazoncitos y cursiladas y la purpurina la prefiero en Carnavales, pero lo aviso para que conste. En cualquier caso, pedimos un escaldón, un salmorejo de tomate canario (que era un salmorejo normal, pero muy rico), un queso frito con miel de palma y chorizo de Teror, riquísimo, y una ropa vieja. Por cierto, es mucha comida para dos. Conste también que nos advirtieron. Estaba todo muy bueno, la verdad, excepto la ropa vieja, que parecía muy recién hecho y le faltaban horas de caldero y «pof pof»: salsa líquida y poco sabor. Poco «tomado». De resto, muy bien atendidos y muy rápido. Cayeron mis dos Clipper de fresa reglamentarios y la famosa tarta palmera «príncipe Alberto», también muy buena. No es barato. Pero para pedir a modo de ración entre unos cuantos, tampoco sale tan caro. Sorprendida para bien, en cualquier caso.

Después de unas cañas por la Latina decidimos comer algo más contundente para no acabar doblaos un domingo por la mañana y con resaca de festival.
Recomendado por una amiga que vive en Madrid entramos en este restaurante canario, para probar algo diferente.
Primer fallo, entramos y tuvimos que esperar a que una mesa se quedará libre, ya que tienen una pequeña zona de tapeo donde tienen unos precios y una carta, y una zona de restaurante en el piso de arriba donde nos dijeron que cambiaba la carta y los precios. Ibamos a picar algo así que decidimos esperar. Pedimos unas cañas, y error, no nos sirven ni unas míseras aceitunas con la caña, siendo que en Madrid, esto es prácticamente obligatorio.
Una vez nos sentamos, un amigo muy salao, le reclamo la tapita, y nos sirvieron unas míseras aceitunas… pero en fin, llego la hora de pedir.
Pedimos unas papas arrugas con mojo, dos tostas una con sobrasada de Tenerife y otra con morcilla también Canaria nos dijeron, y una especie de queso de cabra con cebolla caramelizada. Estaba todo bastante bueno, pero no me sorprendieron mucho en sabores ni en presentación, solo el queso de cabra que era enorme, pero no me sorprendió la cebolla caramelizada, ya que es un entrante que suelo hacer en casa cuando tengo invitados.
Pedimos un postre, una especie de mousse con nueces, para mi gusto algo empalagosa.
Sin café, solo pedimos una caña más 3 de nosotros (éramos 4) nos salió por 59 €.
A mi me pareció algo caro para lo que comimos, aunque mis amigos que viven allí me dijeron que era lo habitual en la zona.
Eso si, la camarera era muy agradable y canaria, así que le daba gracia al sitio.
Aunque sinceramente, con toda la oferta de la zona, antes de repetir probaría otro sitio de los miles que hay alrededor.

Empezaré por las cosas buenas que tiene este lugar, que al fin y al cabo son mejores que las malas. Lo primero es que tienen Appletiser, un refresco de manzana gasificado que es casi imposible de encontrar en la capital. A mí con eso ya casi me ganan, porque aunque no soy canario y he descubierto esto hace poco, no es fácil encontrarlo, ni siquiera en supermercados. También tienen otros productos canarios tipo cerveza Tropical, por si un día te da morriña de las islas y quieres ir a recordarlas.
Lo segundo es que el personal es canario, y tienen ese acento que a mí me encanta. Y lo tercero es que son simpáticos y cercanos como buenos canarios, que siempre es un plus. Incluso cuando hay alguna cosa que ha salido mal se lo toman con filosofía y con una sonrisa, y eso es muy pero que muy loable.
La comida está bien. Empezamos con un dúo de gazpachos, uno era gazpacho de tomate normal y otro era gazpacho de calabaza. El de tomate estaba rico, pero el de calabaza era la releche. Luego yo tomé hamburguesa de cabrito, que también estaba muy rica, aunque desafortunadamente tuve que prescindir del postre, porque estaba ya llenísimo. ¡Y eso que tenía muy buena pinta!
La comida fue agradable, aunque un poco calurosa, porque a alguien se le había olvidado encender el aire acondicionado. El caso es que tampoco nos dimos cuenta hasta que casi hubimos terminado, que nos empezaron a subir los calores madrileños. Pero lo solucionaron en seguida y pidieron perdón varias veces, que también es importante.
Lo raro llegó a la hora de pagar, con una cuenta inusualmente elevada para lo que habíamos comido. Al revisarla, vimos que había bastantes cosas de otras mesas que nos habían caído a nosotros como por arte de magia, y la cosa se puso un poco tensa por unos minutos. Pero luego lo solucionaron y al final todo acabó en final (más o menos) feliz.

The arrugados were shockingly good. On the surface, they just look like baked fingerling potatoes, but somehow they are yummy and addicting. My wife and I also had the cuttlefish, which was good but missing a little something (like a squeeze of lemon). Those two alone were filling enough for dinner. Menu looks great and the staff were very friendly. I’d stop by again before we leave Madrid.

I’m sure there are far better places away from the more tourist centre, but that is where we were, so that is where we went.
The food and service was quite good, tasty sangria. Nothing so memorable that I knew I needed to get back to Unilocal and get it written down quick.
Perfectly decent, and convient spot when in the area.

We had a great experience here! The staff was SO excited to share with us about their food tradition in the Canary Islands, and all the food we had was just fantastic. We had baby potatoes with green sauce that was so delicious! Yum! The drinks were great, and I would totally come back here again!

This place is great! Have been here a few times while on work trips to Madrid. It is a Canary Islands food restaurant which is a slight variation on Spanish food. I wish I could remember the name, but there is a stew with chickpeas that is spectacular. I order it every time and everyone always loves it. Have had the same waitress multiple times and she is very helpful.

First stop on our tapas hopping… picked this looking in from the outside and saw one guy bustling. He seemed to be the only bartender and waiter. There was just enough opening for our table of 8 to sit down.
If you’ve never had the warmed cheese with caramelized onion in red wine, you MUST try it!!! It’s heavenly and such a great starter for our tapas hopping adventure. The sweetness of the onions complimented the warm cheese, which I believe was goat cheese, but the taste was mild than what I’m used to. Everyone was eating the cheese off their fingers since we ran out of toast early.
We also got the pork, cuttlefish and salad. Not much to say about the pork, except that it was dry and not really flavorful or tasty. However, the cuttlefish was delicious too. I think it was a pesto sauce on top of it, and the cuttlefish was cooked perfectly so that it was not chewy or dry. Also the sangria was smooth and fruity. We really enjoyed this as our first restaurant.

Probably one of the most popular spots on the Calle Baja. When most other restaurants and bars were emptying out, this place was still buzzing with late night drinkers on a Sunday night.
We ordered the Papas Arrugadas (boiled potatoes) along with our drinks. The Papas were served with the most delicious cilantro sauce on the side. The funny thing is, that while our search for the best patata bravas in northern Spain turned out to be a failure, the patatas here were probably the best I have ever tasted in my life! Truly, a memorable experience. I can only hope that I am able to re-​create it in my kitchen.

Y uno de esos días en los que te entra hambre pero no sabes donde entrar y de repente terminas en un restaurante de comida típica canaria deseando que la cocina no esté cerrada porque tienes tanta hambre que le arrancarías de un bocado el brazo al camarero.
Pedimos papas con mojo, ni de lejos las mejores de Madrid, empezando porque esas papas son especiales para cocinar ese plato, y en este caso eran patatas normales, mucho más grandes que las habituales y tampoco estaban bien cocidas. Y lo peor de todo es que nos clavaron 9euros, aún me duele cuando me acuerdo.
Caro carísimo y encima recuerdo que las raciones que nos pusieron eran tan pequeñas que casi teníamos que buscarlas con lupa. La cerveza, a 2,40 €, la jarra a 10 € … Definitivamente creo que los camareros nos vieron pinta de guiris…
La última vez que me verán por allí, que si pudiese darle calificaciones negativas, le pondría menos cinco estrellas, vamos que el nombre parece puesto a mala leche, porque realmente sales de allí escaldado.

He oído que es el mejor restaurante canario de la capital, yo como nunca había probado antes lo típicos platos de las islas pues tampoco puedo comparar.
Fuimos una vez a cenar con unos amigos y bueno, la experiencia no fue del todo mala, la comida a mí me gustó probamos un plato llamado ‘ropa vieja’ que estaba bastante bien (una mezcla de carne, patatas, garbanzos y cosas varias) pero me parecieron precios excesivos, nos acabamos dejando 30 euros por persona.
Como experiencia estuvo bien pero yo no volvería a repetir, antes me hago la ropa vieja en casa.

Sin duda parece que el relax canario se pierde al llega la urbe, a juzgar por el trato de sus camareros. También parece perderse el gusto por el buen comer, por que parece más importante servir en un plato de diseño que dejar hambriento al comensal. Su comida, eso sí es muy auténtica, me encantó el pulpo y las papas arrugás, lo que no me gustó tanto fue el esperar más tiempo por una caña que por la cuenta, para la que no se les notó la diferencia horaria. Una pena que la esencia guanche sólo se note en el sabor de la comida, no en el trato ni mucho menos en la cuenta, que tampoco estaba exenta de iva como algunas cosas en las islas.