Recientemente abierto en el barrio de La Latina, en lo que antes era un local que se podía alquilar para hacer fiestas, ha llegado esta hamburguesería que intenta recuperar un poco el look ochenteno de estos establecimientos, aunque he de decir que al final resulta un poco amalgama: la máquina de tetris pase, la de dardos también… Pero la jukebox no término de verla tan ochentera, ni tampoco algunos de los carteles estilo años cincuenta que cuelgan de sus paredes. Luego tienen bastantes pósters, y algunos sí que son de películas de los 80, pero otros no… Así que uno al final termina un poco perdido. Me decepcionó un poco, eso sí, el mobiliario, más propio del típico restaurante de toda la vida que de la hamburguesería de mi barrio de los 80. Ni mesas de colorines, ni bancos de madera ni nada. Con respecto a la comida, las tiras de pollo estaban pasables, la Jenga de nachos(ver foto, era altamente improbable coger un nacho sin arriesgarse a que cayera toda la montaña) termina resultando un poco cansina de tantos nachos como contiene y la hamburguesa(yo pedí una hamburguesa con huevo) bastante seca y algo insípida. Por suerte, iba con un hambre de mil demonios, así que no dejé nada en el plato.