Don Cocido

impresionantes cocidos!!!
un lujo.

Este local da lo que promete, ni más ni menos. un señor cocido.
El cocido tradicional, separado en sus tres platos, y con todos los complementos opcionales para el que los desee (no había comido guindilla con los garbanzos en mi vida) y, como debe ser, muy abundante: Para cuando llega la pringá, ya no te cabe un alfiler, así que la sensación de plenitud es total.
El precio está ajustado a lo que te comes y el trato es muy atento (la señora hasta fue a los chinos de al lado a comprar un peluche para la niña que venía en nuestro grupo!!!). La decoración no va muy allá, pero tampoco se puede esperar una decoración futurista para un sitio que se llame Don Cocido, no?
Por último, quiero recomendar encarecidamente el sorbete de limón de postre, que estaba absolutamente delicioso.

Soy un poco talibán con esto del cocido. Mis abuelas hacen los mejores del mundo y cada vez que he probado otro me ha parecido mal, especialmente cuando son en restaurante. Así que confieso que iba un poco de uñas a comer un cocido no-​de-​mis-​abuelas pero, por suerte, me tuve que tragar todas mis reticencias. Vaya, que me las comí en el sentido literal del término.
Nos sirvieron un cocido clásico madrileño, como el que podrías comer en tu casa. La sopa estaba exquisita, nada grasienta (las de restaurante pecan de eso) y con la cantidad justa de fideos. Los garbanzos y las verduras también estaban riquísimos, con repollo y todo como a mí me gusta. Me sorprendió una salsa de tomate como con especias que nunca había visto con el cocido pero que no estaba mal. Después, en la carne abundaba el jamón, como me gusta a mí. El morcillo estaba muy bueno, nada seco, y hasta el pollo hervido tenía muy buen gusto. No como tocino porque no me gusta pero todos los que estaban a mi alrededor se lo comían bien contentos.
Todo venía aderezado con vino, pan, un aceite MUY bueno y además podías repetir de todo lo que quisieras. Eso sí, nos sobró carne al final porque nos pusimos ya tibios con las verduras.
Tenían algunos postres caseros como tartas pero lo que triunfó fue el sorbete de limón con cava, muy digestivo y fresquito después del señor cocido que nos habíamos metido entre pecho y espalda.
Eso sí, un cocido tan delicioso se paga (con gin tonic al final, todo sea dicho): 35 euros por cabeza. Pero vamos, mereció la pena y me fui cenada y casi desayunada para el día siguiente.
¡Un 10! Que no se entere mi abuela…

El otro día fui con unos amigos a comer a este sitio, las 13 personas que íbamos incluida una niña comimos «Cocido Madrileño», por supuesto. Además en el sitio casi que no te dan otra opción «Cocido para 13, ¿no?», como diciendo, «Tenemos otras cosas en el menú pero solo por rellenar, la verdad».
Pues cocido para 13, uno a uno fueron llegando las fuentes del cocido, la sopa, los garbanzos con su repollo, patatas etc, y lo que a mi me encanta, «la pringá», no se como se le llama en Madrid, en Andalucía a la carne del cocido así todo junto se le llama «pringá».
Conforme iba comiendo las lágrimas de felicidad brotaban de mis ojos, y automáticamente me transporte a mi infancia; lógicamente no a mi verdadera infancia, si no a una que me invento yo que es mucho más humilde que la mía y en una época de post guerra que nunca viví, en esta ensoñación mis padres están interpretados por Pepe Blanco y Nati Mistral que cantan al unísono «Cocidito Madrileño».
Para terminar todo esto como se merece me pedí un sorbete de limón, que ¡madre mía!, mi cuerpo estaba a rebosar de felicidad literalmente.

Un buen lugar para comer un cocido tradicional dividido en tres partes: rica la sopa, ricos los garbanzos y ricas las carnes como tercer plato. Por poner una pega quizá eché un poco de menos la cantidad de garbanzos, aunque quizá nos habrían traído más si hubiéramos pedido porque el trato era excelente…
El postre casero (sorbete de limón) también muy bueno.
Un poco recóndita la zona para quien no viva en el Barrio Salamanca, pero hay que reconocer que tiene su gracia. Por lo menos no es el típico sitio de modernos de Malasaña disfrazado de comida tradicional…

Su nombre deja poco a la imaginación, el cocido es sus especialidad.
Este local situado en pleno barrio de Salamanca ofrece la comida madrileña por excelencia pero también es muy recomendable probar sus tostas o sus sartenes. Por semana está muy bien, si preferís ir un fin de semana es conveniente reservar ya que suele estar completito.

Un señor cocido madrileño fue lo que me comí en esta antigüa taberna madrileña. Fuimos con unos amigos del norte que vinieron a vernos y claro… no se podían ir de Madrid sin probar el típico plato madrileño.
La verdad es que estuvimos probando suerte por los clásicos bares de cocido de la ciudad y finalmente terminamos en éste. No es muy grande pero si consigues coger una mesita puedes darte un buen festín. A mis amigos les encantó el sitio, el trato y sobre todo… el cocido!
Yo también le doy el visto bueno.

Estupendo restaurante especializado en comida castellana y, en particular, en el plato que le da nombre. Aquí te puedes comer un «señor don cocido», en sus tres platos, con una relación calidad-​precio bastante buena. Sales de allí lleno y contento. Ah, como suele ser habitual en este tipo de sitios, te ponen un babero para zamparte este madrileñísimo manjar.
Aparte del «plato estrella», hay que destacar que tienen buenas carnes y buenos vinos. Otra de sus especialidades es el arroz con bogavante, que les sale estupendo. Y si no quieres «comer, comer», también es genial como bar de tapas y picoteo. Ofrecen una amplia variedad de tostas, «pinchaos» y sartenes de huevo, que también están bastante bien.
Por último, señalar también que el trato es muy amable y familiar.

Malo, Malo, Malo
Un restaurante que no deberia estar en ningun sitio donde se nombre el cocido, malo, caro, escaso, carnes duras, la atencion deja mucho que desear, Por favor, no ir!!! buscar cualquier restaurante de cocido pero no ir a este, perderan el tiempo y el dinero!!!

En Don cocido, situado cerca de metro lista, tiene algo que tienen pocos locales de madrid, se come muy bien y se paga poco, combinacion dificil pero doi fe que puede darse y existir.
El local por desgracia es algo pequeño y por su situacion no cuenta con aparcamiento propio, pero llendo en metro es bastante facil dar con el.
Comentar que es un local que por su enfoque, los fines de semana suele encontrarse bastante lleno, ademas de ser algo pequeño. Pero creo que se puede reservar, sino en la ficha del local teneis el telefono, ya que por desgracia lo digo de memoria y no recuerdo bien.
Para comer, comida española, desde tortillas de patata, buenas ensaladas, carnes en su punto e incluso amplios platos de cuchara. Sobretodo el magnifico cocido, que es su especalidad, que para algo tiene el nombre que tiene el lugar, logico claro.
Buena variedad de postres caseros, esas natillas y ese arroz con leche, en su punto.
Lo mejor sin duda, es que se trata de un local donde se come bien, buena comida e incluso de cuchara y puede tener un precio entre 15 – 20 euros.