Dominio de Antargü

Buenos vinos, con más de 700 opciones. Tienen un salón normal y dos privados para reservas especiales. Ofrecen varios menús, como el ejecutivo, que sale bastante económico, por unos 20 euros, y la comida está muy buena. Comer de carta sale bastante más caro, unos 50 euros por cabeza.
La decoración me encanta, en rojos negros, con una lámpara de araña chulílisima, todo muy oscuro… El sitio es enorme, el restaurante está en la parte de atraás, con las mesas con bastante espacio entre ellas, como a mí me gusta.
Tiene dos plantas, abajo el restaurante, arriba la bodega con 10 000 botellas expuestas, no sólo de vino, sino también whisky (el mejor sitio para hacerle un regalito a mi padre) y otras bebidas alcoholicas.

No he tenido la suerte de catar el restaurante, pero sí más de un vino de los que tienen expuestos en las vitrinas, estanterías (y, tal vez, alguno que tengan escondido bajo llave…).
Me gusta este tipo de sitios, en los que puedes pasarte media hora aunque parezca que sólo hayas estado cinco minutos. Tampoco he comprado nunca productos delicatessen, pero es que sólo con los vinos…
Doscientos metros cuadrados de local. Apuesto a que si no tienen 500 vinos diferentes, no tienen ninguno. La última vez, me llevé un Pago de Carraovejas (Ribera del Duero). Precios un pelín hinchados (1,50 más que en otros lugares, si hablamos de botellas de un precio inferior a 30 euros). Eso sí, ¡tienen de todo!

Cuando entré a este sitio me pareció que nos trasladábamos a una película de terror. La verdad es que no sé muy bien por qué. Acompañaba a una amiga que tiene una empresa de catering a comprar vino y, la verdad es que flipe. Lo cierto es que el trato es fantástico y los productos, según mi amiga, de primera calidad.
Yo me puse a cotillear y me metí en el salón del restaurante. Me pareció oscuro y aunque con decoración cuidada, bastante lúgubre. No sé si iría a comer a un sitio como este, aunque me han dicho que hacen muy bien la carne y que la comida está muy rica.

Un lugar de visita obligado para los catalizadores de taninos, los expertos del retrogusto, los exploradores de matices a través del olfato. ¿Es un sitio de vinacho?.
Ya se coló el calimochero en la reseña de este restaurante especializado en vinos. No, aquí no hay vinacho. Encontrareis 400 referencias de vinos, cavas, champagne, licores varios.
El espacio está dividido en tres zonas. Nada más entrar se encuentran las estanterías con los vinos, al fondo a la izquierda el restaurante y arriba una bodega.
El Restaurante está orientado a comidas y cenas de empresa o en grupo, ofrecen catas y menús degustación con maridaje dirigido por una experta enóloga.
A pesar de que el aspecto de la sala del restaurante, la decoración, el vestuario de los camareros, te conduce automáticamente al concepto «clavada», no es así. Hay cuatro menús a elegir, 30 euros el más barato y 60 euros el más caro.
Una experiencia que nos podemos permitir algún día.

Bonito restaurante, quizás un poco cargado de decoración. Cocina directa y con buenas materias primas, en especial lo relacionado con pescados y verduras. Platos muy bien realizados y sin meterse por caminos que no llevan a ninguna parte.
Buena opción de carne para los carnívoros, en especial el solomillo. La parte más floja pero no mala son los postres