Qué gran descubrimiento este restaurante belga. Ubicado en Chamberí, en una zona que no frecuento mucho, lo descubrí de casualidad. Dispone de platos típicamente belgas, como los mejillones, aunque cocinados de diferentes formas y también de otros de autor. Nada más sentarte y pedir una cervecita(belga, por supuesto) te sirven varios aperitivos, a cada cual más rico y original. Que si un poquito de queso, un poquito de hummus, un cóctel ligero en su minicopita… Hasta los panes son artesanales y los sirven junto con dos tipos diferentes de mantequilla. Pasando a la comida, pedimos un surtido de quesos belgas, todo un acierto, soy un gran amante de los quesos franceses y son muy del estilo. De segundo probé el plato estrella de la casa, la raya a la mantequilla de trufa y que delicia, delicado y sabroso. Mi acompañante pidió rissotto de vieiras, para mi gusto con demasiado sabor a mejillón, pero también delicado y muy bien presentado. Si sois amantes de la cerveza belga disponen de una carta amplia y variada con cervezas de todo tipo, de trigo, de fermentación natural con frutas, de abadía, strong ales rubias y tostadas, etc… Yo me tomé una Gouden Carolus, cerveza típica de Malinas marron oscura de sabor profundo a caramelo y malta, muy rica. De precio sale alrededor de 40 – 50 € por persona, aunque dispone de descuentos con eltenedor que lo hace más asequible.
Marina S.
Classificação do local: 4 Madrid
No está en un sitio en el que sea fácil pasar por delante de él y decidir entrar, pero lo cierto es que este restaurante merece la pena, incluso aunque pueda subirse un poco el precio. Ser belga ya le da puntos, porque no hay tantos así en Madrid, y resulta muy curiosa que toda su decoración de la planta baja, donde hay unas mesas altas para comer sin tener que subir al restaurante, sea con viñetas de Tintín. Tienen una interesante selección de cervezas belgas(las de barril también) y, por supuesto, están especializados en mejillones. Las croquetas de parmesano y la quiche lorraine están también muy buenas.
Ale S.
Classificação do local: 4 Fuencarral, Madrid
Cocina de autor y minimalista. Casi todo estaba perfecto, aunque la decoración podría mejorarse(sobre todo los baños). Para empezar te traen varios aperitivos, especialmente destacable la sopa o crema de mejillones, picante y deliciosa. Luego pedimos dos entrantes, el salmón ahumado casero que ya con solo olerlo(aromas de roble, tabaco de pipa…) se sabe que es un acierto. Las vieiras son lo que menos nos gustó: vienen con chocolate y no me suele convencer en la comida. De platos principales pedimos steak tartar que estaba rico pero igual que otros que he probado, y raya a la mantequilla negra que sí estaba realmente rico. De postre el de chocolates, muy bueno. Todo 100% casero y la atención exquisita. Salimos con vino por 110 €(55 € c/u). El restaurante es en la primera planta(hay que reservar); abajo hay una barra con su propia carta(mas barata) si bien también pueden bajar los mismos platos de arriba(según nos comentaron).
Cesar M.
Classificação do local: 5 Sol, Madrid
Repetiré sin duda alguna. Trato exquisito, presentación minimalista y una cocina de top chef.
Avelino C.
Classificação do local: 5 Madrid
Comida en el ATELIERBELGE, restaurante abierto en pleno Chamberí por el Chef belga Etienne Bastaits tras el originario de Martín de los Heros, que queda ahora como«brasserie». Teníamos muchas ganas de visitar esta casa por las buenas críticas que está cosechando y resulta que superó con creces nuestras expectativas, les cuento: Se trata de un local amplio repartido en dos plantas, en la baja una barra con mesas altas, ideal para tapeo y «afterwork», y en el piso superior un comedor con unas 20 mesas y la cocina a la vista. Domingo de agosto y media entrada en el comedor. Nada más sentarnos nos ponen una cesta de panes artesanos y una batería de aperitivos de parte de la casa: cacahuetes confitados, palomitas al curry, chips caseros con hummus, una tacita con una suave cremita de mejillones con nata y un cuenco de mantequilla casera. Todo ello acompañado de una botellita con un suave aperitivo de zumo de limón con cointreau para abrir el apetito. Todo buenísimo y hecho en el propio restaurante. Con esta entrada se pueden imaginar que, antes de empezar, ya nos tenían ganados. Pedimos unas croquetas de quisquilla, suaves y cremosas, que vinieron con un pulverizador de limón y unas hojas de perejil frito, sabrosísimas. Unos mejillones al vino blanco con patatas fritas, ración abundante, con molusco gallego de calibre medio pero muy tierno, en el punto adecuado de cocción, muy buenos, y es que tratándose de un restaurante belga no podíamos irnos sin probar este plato. Por último, raya a la mantequilla negra(un clásico), servida sobre una emulsión de patata, el pescado con la carne firme y sabrosa, excelente. Pedimos todo a compartir y las raciones fueron repartidas individualmente para cada comensal. Al final, con los aperitivos de la casa, sin proponérnoslo, nos montamos un auténtico menú degustación. De postre otra especialidad: chocolate belga en varias texturas(blanco, negro, amargo, en espuma…), magnífico broche para una comida de un excelente nivel. Para terminar, café solo con hielo, una vez más acompañado de varios«petit fours y mignardises» de parte de la casa(un macaron, una mousse, un trocito de brownie… vamos, esto es un no parar). Carta de vinos no muy amplia pero con vinos muy bien elegidos y bien de precio. Nosotros pedimos un Coto de Gomariz 2012, un ribeiro blanco con algo de crianza en barrica, que maridó espectacularmente con todos los platos. Al final de la comida, pasada del Chef Etienne por las mesas interesándose por cómo había ido la cosa. Nosotros tuvimos con él una agradable charla, en la que aprendimos un montón, y pudimos comprobar que sabe muy bien lo que quiere y cómo hacerlo: una cocina basada en platos belgas adaptados al gusto español(con materia prima de calidad, más ligeros y con menos grasas animales), todos los productos(hasta el pan) elaborados en el restaurante, una buena bodega(también de cervezas), detalles con el cliente y un servicio impecable. Pues, efectivamente, el servicio es atentísimo, las mesas están perfectamente vestidas, y tienen una vajilla y copas de calidad. Pagamos 71,00 €(dos personas), beneficiándonos de un descuento del 30% por reservar a través de la Web del Tridente(algo bueno tiene que tener quedarse en Madrid en agosto). En muy pocos sitios de la capital se puede encontrar esta relación calidad-precio. Salimos con una sonrisa de oreja a oreja, deseando volver a probar los platos que nos comentó Etienne que iba a incluir en la carta de otoño. Para volver muchas veces y recomendar sin ningún género de duda. Le auguramos un futuro prometedor.
Paulino M.
Classificação do local: 4 Ciudad Universitaria, Madrid
Probablemente uno de los restaurantes en los que mejor me han tratado en Madrid… máxima atención al detalle, generosos y exquisitos entrantes y una preocupación constante pero disimulada por la satisfacción del cada cliente. Un 10 en ese sentido… Y la comida qué tal? Pues casi tan bien como el trato… nos encantó el salmón ahumado hecho en el restaurante. Los mejillones a la cerveza estaban riquísimos y dos postres que probamos también. Buen precio a través de eltenedor… sino quizá un poco más caro de la cuenta(aunque el buen trato, se paga…)
Miguel Ángel G.
Classificação do local: 4 Madrid
Pero qué menú del día más apañao! Por 12,5 € te sirven un menú con muy buena relación calidad precio. Además, el salón es amplio, tranquilo y el servicio es correctísimo. Así que si estás buscando comer de menú del día, pero en un ambiente cuidado y con comida de primera, pues este es tu sitio. Eso sí, el menú es fijo. O sea que no puedes elegir. Tomamos una ensalada con champiñones con queso y jamón estupenda. Y un bacalao al horno preparado en su punto. Y todo acompañado de una cerveza belga tostada estuepnda. Volveré pronto para probar sus menús degustación o las tapas de la buena barra que tienen abajo.