Asador de Pollos Navarro

En Asador Navarro han alcanzado el top de los asadores de pollos de barrio, esto es así. Asar pollos, trocearlos y ponerlos para llevar con su rica salsa en los típicos envases circulares de aluminio con tapa de cartón. Esto es básicamente todo, y aquí ya han alcanzado el dominio máximo que se puede tener. Basta mirar las colas que hay los sábados y los domingos cuando se acerca la hora de comer para comprobar que mucha gente del barrio y visitantes del rastro están de acuerdo.
Los pollos están muy buenos, son baratos (4 € medio pollo) y los que atienden son la gente más eficiente del mundo. No importa que haya 8 o 9 personas delante de ti en la cola, seguramente no tengas que esperar más de 10 minutos. Además de trabajar rápido son bastante simpáticos, lo que siempre se agradece.
Nosotros algunas veces vamos entre semana porque nos pilla al lado, esos días no hay que esperar normalmente, simplemente tener cuidado con llegar antes de las 15:00, que es aproximadamente la hora a la que cierran, si no se han quedado sin pollos antes.

El gran trucazo de este sitio para evitar las inmensas colas de los domingos por la mañana en la que una multitud de personas del Rastro se alinean en su puerta esperando que le sirvan ese pollo entero con patatas y pimientos, ese pollo y mitad, esos muslos, esa pechuga… ese apechugar dentro mientras esperas con calor infinito! El truco del almendruco decía, es que llames y lo encargues. Así llegas, recoges, pagas y te vas. Simple y efectivo; he perdido la cuenta de la cantidad de veces que lo he hecho.
Los pollos son grandes y están muy ricos. Todo el personal es de lo más majo que hay. Ella, la que sirve los pollos, en especial aunque los otros dos artistas del corte rápido, también.

Sí señor, un asador de pollos de lo más recomendable. El pollo asado les sale estupendo, y a los «salseros» como yo (no me refiero a la música, sino al noble arte de sumergir trozos de pan en cualquier salsa o caldo que uno pille) les encantará, ya que la salsa les queda aquí soberbia.
Por lo demás, todo muy rico: las patatas, los pimientos, las alitas adobadas… Y el trato, sumamente amable y cariñoso. Así da gusto…

Si un domingo de rastro vas dirección Ribera de Curtidores por López de Silva, probablemente verás una cola de gente esperando para entrar en el que quizá es el mejor asador de pollos del centro de Madrid.
Buen pollo, rapidez, y muchas patatas, pimientos y croquetas, a un precio sin competencia. Si quieres seguir de paseíto rastro, mejor llámales y déjalo encargado, a la hora que se lo pidas tendrás el pedido preparado, son súper amables.

A veces parece que viviendo en el centro no es posible llevar vida de barrio; hay gente que considera incomprensible que los que vivimos en lugares céntricos tengamos nuestro kiosquero habitual, nuestra panadería o nuestra frutería cotidiana, en definitiva, aquellos lugares a los que vamos, inevitablemente, a comprar y hacer las cosas que cualquier persona hace en su barrio.
Una de las cosas más típicas del barrio es ir a la pollería los sábados o los domingos a comprar un pollo asado porque a nadie le gusta cocinar… Pues bien, en el centro también tenemos de eso y tampoco nos apetece cocinar los sábados, ojo los sábados que entre semana cocinamos como todo hijo de vecino.
Este es un asador de esos a los que vas y dices: «pollo, patatas y pimientos», te lo ponen todo rapidito en tuppers de aluminio y vas corriendo a casa para poder disfrutar de su sabor. Lo lleva gente joven, muy agradable y efectiva, pero, a pesar de todas sus deidades, tiene un pero gigantesco: los fines de semana se les acaba el género antes de la hora de cerrar. Piensas según te acercas, corriendo por la acera: «Ays, está abierto, qué bien!» para luego pasar al: «¡joer, no les queda nada, ¿ahora que hago?»