Art&Burger

Relativamente nuevo, este sitio de hamburguesas de reducido tamaño cuenta con fantásticas hamburguesas muy bien cocinadas, y el local tiene una decoración muy interesante a cargo del artista Ricardo Cavolo, que se inspiró en Rothko, Pollock o Basquiat.
El chili casero con carne de entrante está muy bueno, los aros de cebolla son algo más convencionales. Y en cuanto a las hamburguesas, la base es 160 gramos de carne de Black Angus, aunque por 3 euros más la haces de 225. El extra de precio me parece excesivo para el incremento de gramaje ofrecido.
Lo más extraño de este sitio es su horario de apertura, fines de semana y festivos, pero entre semana, nada de nada.

Fan de todo, del concepto, de la cocina, de la atención y la decoración y el rollo que lleva este espacio genial que sabe lo que sirve y lo sirve con mimo. Hamburguesas mezcladas con arte en murales maravillosos.
Siempre queda espacio para ese placer del bacon, tomate, lechuga y un cuarto de quilo entre pecho y espalda aunque aquí lo mejor es probar cualquier otra especialidad, por única y riquérrima. La de setas y boletus es cosa de otro mundo. La tarta de queso es de pecado. Y además tienes hambuguesas de salmón o pollo. I like.
Ah, las CocaColas son grandes (:

Madre que rico!!! Sorprendentes y deliciosas hamburguesas. La carne buenísima. Lo recomiendo al 100%
El local es muy original, el único «pero» que le pongo es la falta de música ambiental. Por lo demás, de 10!

riquísimas las hamburguesas. en parte por la carne, 100% buey Black Angus, y también por la originalidad de las recetas, pocas pero muy especiales. casi tienen más postres que tipos de hamburguesas, pero también es normal porque están tremendos.

Buenas hamburguesas, entrantes mejicanos, bonita decoración y trato familiar.
Muy recomendable.

Je vous conseille les nachos au guacamole, les burgers bacon, fromage, bœuf, avocat et le cheesecake.
Rapport qualité/​prix super, rapport quantité/​prix un peu juste, surtout au niveau des frites qui accompagnent le burger, les patates c’est quand même pas une denrée chère !

Tengo que empezar a valorar dejar de comer hamburguesas, porque esta afición mía por la carne entre dos panes, mezclado con mi tendencia al vacaburrismo, tiene toda la pinta de que solo va a solucionarse vía Dukan, y preferiría que no, que nunca he sido yo de hacer dieta, y menos prohibiendo los hidratos de carbono. ¡Pero si son lo más rico!
Soy muy fan desde ya de este burger en mitad de La Latina, en una calle que puede que no sea muy transitada pero que esconde esta pequeña joya abierta recientemente. Un lugar moderno pero también familiar cuando hace falta, y muy tranquilo. Ideal para comerte una hamburguesa deliciosa de 225 gramos hecha prácticamente a la perfección. Y no es fácil, porque hablamos de un trozo de carne de un tamaño más que considerable.
Por si esto fuera poco, las patatas son caseras (nada de engendros de bolsa) y los postres son un auténtico pecado mortal. Recomiendo encarecidamente la tarta de queso: es pegajosa como ella sola, pero esta increíblemente rica, con el punto justo entre dulzura y amargor, una maravilla. Destacar también que el servicio es muy bueno. Lo único que mejoraría un poco son los aros de cebolla, que no llegaron a entusiasmarme del todo, pero que aun así no hacen que deje de poner cinco estrellas al restaurante.
Mención especial a la decoración del local: el mural mola un millón, las cartas están puestas sobre caballetes y la cuenta viene (junto con un par de «buenos pensamientos» que te alegrarán el día) en un maletín de pintor (de pincel fino). Mucho arte, que para algo se llama Art&Burger.