Ana la Santa

Sitio elegante para tomar algo o comer. Vistas a la Plaza Santa Ana, con terraza acristalada que permite estar inmersos en la plaza sin tener que pasar frío en invierno ni calor en verano. Buenos cócteles, buen servicio y limpieza. Bonita decoración.

This is a great restaurant for people watching. It’s located in a busy area on Plaza de Santa Ana. The food is, for the most part, modern versions of classic Spanish dishes. The menu includes tapas, soups and salads, meat and fish entrees, and large pans of paella for sharing at the table.
I’ve eaten at Ana La Santa several times, and don’t think I’ve had a bad dish. Their steak tartare is the best I’ve ever had, and the paellas have always been impressive. Typical Spanish tapas like clams, tortilla, and pan con tomate with anchovies are well executed and great for sharing. They have a full bar and a small, but solid wine-​list.
The service has always been friendly and attentive when I’ve been there, which is impressive considering how packed the place usually is. I’d definitely recommend making reservations.

Cena de picoteo improvisada en este local que si bien está en un sitio que no suelo frecuentar porque es «turistland» (Plaza Sta. Ana), cuenta con un local impresionante y con una terracita muy agradable (exceptuando de nuevo, el turisteo y todo lo que le acompaña de vendedores ambulantes y demás…).
Me gusta porque tienen tapeo vegetariano en un ambiente como he dicho muy chulo, romántico o para ir con amigos.
Mucha verdura, mucho pescado, y lo que es más importante: materia prima muy buena.
El tomate de la huerta con ventresca y alcaparrones: buenísimo. Menudo señor tomatón.
Las verduritas de Tudela a la plancha: buenas, pero tampoco nada del otro mundo sinceramente.
Chipirones a la plancha con ajitos tiernos y espárragos verdes: muy rico, pero me esperaba algo más de cantidad de la guarnición. Van 5 chipirones, si no recuerdo mal.
En resumen: muy buena opción si estás por esa zona y estás huyendo despavorido de las trampas gastronómicas para turistas.

One of the biggest rip offs in Madrid. 11 euro for a cocktail. And it was poor to mediocre. Stay away at all costs. Places like this should be driven out of business.

Ordered the grilled vegetables which were great but the seafood paella caused concern. The clams were «muddy», not fresh, and inedible. The whole dish was overwhelmed with that thick, heavy, too-​much-​squid flavor… not to mention there were no prawns as stated on the menu. Service wasn’t good either but not the worst.

Very good wine choices, the starters are real good but the best of the night was the jamon iberico plate where’s we can try different tastes. Don’t loose it

Me gusto mucho por todo en general. La ubicación increible, la decoración del lugar muy acogedor, moderno y elegante. El servicio lo mejor que me he encontrado en mucho tiempo, alegres, atentos… La comida rica y de precio medio en lo que está la zona.

Sophisticated setting in the gorgeous Melia Reina Victoria on Plaza Santa Ana. Pricey but worth it for the elegant space and quality food. Eggs and Jamon dish on the dinner menu was fantastic and something I’ve been wanting to order for dinner so many times! Pop up to the roof top lounge for EUR 15 which gets you in with a drink to a swank setting with a sexy vibe.

Ana la Santa had the best tapas on our trip to Spain so far. It’s more of a restaurant than a pure tapas place of course, with a polished ambiance and slight hipster vibe. To their credit, having a family show up did not mean we were hustled off to a back corner, they put us right up front overlooking the square. You get bonus points for that Ana la Santa, we weren’t in our hipster /​beautiful people getups. The service was very good, our friendly waiter joked with our son as he tried his best Spanish speaking skills.
As for the dining highlights we enjoyed:
Crispy suckling pig with lime and jalapeño peppers — 8 €
–outstanding bites of moist pork, fried into crunchy goodness. Do not pass this up.
Homemade Spanish tortilla with «pan con tomate» — 7 €
–Unique concoction of potatoes, egg, and the famous regional tomato dish. Worth a try.
Crispy octopus 9 €
–Good stuff
Sautéed piquillo peppers with honey — 7 €
–Yes, it was a dish of cooked peppers, but the slight char they had in conjunction with the mildly sweet honey sauce was almost refreshing.
Rice with Catalan sausage, mushrooms, and asparagus — 16 €
–This one was memorable. It was a wide, paella type pan with a thin layer of perfectly cooked, browned, slightly crusty around the edges rice that was intermingled with savory sausage and asparagus spears (which I avoided). This dish should not be overlooked.
Club sandwich — 12 €
–Our son had the club sandwich and it was one of the best I’ve had in quite some time… it was almost delicate the way it was put together. The bread was thin, buttered and toasted slightly with damn goodness in between the slices. Good stuff.

Bueno, pues otra cenita con mi novia. Esta vez fuimos a Ana la Santa, en la plaza de Santa Ana. Paseábamos por el centro y nos pareció muy bonito y bien decorado, así que decidimos entrar sin reserva pese a que había mucho ajetreo dentro, por suerte no hubo problemas para cenar. Quien nos acompañó a la mesa fue el maitre, muy majo el chico.
La decoración es muy buena y agradable. El fondo del restaurante es de tipo más clásico, con mesas con mantel y vajilla. En el centro del local hy una gran barra, con plantas y bien atendida y presentada, se nota que quieren hacer de los cócteles una de sus señas. El resto del restaurante se compone de una zona «lounge» muy agradable (pese a una cabeza de toro, me imagino que para turistas) y unas mesas menos formales, con un simple mantelito de papel y servilletas también de papel (nos tocó en una de estas). Quizás lo más negativo fue que, justo encima de la cabeza de mi novia, había un altavoz y eso provocaba que hablásemos más alto de lo normal por culpa de la música.
El servicio me pareció muy bueno. La camarera que nos atendió de 10, da gusto encontrar gente tan eficiente y simpática. De verdad, muy buena profesional. El maitre también muy majo, aunque no hablamos mucho, por no decir nada. Quizás lo más negativo del servicio fue el ver a los camareros corriendo (literalmente) por la sala. Estaba lleno y hay que rotar mesas, lo comprendo, pero no hay que ir con esas prisas por la sala, lo siento. Y no era algo puntual, todos iban corriendo…
La comida está bien, aunque raciones algo pequeñas.
De primero pedidos una de rabas (calamares rebozados) que estaban sosísimos. No basta con cortar los aritos y pasarlos por harina. Hay que ponerle un poco de vida al enharinado. Iban acompañadas de un alioli negro. Seguimos con el cazón, una ración algo pequeña, la verdad, pero muy rico. Me gustó mucho el sabor del adobo y la textura del pescado. Este plato lo recomiendo.
De segundo pedimos un arroz con butifarra y trigueros. Llegó en una paella y servido perfecto. Una muy fina capa de arroz y en su punto perfecto. Da gusto ver que todavía hay lugares en el centro en que sirven así las paellas. Sé de arroces y me alegraron la noche al servírmelo así. Decir que estaba perfecto pero, gran error, muy salado. Casi lo devolvemos, pero al final lo empezamos y terminamos. Una lástima, porque por lo demás rozaba la perfección. Se lo dijimos a la camarera y se notó que no es la primera vez por la forma en que actuó. Al parecer, se trata del arroz más fuerte de la carta, pero eso no era intensidad o potencia. Se habían pasado claramente con la sal. Una pena, de verdad.
De postre escogimos el brownie. Nos pareció ridículamente pequeño pero muy bueno. Con avellanas en lugar de almendras, y helado de vainilla muy bien servida.
Sin duda volveremos, es cierto que las raciones son pequeñas, pero merece la pena. Además, tengo que darles una segunda oportunidad con el arroz porque, dejando de lado el problema con la sal, me pareció muy bueno.
Y, de nuevo, felicitaciones a la camarera.
P.D.: Pagamos uno 30 € por persona, me pareció un precio razonable.

Just the spot to chill dressy or super casual, great atmosphere and choice of seating areas, try not to sit too close to the laptop crowd, and definitely try the huge choice of G & T’s may well be worth a hotel stay at the Me by Melia in the future as St Anne’s Square is our sort of place

Comida en ANA LA SANTA, nuevo restaurante abierto en la planta baja del Hotel ME de la Plaza de Santa Ana. Ocupa el mismo local que tenía el Midnight Rose, que se ha renovado y transformado totalmente hasta parecer un clon del Luzi Bombón de Castellana. No en vano el sitio pertenece a un grupo de restauración propiedad del co-​fundador del Grupo Tragalúz. La verdad es que es monísimo, muy luminoso, con varios ambientes (zona lounge, muebles de diseño, sillones) y una gran barra, tipo isla, en medio del local. Pasamos a media mañana y reservamos mesa para comer. Visto lo asqueroso que estaba el centro de Madrid debido a la huelga de limpieza, cancelamos el paseo y llegamos un poco antes de la hora convenida.
Nos colocaron en una mesa esquinada literalmente pegada al gueridón de donde los camareros cogían todo el material: copas, cubiertos, servilletas. Nos dieron la carta, pero al tercer camarero que pasó rozándome la espalda con un mantel le pedí a la maître que hiciera el favor de cambiarnos la mesa. El restaurante a esa hora estaba casi vacío pero me dice la tía que estaba todo reservado, y que la mesa que le indico es para cuatro y nosotros somos sólo tres. Al final nos cambia de mesa de mala gana, pero como tengo la manía de quedarme «con la copla» de todo, resulta que nos había contado un cuento chino, porque al cuarto de hora llega una pareja sin reserva y la sienta en la mesa en la que «no podéis sentaros porque sois tres y es una mesa para cuatro». Os meto este rollo porque no entiendo los restaurantes en los que reservas una mesa, llegas pronto, y encima te colocan en el peor rincón. Pues éste es de esos…
Pasamos a la manduca: carta de brasserie mediterránea con pretensión de agradar a todo el mundo, fritura de pescado, hamburguesas, carnes a la plancha, arroces, etc. Pedimos una ración de cazón en adobo, una hamburguesa y un arroz a banda para dos. El cazón se sirvió rebozado en lugar de enharinado, buena textura pero un tanto falto de sabor pues el adobo era muy flojo, y en una ración ridículamente pequeña; seis trozos contados, más que una ración un aperitivo. La hamburguesa muy mejorable para el nivel hamburguesero que existe hoy día en la capital, la carne insípida y con una textura muy rara (¿quizá congelada?). El arroz sabroso y en su punto de cocción, pero en una capa tan fina que apenas llegaba a cubrir la paella. Acabamos comiéndonos el pan de la cesta. De las pocas veces que pido arroz en un restaurante y me quedo con hambre, digo yo que a 18 euros la ración ya podrían echar un puñadito más de arroz por comensal. Para beber un verdejo El Perro Verde, servido en copas de batalla, y la botella metida en un cubilete con hielo y agua, pero sin un triste trapo para secarla cada vez que se sacaba para servir una copa. Servilletas y mantel, de diseño, pero de papel. Sin cambio de cubiertos entre plato y plato. Ambiente «modernuqui», alguna modelo y algún famosete de la tele. Pagamos 75 euros, 25 por persona. No es excesivamente caro pero no nos convenció en absoluto. Me pareció muy en la onda del Luzi Bombón. Apto para grupos y parejitas a los que no les importa demasiado la comida, pero les gusta tomar algo en un sitio chulo para ver y dejarse ver, pero poco más.