Hemos ido a comer en familia y lo cierto es que hemos salido muy contentos, incluido mi padre que es más exquisito. El local tiene una decoración muy bonita, es tranquilo y nos sentaron en un lugar más amplio para tener sitio para el carrito del bebé. Pedimos la mayoría de las cosas de «fuera de carta», alcachofas a la plancha, cochinillo confitado y tacos de merluza rebozados con pistachos. Lo único de carta, la ensalada de jamón de pato. Todo estaba buenísimo y son muy grandes las raciones. Te dan la opción de pedir media. Para poner un pero, el cochinillo un poco seco, pero no parece que le diéramos mucha importancia. Los postres son enormes y todo también muy rico. Tarta de muerte por chocolate, de tres leches, de choco blanco y fresa, fondant de chocolate y rollito relleno de chocolate. Que se note que nos gusta el dulce! Un sitio al que volveremos seguro y que os recomiendo visitar.