No tengo yo demasiada predilección por cadenas del estilo Lizarrán o los Mercados Provenzales, pero la verdad es que la encantadora terraza que tienen en la mediana de la calle Juan Bravo me acabó de convencer. Con la cantidad suficiente de sillas para no escuchar las conversaciones de la mesa de al lado y aspersores de agua pulverizada para combatir el sofocante calor que hace por estas fechas en Madrid. Dos cañitas dobles muy bien tiradas, de Estrella Galicia además, y una ensalada César que no era gran cosa pero que hacía perfectamente su función de picoteo para dos personas por 12 € me parece un precio bastante correcto para la zona en la que se encuentra y lo a gusto que te encuentras en su terraza. Todo ello atendidos, además, con la mayor de las sonrisas y atenciones. En definitiva, no soy yo muy amigo de las cadenas, pero este sitio está bastante bien para tomarte unas cervezas en su terraza cuando empieza a caer la noche y te apetece refrescarte.