Esta pelu, de chico, es evidente que no la he probado personalmente, pero mis allegados masculinos hablan maravillas de este peluquero. Tienes que pedir hora para que te atienda, como en la mayoría de las peluquerías, ya que siempre tiene bastante clientela. En cuanto a los precios, no se suben nada a la parra y te dejan el pelo en condiciones, sin«sustos de peluquero»… Es un negocio familiar y como su propio nombre indica, este es el tercer miembro de la peluquería que continúa con la tarea. En el escaparate, tienen artículos de peluquería tradicional, peines y brochas de barbero que te recuerdan a la época de la guerra por lo menos. Mola un montón el decorado del cierre :)