Recuerdo una madrugada en la que volvía a Sevilla desde Madrid. El coche necesitaba gasolina y yo estirar las piernas e ir al servicio a quitarme el sueño metiendo la cabeza bajo el grifo de agua fría. Al entrar me di cuenta de algo curioso, había duchas… No le presté mucha atención al tema, tenía demasiado sueño y demasiadas ganas de llegar a casa para fijarme en si era un sitio rehabilitado como gasolinera o si esas duchas estaban ahí a propósito. En mi último viaje largo(Almería) hice una parada a la ida y otra a la vuelta. La vuelta la hice de noche, eran cerca de las once y tenía hambre, así que paré en este sitio, al lado de una gasolinera. Hacía un frío de muerte por culpa del viento, así que el hecho de que la chimenea estuviese encendida me encantó. La decoración no me sorprendió mucho, los típicos souvenirs, los aparejos de granja(cencerros, arados) colgados por las paredes… pero si me llamó la atención que en lo más alto de la pared tras la barra había un montón de fotos de camiones con sus conductores. Mientras el camarero me despachaba unas croquetuelas de jamón le pregunté que de donde habían salido esas fotos. Parece que durante bastantes años a los camioneros que solían frecuentar este sitio les hacían esa foto, a los clientes habituales. La serie de fotografías iba desde principios de siglo hasta el 2011, y en esa fecha se interrumpió. Miré al exterior y apenas vi un par de camiones aparcados. Luego caí en la cuenta de que había un par de carteles indicando que había videovigilancia y duchas. Estaba en un sitio pensado para que los camioneros parasen a descansar, abierto 24 horas y con la cocina siempre lista. Es la primera vez que he estado en un sitio pensado ex profeso para camioneros y el dicho es cierto, donde paran los camioneros se come bien(y barato).