Buenas vistas y una cocina mediterránea básica, sin pretensiones de ningún tipo. Destaca el servicio amable y atento, el cliente manda por encima de todo(algo que se ha olvidado en muchos sitios de la Comunitat), y es resultón para una noche de verano. Las raciones son muy generosas, nos decidimos por una ensalada mixta, chopitos, calamares y mejillones y tuvimos que pedir que no marcharan los calamares porque no podíamos con todo(éramos dos y nuestro hijo de dos años). No hubo ningún problema, y lo que sobró nos lo pusieron para llevar, algo que deben haber aprendido de su clientela extranjera. He de decir que me extrañó muchísimo que sirvieran mejillones y no clóchinas, a la próxima les preguntaré el por qué. Los chopitos estaban bien fritos y todo era correcto, sin sorprendernos. Salimos a 15 € por cabeza con bebida y pan, sin postre ni café. Volveré a probar los arroces que con tanto guiri cada vez hay menos oferta de cocina valenciana y más fish and chips en el El Albir. Ah, las vistas al mar son un lujo.