En realidad íbamos a La chimenea, que me lo había recomendado una compañera de trabajo, pero llegamos a las dos y estaba lleno, y nos daban mesa para las cuatro… Así que volvimos sobre nuestros pasos y nos quedamos en Los caños, que al final fue una grata sorpresa. Para empezar, nos sentaron fuera, porque dentro no tenían sitio. Pero no fue un problema porque el tiempo se portó muy bien el sábado del Pilar(si bien es cierto que cuando el sol empezó a esconderse detrás de un edificio, el fresquillo se hizo notar, pero eso fue casi al final). Éramos tres y pedimos unas croquetas y revuelto de morcilla para picar: de-li-cio-so, aunque el revuelto me gustó especialmente. De plato principal pedimos las tres solomillo: cri-mi-nal(de rico). Venía con unas patatillas fritas caseras de las que ya se ven poco. Y lo colmamos todo con unos postres que… no tengo palabras(no hay más que ver las fotos). La verdad es que la cosa no salió barata(40 € por cabeza, con bebidas«durante y post»), pero la relación-calidad precio he de admitir que es buena. Y, al fin y al cabo, se trataba de pegarnos una comilona… ¡y lo conseguimos! :) Así que, aunque nos quedamos sin La chimenea(que estoy segura de que es incluso más caro), Los caños nos sacó del apuro, ¡y con creces!