Una pequeña cafetería situada en el paseo Germanías. Es el Mirall de la Marquesa, es decir, el espejo. Está justo en frente de la marquesa y si miras al cristal de la fachada, seguro que puedes ver la casa de cultura. Tienen una terracita muy agradable en la que puedes estar tomando algo tranquilamente, aunque los coches del paseo te están pasando justo al lado. No obstante, desde la reforma, no pasan muchos coches por el paseo. Si lo que prefieres es estar dentro, tienen un local muy cuco. En la planta baja está la barra y algunas mesas para tomar algo rápido. Si quieres estar más tranquilo, en la planta de arriba tienen espacio suficiente para una agradable conversación. El servicio es de los más agradables que conozco. Los camareros siempre tienen una sonrisa en la cara. El café está buenísimo y siempre tienen bizcochos o cocas para acompañar, además de muchos minibocadillos de lo más ricos. Seguro que si la marquesa viviera en la casa, se tomaría el cafetito mañanero en su mirall.