Excelente hotel junto al casco histórico. Al estar tan cerca de la plaza mayor y la zona amurallada, se convierte en un hotel muy cómodo para hacer turismo o compras. El hotel es muy nuevo y sus habitaciones son casi todas Junior suites, es decir, cuentas con un saloncito con sofá, sillones y una tele adicional. Las camas cómodas, con varias almohadas diferentes, a elegir. El baño, con todo lo que puedas necesitar. Un plus: el restaurante ofrece cada día un menú a precio muy asequible(13 € año 2015). El personal es muy agradable y servicial.
Ter
Classificação do local: 3 Vilafranca del Penedès, Barcelona
El hotel está situado a unos 100 mts de la Plaza Mayor con lo cual es perfecto si vais de Turismo. Pese a eso el hotel es muy tranquilo y no hay ruidos exteriores, por lo menos nuestra habitación ya que daba a un patio interior. Para nosotros lo más penoso fue llegar con el coche hasta allí sin navegador pese a que llevábamos algunas indicaciones… La recepción es enorme, hay pasillos super largos enmoquetados con una alfrombra roja. Hay distintas alturas con lo cual para ir de la recepción al bar has de subir un piso, pero si sales del bar a la calle estás a la misma altura. De la misma forma si sales de la recepción a la calle y quieres ir a la zona más céntrica de la ciudad has de subir por un ascensor… parece lioso pero no lo es. El personal fue amable sin más. Les dije que tenía una tarjeta de fidelidad de la cadena Husa pero que me la había dejado en casa, no se molestaron en mirar en el ordenador o algo para poder acumular mis puntos, solo me sugirieron que me hiciese otra nueva… no me gustó el detalle. La habitación la presiden dos grandes camas unidas por un gran cabecero tapizado. Frente a ellas y con un panel del mismo tapizado que el cabecero una televisión plana y un escritorio con su correspondiente silla. A un lado de una de las camas hay una mesa camilla pequeñita con dos butacas. Un gran balcón permite la entrada de luz natural pero la vista a un patio interior no es especialmente estupenda. Además del balcón hay distintas lamparitas repartidas por la habitación. El armario ropero es un tanto indiscreto ya que no dispone de puertas. Es un cajón largo de madera negra con perchas, al igual que otro que hay con baldas para ropa y que en el bajo alberga el mini bar. La madera es bonita pero el dejar todo a la vista no me parece muy normal. El baño es bastante vanguardista, con baldosas negras y vasijas blancas muy cuadradotas, lo mismo que la grifería. Las ‘amenities’ me pareciron muy escasas para un hotel de 4 estrellas que cuesta 120 euros por noche: un botecito de gel, otro de champú, un peine, una pastilla de jabón y un abrillantador de zapatos. Todo para dos personas. Después de un largo viaje nos dimos una ducha y para la ducha de la mañana siguiente apenas nos quedaba champú… Nosotros solo hicimos el desayuno, desconozco si dan también comidas o cenas. El desayuno es tipo buffete y tiene suficiente variedad como para salir bien saciado: tortilla de patatas, huevos revueltos, bacon, salchichas, jamón, queso, fiambres, tomate fresco, bollería, cereales, zumos, leche, café, fruta fresca… El precio(120 euros en septiembre 2009) nos pareció demasiado caro.