El Canonge

Llegué a este sitio porque una amiga reservó ahí para cenar un grupo. Éramos unas 10 personas y estuvimos en la terraza. Ya solamente la terraza y su ubicación merecen casi dos estrellas. Es cierto que la parte del restaurante parece pequeña, al menos lo que vi, pero en el Mediterráneo vivimos en la calle, y si tienes una buena terraza, estás salvado en muchas ocasiones. La terraza es ESPECTACULAR, las vistas a la iglesia son IMPRESIONANTES y el ambiente es muy agradable.
Camareros por todas partes que estaban muy pendientes, comida riquísima, pedimos patés de entrantes y después cada uno su plato, yo pedí las brochetas de langostinos que vienen con patatas hervidas de acompañamiento. La brocheta de atún tenía una pinta increíble y probé un poco de una pasta con boletus que estaba riquísima. Había dos niños con nosotros y cenaron huevo frito con patatas y de postre un crêpe de chocolate.
La atención fue buena, los platos muy bien presentados y ricos, el ambiente muy bueno y en general, muy bien, un sitio que recomendaría sin ninguna duda y al que volveré en cuanto pueda.
Parece un sitio de gente algo más mayor de lo que yo iría, pero para una ocasión especial, está fenomenal.

Muy decepcionante. La primera decepción vino con una carta de vinos donde sólo había Rioja y Ribera, lo que demuestra poco conocimiento que lleva a arriesgarse por el cliente. Pedimos entremeses Marina (salazones) y nos avisan que no hay anchoas pero no lo sustituyen por nada, es decir, lo sacan con un ingrediente menos. El pan industrial, de molde. El Niño, como todos, pude espaguetis boloñesa. Pasados de tiempo. En fin, pudo ser un cúmulo de casualidades, pero cuento lo que viví.